Colaboraciones

QUOD FACTUM EST INFECTUM FIERI NEQUIT





“Tengo para mí que el vocablo “héroe” sólo lo merece y prestigia quien, estando dispuesto a dar hasta su última gota de sangre, se cerciora de que la/s persona/s por la/s que va a arriesgar su piel nunca predicará/n su nombre ni aireará/n su hazaña”.

Emilio González, “Metomentodo”


O sea, no puede conseguirse que lo que ha acontecido no haya ocurrido. Es algo que sabe o debería saber cualquier quisque o hijo de vecino con dos (o más) dedos de frente. De la susodicha guisa, con la inestimable ayuda de la traducción del latinajo, suele explicar un selecto elenco de filósofos insignes la ley de la inmutabilidad de la realidad o verdad radical, la irreversibilidad de lo sucedido; urdido con otras palabras, que la historia puede ignorarse, olvidarse o simularse, pero de ninguna de las maneras puede borrarse con nada ni por nadie.

Imaginemos, verbigracia, que Fulano de Tal es un médico que ha cometido un error de bulto con uno de sus pacientes, por ejemplo y desgracia, el menda lerenda, “Otramotro”. Fulano de Tal se da cuenta de que, por no haber seguido el protocolo, ha metido una de sus gambas hasta el corvejón, mas, consciente de su fallo, hace todo lo posible para sacar su pierna del barro, por subsanar su yerro, intentando atenuar las posibles secuelas que su pésima praxis dejará en “Otramotro”. Felizmente, logrará salvarle la vida a su paciente, pero éste deberá acarrear de por vida con perniciosos efectos colaterales.

En torno al 11-M hay varios interrogantes abiertos que, por ahora, no tienen respuesta satisfactoria. Espero y deseo que quien esté en posesión de las respuestas definitivas, movido por el altruismo o el interés general, las aporte cuanto antes a la ciudadanía. El pueblo español, valorando en su justa medida la gesta (propia del héroe verdadero, el desconocido), el gesto, se lo agradecerá eviternamente con una estatua fija, inamovible.

¿Jesús Eguiguren, a instancias de José Luis Rodríguez Zapatero, pidió a Julen Madariaga, miembro fundador de ETA y en la actualidad militante de Aralar, que mediara entre dirigentes socialistas y los mandamases de la banda terrorista? En el supuesto de que tales contactos fueran ciertos, o sea, hubieran tenido “cronotopos” incontrovertibles, esto es, tiempos y lugares concretos, estando vigente el pacto Antiterrorista, ¿cómo cabría calificar tamaña deslealtad político-democrática de los socialistas vascos?

Alrededor de cierta intervención quirúrgica hay varias zonas oscuras. El menda lerenda, recordando las últimas palabras que profirió en vida Johann Wolfgang von Goethe, coincidiría (o diría que coincide) con el célebre autor alemán al pedir “¡luz; más luz!”.


Ángel Sáez García


Franky  
Jueves, 14 de Septiembre 2006
Artículo leído 1617 veces

También en esta sección: