Colaboraciones

SIETE COLUMNAS, SIETE





“La verdadera alegría nace de la buena conciencia”.


Erasmo de Rótterdam



A dos de mis siete orgullos irrenunciables, mis sobrinas Lucía y Alba, porque hoy, miércoles, 21, y el próximo domingo, 25, cumplen años. Ergo, ¡muchas (y variadas y respectivas) felicidades! (a ambas, amén de a cuantos celebren sus cumpleaños y santos u onomásticas durante estos días).

Ahí van, queridas, los siete mejores regalos, siete, que puede haceros vuestro tío “Tito”, el “letraherido” o, aún mejor, el “verbadebelado”, quiero decir, el que fue, es y será rendido por las palabras:

1.- “Casi todos los hombres son malos”.

2.- “Piensa en tu fin”.

3.- “Evita los extremos”.

4.- “La perseverancia todo lo alcanza”.

5.- “Aprovecha la oportunidad”.

6.- “Conócete a ti mismo”.

7.- “La certeza es la ruina”.

Seguramente, a algunos de los amables, atentos, dilectos, discretos y selectos lectores de ésta, mi hodierna y postrera chuchería literaria, que os dedico en exclusiva a vosotras dos, les extrañará sobremanera que a los susodichos siete cimientos o pilares los considere el menda lerenda, “Otramotro”, inmejorables obsequios, pero todavía les extrañará más que con los siete simples principios apunta(la)dos pueda funcionar una persona cualquiera, en medio de este mundo inmundo nuestro por el que nos ha tocado en suerte peregrinar, vagar, a las mil maravillas, o sea, que cada cual, quisque o hijo de vecino pueda desenvolverse por este refractario valle de lágrimas sin mayores agobios ni problemas.

La tradición atribuye las siete frases ment(ol)adas a Bías, de Priene; Cleóbulo, de Lindos; Misón, de Quenes; Pítaco, de Mitilene; Quilón, de Lacedemonia; Solón, de Atenas; y Tales, de Mileto; los siete sabios de la antigua Grecia. Tal vez aquí estribe, radique o resida la razón grave, de peso, o liviana de la robustez o endeblez de mi edificio crítico, (est)ético y filosófico.



Ángel Sáez García


Franky  
Jueves, 22 de Junio 2006
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