A la izquierda, el presidente destituido por no someterse al poder de Sánchez; a la derecha, el nuevo presidente, amigo del sanchismo
La toma de Telefónica por el sanchismo puede traer consigo cambios profundos en la política española. Telefónica es el primer anunciante de España y posee un control importante sobre los medios de comunicación, proporciona a los jueces las conversaciones telefónicas sospechosas o delictivas, controla en buena parte las nuevas tecnologías y posee un capacidad enorme para controlar a los ciudadanos a través de las ondas.
Con Sánchez, cuya alma es de tirano, al frente de España, el control de Telefónica por parte del Estado es un paso de gigante hacia el estalinismo.
Ante ese acto de depredación en Telefónica, el débil Feijóo, líder del Partido Popular, el principal de la oposición, afirma: «Sánchez coloniza ahora las empresas privadas, van a por todas pero les pararemos».
Por su parte, Abascal, líder de VOX, partido acusado de ser la "extrema derecha" por los socialistas, denuncia el «asalto» de Sánchez a Telefónica: «Una más del sátrapa de Moncloa» y equipara a Sánchez con el narco dictador venezolano Nicolás Maduro.
Independientemente de las críticas políticas, lo cierto es que Sánchez sobra en una Europa democrática y libre. Es un tirano de libro, insaciable, peligroso, inmoral y corrupto como pocos en la Historia.
El hasta ahora presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, ha sido sustituido, tras el golpe fulminante del gobierno español, por Marc Murtra, hasta ahora presidente de la empresa Indra, encargada por los socialistas españoles de realizar los escrutinios electorales y acusada por numerosos periodistas y expertos de ser sospechosa de manipulaciones informáticas de los resultados electorales, siempre en favor de las izquierdas.
Murtra, el nuevo hombre fuerte en Telefónica es un miembro del socialismo catalán, adscrito de manera ferviente al sanchismo.
El asalto a Telefónica constituye un paso adelante en la estrategia depredadora de Sánchez y un salto en su tiranía. Abascal afirma con razón que "No sólo asaltan las instituciones del Estado y colocan a sus afines, sino que también asaltan empresas privadas estratégicas".
El gobierno de Sánchez, insaciable y corrupto, ha tomado ya el control del Tribunal Constitucional, la Fiscalía General del Estado, el Tribunal de Cuentas, el Banco de España, la Abogacía del Estado, la radio y la televisión públicas y decenas de instituciones que en democracia deberían ser independientes, pero que el sátrapa de la Moncloa no respeta y necesita dominar para eludir controles y evitar castigos judiciales a su comportamiento corrupto y al de sus familiares y colaboradores, todo un comportamiento dictatorial y abusivo que no tiene cabida en la Unión Europea ni en el mundo libre.
Además de esa "ocupaciones", el sanchismo ha domesticado a las Fuerzas Armadas controlando los dineros y los ascensos y compra con dinero público a periodistas y subvenciona a empresas mediáticas para ponerlas de su parte, ocultar la verdad y sustituirla por su versión mentirosa de la realidad, siempre para ganar la batalla del relato y conseguir votos por la vía corrupta.
Es todo un depredador del peor estilo soviético.
Francisco Rubiales
Con Sánchez, cuya alma es de tirano, al frente de España, el control de Telefónica por parte del Estado es un paso de gigante hacia el estalinismo.
Ante ese acto de depredación en Telefónica, el débil Feijóo, líder del Partido Popular, el principal de la oposición, afirma: «Sánchez coloniza ahora las empresas privadas, van a por todas pero les pararemos».
Por su parte, Abascal, líder de VOX, partido acusado de ser la "extrema derecha" por los socialistas, denuncia el «asalto» de Sánchez a Telefónica: «Una más del sátrapa de Moncloa» y equipara a Sánchez con el narco dictador venezolano Nicolás Maduro.
Independientemente de las críticas políticas, lo cierto es que Sánchez sobra en una Europa democrática y libre. Es un tirano de libro, insaciable, peligroso, inmoral y corrupto como pocos en la Historia.
El hasta ahora presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, ha sido sustituido, tras el golpe fulminante del gobierno español, por Marc Murtra, hasta ahora presidente de la empresa Indra, encargada por los socialistas españoles de realizar los escrutinios electorales y acusada por numerosos periodistas y expertos de ser sospechosa de manipulaciones informáticas de los resultados electorales, siempre en favor de las izquierdas.
Murtra, el nuevo hombre fuerte en Telefónica es un miembro del socialismo catalán, adscrito de manera ferviente al sanchismo.
El asalto a Telefónica constituye un paso adelante en la estrategia depredadora de Sánchez y un salto en su tiranía. Abascal afirma con razón que "No sólo asaltan las instituciones del Estado y colocan a sus afines, sino que también asaltan empresas privadas estratégicas".
El gobierno de Sánchez, insaciable y corrupto, ha tomado ya el control del Tribunal Constitucional, la Fiscalía General del Estado, el Tribunal de Cuentas, el Banco de España, la Abogacía del Estado, la radio y la televisión públicas y decenas de instituciones que en democracia deberían ser independientes, pero que el sátrapa de la Moncloa no respeta y necesita dominar para eludir controles y evitar castigos judiciales a su comportamiento corrupto y al de sus familiares y colaboradores, todo un comportamiento dictatorial y abusivo que no tiene cabida en la Unión Europea ni en el mundo libre.
Además de esa "ocupaciones", el sanchismo ha domesticado a las Fuerzas Armadas controlando los dineros y los ascensos y compra con dinero público a periodistas y subvenciona a empresas mediáticas para ponerlas de su parte, ocultar la verdad y sustituirla por su versión mentirosa de la realidad, siempre para ganar la batalla del relato y conseguir votos por la vía corrupta.
Es todo un depredador del peor estilo soviético.
Francisco Rubiales