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Rajoy no tiene ni idea de lo que es democracia



En su reciente debate sobre el Estado de la Nación, Mariano Rajoy demostró su terrible ignorancia sobre lo que es democracia y sobre las exigencias de ese sistema. Rajoy cree que corrupción es robar dinero público, pero eso es solo la consecuencia de la corrupción. Corrupción es ignorar la democracia, nombrar jueces y magistrados desde los partidos políticos, mantener la financiación pública de los partidos políticos, sindicatos y patronal, cuando el pueblo grita que se acaben, legislar y gobernar en contra de la voluntad popular, cobrar impuestos injustos, mantener a los corruptos impunes y sin castigo, mentir e incumplir las promesas electorales y, como ha ocurrido hoy, detener a 5 bosnias, ya detenidas antes 330 veces, por robar carteras en el Metro de Madrid. Si eso es así, el PSOE y el PP son dos partidos igualmente corruptos, hasta las trancas, y, por supuesto, es lícito generalizar porque todos sus militantes y cuadros comparten ese comportamiento indecente.
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Cuando el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, reconoció recientemente que no había cumplido sus promesas electorales, pero se justificó afirmando que "sí he cumplido con mi deber", demostró no tener ni puñeterta idea de lo que es la democracia. La democracia consiste, precisamente, en someterse siempre a las normas, leyes y reglas del juego, en no mentir jamás y en no engañar a los votantes incumpliendo lo que prometió y evitando así una violación grave del sistema que trae consigo la delegitimación.

El "cumplimiento del deber" es un recurso que han utilizado todos los dictadores de la Historia, desde Franco a Hítler, sin olvidar a Stalin y Mao, para justificar sus abusos y su desprecio a la democracia, un sistema que exige el cumplimiento estricto de las leyes y el respeto a las normas, sin trucos ni atajos.

Mentir siempre es un pecado mortal en democracia, pero incumplir lo prometido en campaña electoral es todo un sacrilegio, ya que los ciudadanos han emitido su voto creyendo en promesas que, al no cumplirse, se convierten en estafa.

Hay razones de fuerza mayor que pueden forzar a un mandatario a incumplir lo que prometió. El ejemplo clásico es el del mandatario que promete la paz y cuando llega al poder su país es invadido por un enemigo externo, lo que obliga a defender el territorio mediante la guerra. En ese caso, cuando sea posible, el mandatario está obligado a poner su cargo a disposición de los electores, que, si comprenden que han existido razones suficientes para incumplir la promesa, suelen ratificar al dirigente elegido.

Las razones esgrimidas por Rajoy no tienen fuerza suficiente para haber forzado la estafa. Las subidas de impuestos no eran la única vía necesaria para equilibrar las cuentas públicas. En las familias hay dos vías para conseguir el equilibrio económico: ingresar mas o gastar menos. Rajoy a optado por ingresar mas, a costa, incluso, de destruir la economía de las clases medias y de provocar el cierre de cientos de miles de empresas, lo que significa, además de una estafa, todo un atentado contra la Justicia y la equidad.

La ignorancia de Rajoy en materia democrática es supina, pero no sólo por haber incumplido sus promesas electorales de manera reiterada y voluntariamente, sino por otros errores y alteraciones del sistema perpetrados por él y su gobierno. Pueden mencionarse, entre otros, el mantenimiento de la enorme masa de enchufados colocados en el Estado sin otro mérito que el de ser amigos o parientes de políticos o el de tener un carné de partido, todo un abuso de poder intolerable en democracia. También puede mencionarse el mantenimiento de las subvenciones públicas a partidos, sindicatos, patronal y otras instituciones próximas a los partidos políticos, a pesar de que el pueblo reclama con insistencia su supresión y de que el ciudadano está siendo forzado hasta el máximo con sacrificios fiscales que rozan el expolio.

Pero hay mas "atentados" con el sistema y su legitimidad, como haber preferido eliminar derechos y practicar recortes antes que renunciar a privilegios de la casta política o no haber hecho nada para combatir el peor drama de la España actual, que es la profunda corrupción que sufren sus instituciones y la cúpula del poder. Rajoy ha demostrado que el estado calamitoso de la democracia española le da igual, ya que no ha hecho absolutamente nada para restablecer la independencia del poder Judicial, sino todo lo contrario, someterlo todavía mas, o por limitar el desmesurado e indecente poder de los partidos políticos o la escandalosa marginación del ciudadano, cuya participación en el proceso de toma de decisiones es nula.

Rajoy razona como lo han hecho siempre los totalitarios de la izquierda, que defienden que lo importante no es gobernar según determinadas reglas (democracia), sino hacerlo bien, ser eficaz, en definitiva, lo que equivale a sumarse a la legión indecente de los que defienden que "el fin justifica los medios", principio base de toda tiranía.


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Viernes, 22 de Febrero 2013
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