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SPIELBERG MORIRÍA POR EE. UU. Y POR ISRAEL





(PUES EL MENDA LERENDA NI POR UN PAÍS NI POR OTRO)

En una interviú concedida al semanario Der Spiegel, el director de cine Steven Spielberg, amén de intentar salir incólume de la misma, esquivando o echando balones fuera y deshaciéndose de los sambenitos (entre otras lindezas, ha cosechado las inicuas contumelias u ostras con perla de “pacifista loco” y “traidor”) que han ido colocándole miembros pertenecientes a la comunidad judía estadounidense, que están en desacuerdo con la visión que el realizador susodicho ha dado de unos (militantes palestinos armados) y otros (agentes israelíes del Mossad) en su última cinta, “Múnich” (sobre la matanza de atletas israelíes que tuvo lugar mientras se celebraban los Juegos Olímpicos en la citada ciudad alemana en 1972), niega haber situado a los palestinos y a los israelíes en el mismo plano, aunque reconoce que unos y otros buscaban lo mismo, atemorizar y “aterrorizar al enemigo”.

Ante la acusación de haber dado un rostro humano a los terroristas, contesta, irrefutablemente, que deshumanizándolos, caricaturizándolos, no hubiera logrado lo que pretendía, persuadir al espectador de que estaba asistiendo a la proyección de una película de tema serio.

De todas las afirmaciones que hizo en la entrevista, la que más me ha llamado la atención es ésa en la que admite que “si fuera necesario, estaría dispuesto a morir tanto por EE. UU. como por Israel”. Y el menda lerenda se dice, amable, atento, dilecto, discreto y selecto lector, a sí mismo, una de dos, o Steven Spielberg no ha leído “El guardián entre el centeno”, la estupenda novela de Jerome David Salinger, o no le convenció en absoluto la razón que adujo el psicólogo Wilhelm Steckel para poder distinguir a los hombres insensatos de los sensatos (mientras los primeros ansían morir orgullosamente por una causa, los segundos aspiran a vivir humildemente por ella), que Salinger incluyó en la parte final de su celebérrima y reputadísima (por plurales motivos) obra y sí sirvió para persuadir completamente a “Otramotro”.



Ángel Sáez García


Franky  
Sábado, 28 de Enero 2006
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