A pesar de ser la única diputada de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez forzará hoy a los grupos parlamentarios del Congreso a pronunciarse sobre la conveniencia de que el Gobierno aplique la Ley de Bases de Régimen Local para disolver, en un plazo máximo de tres meses, los 42 ayuntamientos vascos y navarros gobernados por Acción Nacionalista Vasca (ANV-EAE). Toda una gesta para alguien que está siendo marginada y acosada por la partitocracia española y por los medios de comunicación sometidos a los grandes partidos.
El injusto y miserable acoso a Rosa Diez por parte de los grandes partidos políticos y de sus aliados está generando indignación y despertando en la sociedad española un sentimiento de adhesión a la esforzada política, símbolo hoy del deseo de regenerar la democracia y de la resistencia a una partitocracia frustrante que está llevando a España hacia la ruina.
Odiada por el PSOE, despreciada por un Zapatero que se niega a mirarla en las Cortes, inspiradora de las peores pesadillas en el PP, donde temen que cientos de miles de sus votantes se pasen a las filas de UPyD, y convertida en la "bestia" del nacionalismo desbocado en España, sobre todo del vasco y del catalán, Rosa Díez y su partido están sufriendo también un boicot deleznable y antidemocrático por parte de los grandes medios de comunicación al servicio del poder, que silencian sus actuaciones y mensajes, y por una parte importante de la banca española, que se niega a proporcionarle el dinero necesario para convertirse en un gran partido de masas.
El gobierno ha decidido excluirla de las encuestas sobre valoración de políticos e intención de votos, mientras que los thinks tanks de la izquierda, la derecha y el nacionalismo fabrican argumentos para desacreditarla y realizan filtraciones para debilitar su prestigio e imagen en alza.
Pero una marea creciente de ciudadanos españoles, sobre todo de aquellos sectores más concienciados, cultos y demócratas de la sociedad, a los que repugna el comportamiento mendaz de la partitocracia española y el asesinato de la democracia que perpetran a diario esos grandes partidos, están acercándose con admiración y respeto al fenómeno de UPyD y compensado con su apoyo a Rosa Díez, la marginación y el injusto acoso que padece por parte del corrompido "sistema".
Mientras que crece el sentimiento popular de "Salvar a Rosa", los medios de comunicación sometidos al poder, sobre todo Televisión Española y, en menor medida, Radio Nacional, incumpliendo la Constitución, que garantiza el pluralismo y la igualdad de oportunidades, silencian sus mensajes, ignoran sus actuaciones políticas y procuran desacreditarla con una bateria de insidias e informaciones que generan confusión y descrédito.
El acoso a Rosa Díez se está convirtiendo en uno de los capítulos más vergonzosos de la actualidad política española, en una batalla donde los poderosos se cubren de estiercol al lanzar todos sus recursos y fuerzas contra una solitaria diputada en Cortes a la que temen porque ella se siente libre y aparece ante la sociedad como la única capaz de denunciar, en público y en el principal foro de España, las lacras éticas, los déficits democráticos y los abusos del poder.
El injusto y miserable acoso a Rosa Diez por parte de los grandes partidos políticos y de sus aliados está generando indignación y despertando en la sociedad española un sentimiento de adhesión a la esforzada política, símbolo hoy del deseo de regenerar la democracia y de la resistencia a una partitocracia frustrante que está llevando a España hacia la ruina.
Odiada por el PSOE, despreciada por un Zapatero que se niega a mirarla en las Cortes, inspiradora de las peores pesadillas en el PP, donde temen que cientos de miles de sus votantes se pasen a las filas de UPyD, y convertida en la "bestia" del nacionalismo desbocado en España, sobre todo del vasco y del catalán, Rosa Díez y su partido están sufriendo también un boicot deleznable y antidemocrático por parte de los grandes medios de comunicación al servicio del poder, que silencian sus actuaciones y mensajes, y por una parte importante de la banca española, que se niega a proporcionarle el dinero necesario para convertirse en un gran partido de masas.
El gobierno ha decidido excluirla de las encuestas sobre valoración de políticos e intención de votos, mientras que los thinks tanks de la izquierda, la derecha y el nacionalismo fabrican argumentos para desacreditarla y realizan filtraciones para debilitar su prestigio e imagen en alza.
Pero una marea creciente de ciudadanos españoles, sobre todo de aquellos sectores más concienciados, cultos y demócratas de la sociedad, a los que repugna el comportamiento mendaz de la partitocracia española y el asesinato de la democracia que perpetran a diario esos grandes partidos, están acercándose con admiración y respeto al fenómeno de UPyD y compensado con su apoyo a Rosa Díez, la marginación y el injusto acoso que padece por parte del corrompido "sistema".
Mientras que crece el sentimiento popular de "Salvar a Rosa", los medios de comunicación sometidos al poder, sobre todo Televisión Española y, en menor medida, Radio Nacional, incumpliendo la Constitución, que garantiza el pluralismo y la igualdad de oportunidades, silencian sus mensajes, ignoran sus actuaciones políticas y procuran desacreditarla con una bateria de insidias e informaciones que generan confusión y descrédito.
El acoso a Rosa Díez se está convirtiendo en uno de los capítulos más vergonzosos de la actualidad política española, en una batalla donde los poderosos se cubren de estiercol al lanzar todos sus recursos y fuerzas contra una solitaria diputada en Cortes a la que temen porque ella se siente libre y aparece ante la sociedad como la única capaz de denunciar, en público y en el principal foro de España, las lacras éticas, los déficits democráticos y los abusos del poder.
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