Nuestros soldados se van, y otros ya les han precedido. Todo normal y no hay nada que oponer. Los ha enviado un gobierno en el poder y ya no cabe más conversación. Hecho. No hay por qué salir a la calle ni decir “”no a la guerra” ni otras manifestaciones similares. Todo muy democrático aunque con deficiencias de procedimiento. Nadie es perfecto.
Los chicos se van a zonas donde, queramos, o no corren peligro y no poco. Dios los traiga a todos completos, y podamos recibirlos a la vuelta con abrazos y besos de alegría.
Pero claro está, adonde van no es lugar o lugares donde los esperen con bizcochos blandos, sino con balas y explosivos. ¿Qué se librarán de ellos? Yo no mandaría a nadie a esos lugares, si no fuera por imperativo de supervivencia o algo parecido. O sea por muy graves motivos. Lo de la legalidad y todo eso es una de las muchas cosas que se dicen para hacer lo que se quiere.
Ni nuestros niños, esposas, bienes, libertad etc. peligran ni nuestra posición en el mundo es tan grave ni tan importante. Y además la misión no está determinada suficientemente ni los españoles (los padres y los hermanos etc. que envían a sus hijos no saben lo que han de hacer allí. Creo que nadie lo sabe. En la expedición anterior de otro gobierno fueron con las 23 de las 25 naciones que aportaron fuerzas. Y gracias a Dios aquellos si volvieron incólumes. Suerte sería.
Anteriormente fueron a Kuwait por unos motivos, a Irak por otros y en un caso hubo repercusiones populares y en otros no. La diferencia entre la aceptación democrática, y la imposición de grupos que sacan provecho de estas situaciones.
Buch es tratado de idiota, y aumenta en las segundas elecciones su situación política, mejorándola a ojos vistas. ¡Si llega a ser listo! Y otro tanto de Blair. Aznar no tuvo tanta suerte. Pero hubo otras circunstancias, que influyeron más o menos.
Ahora todos somos un paquete en las opiniones. ¿Se van los chicos a luchar, o a lo que se presente? Todos parece que lo ven bien bien. Por lo menos, yo no veo banderas, ni carteles, etc. puestos en las ventanas. Será por que todos estamos conformes.
Yo, desde luego no. Y no es que me parezca mal lo que hace el gobierno, Es el gobierno, y a él le corresponde decidir las acciones gubernamentales, pero no creo que los que antes salían gritando ferozmente lo hagan ahora, por más o menos legalidad. Más claro… agua.
Cada cual sacará sus conclusiones. Se repiten constantemente consignas y se machaca sobre lo que pasó hace sesenta años. Cualquiera que tenga dos dedos de frente y objetividad suficiente, también sacará sus conclusiones. Yo tuve la desgracia de vivir en zona de guerra desde el principio hasta casi el fin y sé lo que pasó a pesar de se un niño pequeño. Hay escenas que no olvidaré jamás.
No entro en tertulias de ninguna clase, por que para mí la cosa es clara como el agua clara, por lo que si la gente no es capaz de discernir la situación, es un problema con el que hay que cargar, y las consecuencias de las decisiones que se tomen, hay que pechar con ellas.
Me da grima ver en las tertulias, como cada cual de los componentes se esfuerza para demostrar su posición con retóricas semánticas, acompañadas de repeticiones. No se me olvida la declaración hace muchos años, cuando un entrevistado de la Unión Soviética decía que “pronto las masas arrollarán a todos los burgueses”, y después se fue a su magnífica mansión en Madrid.
Antes había mostrado un folleto que guardé mucho tiempo en el que se decía “La inquebrantable unión de las repúblicas soviéticas” o algo por el estilo. Así se decía hace poco de la “inquebrantable unidad de España”, que ahora tantos ponen en duda.
No sabemos lo que el destino deparará, pero se avecinan tiempos interesantes en los que, a pesar de tantas dudas y señales contradictorias, prometen tanto esperanza como pesimismo por igual.
Yo prefiero darme por contento con que no se repitan las cosas que viví de niño, y que no quiero que se repitan. Somos hermanos, y como hermanos, con la lógica rivalidad de hermanos, hemos de proceder. Todo, menos que un chispazo dispare la espiral de la violencia. Estamos como sentados en un barril de pólvora, quieto, y al parecer inofensivo, donde cualquiera se puede sentar.
Ese barril que parece como cualquier otro, pero en cualquier momento la chispa puede saltar, y entonces todo lo que hemos construido con tanto esfuerzo (hablo del mío), se puede ir al garete. Mala perspectiva. Pensemos, y hagamos posible todo lo que contribuya a la paz y al entendimiento. La violencia de cualquier clase, solo trae otras nuevas clases de violencia.
¡Por favor!
Rafael Marañón
Los chicos se van a zonas donde, queramos, o no corren peligro y no poco. Dios los traiga a todos completos, y podamos recibirlos a la vuelta con abrazos y besos de alegría.
Pero claro está, adonde van no es lugar o lugares donde los esperen con bizcochos blandos, sino con balas y explosivos. ¿Qué se librarán de ellos? Yo no mandaría a nadie a esos lugares, si no fuera por imperativo de supervivencia o algo parecido. O sea por muy graves motivos. Lo de la legalidad y todo eso es una de las muchas cosas que se dicen para hacer lo que se quiere.
Ni nuestros niños, esposas, bienes, libertad etc. peligran ni nuestra posición en el mundo es tan grave ni tan importante. Y además la misión no está determinada suficientemente ni los españoles (los padres y los hermanos etc. que envían a sus hijos no saben lo que han de hacer allí. Creo que nadie lo sabe. En la expedición anterior de otro gobierno fueron con las 23 de las 25 naciones que aportaron fuerzas. Y gracias a Dios aquellos si volvieron incólumes. Suerte sería.
Anteriormente fueron a Kuwait por unos motivos, a Irak por otros y en un caso hubo repercusiones populares y en otros no. La diferencia entre la aceptación democrática, y la imposición de grupos que sacan provecho de estas situaciones.
Buch es tratado de idiota, y aumenta en las segundas elecciones su situación política, mejorándola a ojos vistas. ¡Si llega a ser listo! Y otro tanto de Blair. Aznar no tuvo tanta suerte. Pero hubo otras circunstancias, que influyeron más o menos.
Ahora todos somos un paquete en las opiniones. ¿Se van los chicos a luchar, o a lo que se presente? Todos parece que lo ven bien bien. Por lo menos, yo no veo banderas, ni carteles, etc. puestos en las ventanas. Será por que todos estamos conformes.
Yo, desde luego no. Y no es que me parezca mal lo que hace el gobierno, Es el gobierno, y a él le corresponde decidir las acciones gubernamentales, pero no creo que los que antes salían gritando ferozmente lo hagan ahora, por más o menos legalidad. Más claro… agua.
Cada cual sacará sus conclusiones. Se repiten constantemente consignas y se machaca sobre lo que pasó hace sesenta años. Cualquiera que tenga dos dedos de frente y objetividad suficiente, también sacará sus conclusiones. Yo tuve la desgracia de vivir en zona de guerra desde el principio hasta casi el fin y sé lo que pasó a pesar de se un niño pequeño. Hay escenas que no olvidaré jamás.
No entro en tertulias de ninguna clase, por que para mí la cosa es clara como el agua clara, por lo que si la gente no es capaz de discernir la situación, es un problema con el que hay que cargar, y las consecuencias de las decisiones que se tomen, hay que pechar con ellas.
Me da grima ver en las tertulias, como cada cual de los componentes se esfuerza para demostrar su posición con retóricas semánticas, acompañadas de repeticiones. No se me olvida la declaración hace muchos años, cuando un entrevistado de la Unión Soviética decía que “pronto las masas arrollarán a todos los burgueses”, y después se fue a su magnífica mansión en Madrid.
Antes había mostrado un folleto que guardé mucho tiempo en el que se decía “La inquebrantable unión de las repúblicas soviéticas” o algo por el estilo. Así se decía hace poco de la “inquebrantable unidad de España”, que ahora tantos ponen en duda.
No sabemos lo que el destino deparará, pero se avecinan tiempos interesantes en los que, a pesar de tantas dudas y señales contradictorias, prometen tanto esperanza como pesimismo por igual.
Yo prefiero darme por contento con que no se repitan las cosas que viví de niño, y que no quiero que se repitan. Somos hermanos, y como hermanos, con la lógica rivalidad de hermanos, hemos de proceder. Todo, menos que un chispazo dispare la espiral de la violencia. Estamos como sentados en un barril de pólvora, quieto, y al parecer inofensivo, donde cualquiera se puede sentar.
Ese barril que parece como cualquier otro, pero en cualquier momento la chispa puede saltar, y entonces todo lo que hemos construido con tanto esfuerzo (hablo del mío), se puede ir al garete. Mala perspectiva. Pensemos, y hagamos posible todo lo que contribuya a la paz y al entendimiento. La violencia de cualquier clase, solo trae otras nuevas clases de violencia.
¡Por favor!
Rafael Marañón