Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), con residencia en Washington, rango protocolario de Jefe de Estado y disfrutando uno de los sueldos más altos del planeta (en torno a 400.000 dólares al año, libres de impuestos), se perfila como el gran activo de la derecha española y como el único político capaz de desalojar al PSOE del poder en una futura confrontación electoral.
Fue apoyado por el propio Zapatero para que ocupara su actual puesto de alto funcionario internacional, quizás porque así el PSOE se libraba de un político de raza que había llegado al final de la etapa Aznar sin el más mínimo desgaste y con fama de eficaz y prudente.
Ahora, ante las dificultades de su partido, el PP, que no consigue avanzar en las encuestas, y ante la creciente influencia de Aznar, que se mueve en las sombras, y los problemas de liderazgo que afronta Rajoy, que no termina de afianzarse como líder de la oposición, cada día recibe más llamadas desde España, la mayoría de empresarios y de miembros destacados de su partido, que le "tientan" con la idea de regresar "pronto" para capitanear el desalojo del PSOE de la Moncloa.
Pero Rato, por el momento, parece sentirse a gusto en el FMI, donde cada día es apreciado más por su independencia, tacto y saber hacer, si bien no le quita el ojo a las andanzas de su partido en España, especialmente ahora, cuando la pérdida del poder en Galicia puede arruinar la carrera de Rajoy y generar una marea de cambios en la cúspide del PP.
Fue apoyado por el propio Zapatero para que ocupara su actual puesto de alto funcionario internacional, quizás porque así el PSOE se libraba de un político de raza que había llegado al final de la etapa Aznar sin el más mínimo desgaste y con fama de eficaz y prudente.
Ahora, ante las dificultades de su partido, el PP, que no consigue avanzar en las encuestas, y ante la creciente influencia de Aznar, que se mueve en las sombras, y los problemas de liderazgo que afronta Rajoy, que no termina de afianzarse como líder de la oposición, cada día recibe más llamadas desde España, la mayoría de empresarios y de miembros destacados de su partido, que le "tientan" con la idea de regresar "pronto" para capitanear el desalojo del PSOE de la Moncloa.
Pero Rato, por el momento, parece sentirse a gusto en el FMI, donde cada día es apreciado más por su independencia, tacto y saber hacer, si bien no le quita el ojo a las andanzas de su partido en España, especialmente ahora, cuando la pérdida del poder en Galicia puede arruinar la carrera de Rajoy y generar una marea de cambios en la cúspide del PP.