En una carta enviada la víspera del día de Reyes a 200 entidades, el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, llama a la sociedad catalana a cerrar filas e incita a la rebeldía civil si el Tribunal Constitucional termina recortando el Estatut.
¿A que juega Montilla, a defender la autonomía de Cataluña o su estatus personal privilegiado y el de toda la "casta" política profesional catalana?
Mas bien parece defender sus privilegios personales y los de la casta política catalana, entre los que figuran los de su esposa, Anna Hernández, que ocupa nada menos que 14 altos cargos en empresas públicas y privadas.
A juzgar por los datos, Montilla defiende los privilegios de la casta y recurre para ello al entramado próximo al gobierno y a los partidos catalanes, un mundo reducido y casi virtual que nada tiene que ver con la ciudadanía catalana, ajena a los tejemanejes de los jerifaltes y a los intereses de la casta política profesional y sus apoyos empresariales.
El Estatut, considerado vital para Cataluña por Montilla y su entorno politizado, fue tratado con indiferencia por la población catalana, que practicó la abstención en el referendum, hasta el punto de humillar a la casta política catalana con una aprobación exigüa de apenas uno de cada tres catalanes con derecho a voto, porcentaje claramente insuficiente en democracia para una ley fundamental.
Montilla pide apoyo a las 200 entidades que se sumaron al editorial "Por la dignidad de Catalunya", que 12 cabeceras catalanas publicaron conjuntamente en noviembre, en defensa del Estatuto. José Montilla les agradece en su carta el apoyo al Estatuto y se muestra "seguro" de que "Cataluña podrá contar" con el apoyo de los destinatarios del texto "si llega el momento en que sea preciso dar una nueva respuesta política y cívica, clara y unitaria".
Montilla, con su actitud, parece violar la legalidad al anteponer la defensa del Estatuto a la defensa de la Constitución, una ley de superior rango y el principal deber de su cargo de Presidente.
¿A que juega Montilla, a defender la autonomía de Cataluña o su estatus personal privilegiado y el de toda la "casta" política profesional catalana?
Mas bien parece defender sus privilegios personales y los de la casta política catalana, entre los que figuran los de su esposa, Anna Hernández, que ocupa nada menos que 14 altos cargos en empresas públicas y privadas.
A juzgar por los datos, Montilla defiende los privilegios de la casta y recurre para ello al entramado próximo al gobierno y a los partidos catalanes, un mundo reducido y casi virtual que nada tiene que ver con la ciudadanía catalana, ajena a los tejemanejes de los jerifaltes y a los intereses de la casta política profesional y sus apoyos empresariales.
El Estatut, considerado vital para Cataluña por Montilla y su entorno politizado, fue tratado con indiferencia por la población catalana, que practicó la abstención en el referendum, hasta el punto de humillar a la casta política catalana con una aprobación exigüa de apenas uno de cada tres catalanes con derecho a voto, porcentaje claramente insuficiente en democracia para una ley fundamental.
Montilla pide apoyo a las 200 entidades que se sumaron al editorial "Por la dignidad de Catalunya", que 12 cabeceras catalanas publicaron conjuntamente en noviembre, en defensa del Estatuto. José Montilla les agradece en su carta el apoyo al Estatuto y se muestra "seguro" de que "Cataluña podrá contar" con el apoyo de los destinatarios del texto "si llega el momento en que sea preciso dar una nueva respuesta política y cívica, clara y unitaria".
Montilla, con su actitud, parece violar la legalidad al anteponer la defensa del Estatuto a la defensa de la Constitución, una ley de superior rango y el principal deber de su cargo de Presidente.
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