Colaboraciones

SITUACIÓN CAÓTICA EN BARCELONA





Barcelona está atorada y airada. La angustia y la rabia ciudadana no encuentra remanso. Pareciera que los espíritus negativos, en su confabulación, la tuvieran sometida y todos al unísono vinieran a cobrar ese tributo que debe pagar la imprevisión y la ineptitud de estos políticos del talante. ¿Dónde están las voces proclives a estos de ZP, con su abultado blindaje mediático, que, antes, esputaban sus críticas, debates incisivos y verborreas; dónde los del “pásalo” y dónde las algaradas y las convocatorias intelectualoides?

¡Era muy preciso que ellos gobernaran! ¡Son imprescindibles, consigan o no la encomienda del votante! Al abrigo de una Ley Electoral, que exige urgente reforma, vienen ellos con su ambición e interés, desplazan y arrebatan, entre componendas y tejemanejes, toda posibilidad al partido más votado y, no en una, sino en todas las Instituciones. Inmediatamente, toman la poltrona, se colocan su sueldo y se olvidan del bien común y de la gestión y administración eficientes en pro de las exigencias y necesidades del pueblo. En su inoperancia y negligencia, sólo se ocupan de una reforma estatutaria, “non petita” e innecesaria, que incluso ERC ha dicho ayer, que «no sirve para resolver los problemas cotidianos de los ciudadanos»; y se enredan en la diatriba definitoria de si la Entidad es una nación, nacionalidad, región o comunidad dominica. Y, mientras se entretienen en la ebriedad ideológica y en polémicas estériles, los podencos corren y caen bajo la liebre. La desconexión política y la despreocupación social, campean, irritan y desprestigian. ¡Ya les presentará su factura!

El caos suma y sigue. Los edificios se ennegrecen y los vecinos, que ya no aguantan más, ahogados con los humos y ruidos electrógenos, que, únicamente el Ejército de la España denostada por la catalanidad, ha traído para aliviarles las tinieblas. Más de 24.000 viajeros se quedaron varados en Barcelona por la enésima avería de las vías férreas de cercanías y de media y larga distancia y nadie se hace responsable; noventa trenes en un día clave de movimiento quedaron varados; y cuatrocientos viajeros atrapados en un túnel, por un problema del convoy, tuvieron que salir andando por las vías. Exasperados, los vecinos no logran dormir por las obras del AVE, los edificios vibran y el nivel de decibelios sobrepasa lo legal. Lo único que se les ocurre es colgar carteles pidiendo «disculpas». Las lluvias trajeron nuevas averías a todas las líneas de trenes y a miles de afectados. El aeropuerto hubo de suprimir su servicio; los ciudadanos que se dirigían a El Prat califican de «tercermundistas» las infraestructuras. Una señora decía, “no busque otros culpables, la responsabilidad es de la Generalidad”. En tres años se han «paralizado o retrasado» 941 kilómetros de alta velocidad y 865 kilómetros de autovías; y es que, desde que Aznar invirtió en Cataluña un 18 por ciento en infraestructuras, estos gobernantes compañeros de Zapatero no han sabido funcionar e invertir, ni movido una hoja. Y la ministra de Fomento, exportada de Chaves, se viene a pedir paciencia y comprensión a los usuarios catalanes. El enojo y la tensión rondaban e invadían las estancias de Sants. La sensación y la tónica generalizada de continuos problemas son que las infraestructuras en Cataluña no funcionan. Una vez más, la AP-7 soportó sus enormes kilómetros de atascos entre Tarragona y Altafulla.

PP, CiU, ERC, ICV y hasta PSC cierran el cerco sobre la ministra de Fomento. El PP está pidiendo su urgente dimisión;«ha demostrado sobradamente, dicen, que no está capacitada para hacer frente a tal cometido». Y Convergencia, por su parte, arremete contra el curioso invento del tripartito; responsabiliza al Ejecutivo Catalán del desbarajuste de RENFE, que, a su parecer, «no es un Gobierno, sino un grupo de inútiles compitiendo, para ver quién hace la barbaridad más grande». Pero, Ellos se quitan el mochuelo y entran en el ruedo con su muleta planchadita. No es que el Gobierno de ZP esté impoluto, pero la irresponsabilidad directa les toca a los gobernantes catalanes, que se escudan y «miran a otro lado ante los incidentes diarios»; exhiben hoy, «los niveles más bajos de prestigio que se recuerdan en la Institución», «hacen falta respuestas inmediatas, porque ya hace demasiado tiempo que nadie asume responsabilidades».

La ciudad herida, atrapada por la inseguridad, la inepcia y la irresolución les grita que provean las infraestructuras y gestionen con inmediatez los asuntos ciudadanos. Socialitas y republicanos, inmersos en su independentismo de son antiespañol, deben arrostrar su inepcia, su desconocimiento e impericia, dejar los asuntos públicos en manos solventes, sabias y diligentes y dimitir sin dilación. Es el pueblo hastiado el que exige su dimisión inmediata.


C. Mudarra

   
Lunes, 3 de Septiembre 2007
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