La soriasis (o psoriasis), enfermedad que altera la piel y que produce manchas en el cuerpo, ha invadido por entero al PP por culpa del caso "Soria", proporcionándole un aspecto tan feo y repulsivo que genera rechazo. Es una enfermedad por lo general leve, pero sus signos externos son evidentes y a veces provocan daños estéticos muy intensos.
La soriasis, más que el mismo cáncer, ha sido la culpable de que el PP exhiba su peor rostro ante millones de españoles y de que la sociedad española contemple, con toda crudeza, la inmensa fealdad del PP y sus terribles carencias para la democracia y el liderazgo.
Tras resistirse sin éxito, el PP ha quedado derrotado en la mesa del Congreso y tendrá que comparecer el ministro de Guindos, una estrella ascendente del partido que contaba con el apoyo de Europa y las grandes finanzas mundiales para sustituir a Rajoy, pero que, por culpa del "caso Soria", queda seriamente tocado y devaluado como político.
Pero la principal víctima de la enfermedad ha sido Mariano Rajoy, cuya imagen de político falso, mentiroso y tramposo ha quedado muy fortalecida y fijada en la conciencia y la retina de millones de españoles, tras afirmar aquella falsedad de que Soria había sido elegido por "concurso" y por una comisión técnica, cuando el concurso era en realidad un "dedazo" y la comisión un grupito de altos cargos del partido y del gobierno, todos dependientes del ministro de Guindos, que será el que asuma la responsabilidad política directa para salvar al muy tocado y dañado Mariano Rajoy.
La gravedad de las chapuza del "caso Soria" se debe a diversos factores, pero el principal de ellos es que las mentiras, falsedades y engaños se produjeron poco después de la firma del pacto por la regeneración con Ciudadanos, demostrando el PP que jamás pensó cumplir esos compromisos.
Otro factor que sustenta la gravedad de la "soriasis" del PP y de Rajoy es la reiteración en la falsedad, la mentira y el engaño, vicios incompatibles con una democracia que exige transparencia, verdad y limpieza. Rajoy ya demostró su tendencia a mentir cuando incumplio casi todas las promesas electorales que le llevaron al poder, entre ellas las de combatir la corrupción, reducir el tamaño del Estado, frenar el endeudamiento y bajar los impuestos, provocando un sentimiento profundo de frustración y rechazo en la ciudadanía, que provocó la pérdida de tres millones de votos en las elecciones de 2015.
Los estrategas del PP tienen miedo ante la aceleración intensa del proceso de deterioro del PP y hacen todo lo posible para que la "soriasis" se detenga y se olvide, como ha ocurrido con otros muchos escándalos y errores del partido, pero la "soriasis" está creciendo como una bola de nueve, impulsada por la indignación ciudadana ante tanta mentira y abuso.
Los estragos que la soriasis, una enfermedad que no provoca la muerte pero que, cuando se extiende por el cuerpo, genera rechazo y terribles daños estéticos, está causando en la imagen del PP y de Rajoy son brutales, hasta el punto de que el presidente, que era todo un "zar" invencible e intocable en el PP, está ya siendo clara y abiertamente cuestionado en los sectores más sanos y decentes de su partido.
Francisco Rubiales
La soriasis, más que el mismo cáncer, ha sido la culpable de que el PP exhiba su peor rostro ante millones de españoles y de que la sociedad española contemple, con toda crudeza, la inmensa fealdad del PP y sus terribles carencias para la democracia y el liderazgo.
Tras resistirse sin éxito, el PP ha quedado derrotado en la mesa del Congreso y tendrá que comparecer el ministro de Guindos, una estrella ascendente del partido que contaba con el apoyo de Europa y las grandes finanzas mundiales para sustituir a Rajoy, pero que, por culpa del "caso Soria", queda seriamente tocado y devaluado como político.
Pero la principal víctima de la enfermedad ha sido Mariano Rajoy, cuya imagen de político falso, mentiroso y tramposo ha quedado muy fortalecida y fijada en la conciencia y la retina de millones de españoles, tras afirmar aquella falsedad de que Soria había sido elegido por "concurso" y por una comisión técnica, cuando el concurso era en realidad un "dedazo" y la comisión un grupito de altos cargos del partido y del gobierno, todos dependientes del ministro de Guindos, que será el que asuma la responsabilidad política directa para salvar al muy tocado y dañado Mariano Rajoy.
La gravedad de las chapuza del "caso Soria" se debe a diversos factores, pero el principal de ellos es que las mentiras, falsedades y engaños se produjeron poco después de la firma del pacto por la regeneración con Ciudadanos, demostrando el PP que jamás pensó cumplir esos compromisos.
Otro factor que sustenta la gravedad de la "soriasis" del PP y de Rajoy es la reiteración en la falsedad, la mentira y el engaño, vicios incompatibles con una democracia que exige transparencia, verdad y limpieza. Rajoy ya demostró su tendencia a mentir cuando incumplio casi todas las promesas electorales que le llevaron al poder, entre ellas las de combatir la corrupción, reducir el tamaño del Estado, frenar el endeudamiento y bajar los impuestos, provocando un sentimiento profundo de frustración y rechazo en la ciudadanía, que provocó la pérdida de tres millones de votos en las elecciones de 2015.
Los estrategas del PP tienen miedo ante la aceleración intensa del proceso de deterioro del PP y hacen todo lo posible para que la "soriasis" se detenga y se olvide, como ha ocurrido con otros muchos escándalos y errores del partido, pero la "soriasis" está creciendo como una bola de nueve, impulsada por la indignación ciudadana ante tanta mentira y abuso.
Los estragos que la soriasis, una enfermedad que no provoca la muerte pero que, cuando se extiende por el cuerpo, genera rechazo y terribles daños estéticos, está causando en la imagen del PP y de Rajoy son brutales, hasta el punto de que el presidente, que era todo un "zar" invencible e intocable en el PP, está ya siendo clara y abiertamente cuestionado en los sectores más sanos y decentes de su partido.
Francisco Rubiales
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