Dos caudillos amigos, ambos gallegos, ambos anti yanquis
Es extraño y hasta incomprensible que Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo, haya tolerado la existencia de algo como la Cuba castrista a un tiro de piedra de su territorio.
La única vez que la atacó, lo hizo en Bahia de Cochinos, de manera chapucera y sin la contundencia que empleó Washinton al intervenir en Chile, Argentina, Centroamérica, Vietnam y Kuwait. Nadie en su sano juicio puede entender que los servicios de inteligencia más sofisticados y ricos del mundo no fueran capaces de desestabilizar un país enamorado del modo de vida americano, que pasaba hambre real y en el que millones de ciudadanos soñaban con escapar.
Algunos analistas y expertos afirman que durante la Guerra de los Misiles, Estados Unidos se comprometió ante la URSS a no invadir la isla, a cambio de que en territorio cubano nunca se instalaran armas nucleares, pero, ¿por qué no acabaron con el castrismo tras la caída del Muro de Berlín, cuando Rusia, casi destruida, se retiró de todos los frentes, sin fuerza para defender a sus antiguos aliados?
Hasta el famoso "bloqueo" de mercancias fue una auténtica pantomima que servía a los dos bandos, a Castro porque así podía justificar su fracaso económico y a Washington porque de ese modo salvaba la cara y mostraba cierta hostilidad con el régimen enemigo. Los cubanos estaban en realidad mas "bloqueados" por su pobreza e incapacidad de generar divisas que por el embargo de Estados Unidos, una medida poco eficaz que Cuba burlaba cuando quería y podía, comprando todo lo que necesitaba, vía zona libre del Canal de Panamá, de la que era uno de los principales clientes, o a través de España y Canadá, dos países que burlaron el embargo y proveyeron a Cuba de equipos e inversiones.
La única explicación lógica de la supervivencia de esa plataforma de miseria llamada Cuba es que Estados Unidos siempre ha considerado el país de los hermanos Castro como un regalo del cielo, una especie de escaparate de pobreza y esclavitud que sirvió para mostrar ante el mundo hacia dónde conduce el comunismo y todo el dolor, tristeza y pobreza que es capaz de generar ese sistema cuando toma el poder.
Si Cuba, con su clima, sus playas y su población alegre y emprendedora, hubiera logrado ser, dentro del comunismo, una nación próspera y feliz, con sus ciudadanos satisfechos y su economía pujante, entonces si que habría representado un peligro verdadero, no sólo para Estados Unidos, sino para todo el sistema occidental. Los revolucionarios y totalitarios del planeta se habrían sentido inspirados por el ejemplo cubano e impulsados por su éxito a derrocar a los regímenes corruptos, ineptos y desvergonzados que han gobernado medio mundo occidental en las últimas décadas.
Cuba ha sido un eficaz escaparate de pobreza, fracaso y represión, en realidad el mejor regalo imaginable para Washington y para lo que los USA representan en el mundo.
Francisco Rubiales
La única vez que la atacó, lo hizo en Bahia de Cochinos, de manera chapucera y sin la contundencia que empleó Washinton al intervenir en Chile, Argentina, Centroamérica, Vietnam y Kuwait. Nadie en su sano juicio puede entender que los servicios de inteligencia más sofisticados y ricos del mundo no fueran capaces de desestabilizar un país enamorado del modo de vida americano, que pasaba hambre real y en el que millones de ciudadanos soñaban con escapar.
Algunos analistas y expertos afirman que durante la Guerra de los Misiles, Estados Unidos se comprometió ante la URSS a no invadir la isla, a cambio de que en territorio cubano nunca se instalaran armas nucleares, pero, ¿por qué no acabaron con el castrismo tras la caída del Muro de Berlín, cuando Rusia, casi destruida, se retiró de todos los frentes, sin fuerza para defender a sus antiguos aliados?
Hasta el famoso "bloqueo" de mercancias fue una auténtica pantomima que servía a los dos bandos, a Castro porque así podía justificar su fracaso económico y a Washington porque de ese modo salvaba la cara y mostraba cierta hostilidad con el régimen enemigo. Los cubanos estaban en realidad mas "bloqueados" por su pobreza e incapacidad de generar divisas que por el embargo de Estados Unidos, una medida poco eficaz que Cuba burlaba cuando quería y podía, comprando todo lo que necesitaba, vía zona libre del Canal de Panamá, de la que era uno de los principales clientes, o a través de España y Canadá, dos países que burlaron el embargo y proveyeron a Cuba de equipos e inversiones.
La única explicación lógica de la supervivencia de esa plataforma de miseria llamada Cuba es que Estados Unidos siempre ha considerado el país de los hermanos Castro como un regalo del cielo, una especie de escaparate de pobreza y esclavitud que sirvió para mostrar ante el mundo hacia dónde conduce el comunismo y todo el dolor, tristeza y pobreza que es capaz de generar ese sistema cuando toma el poder.
Si Cuba, con su clima, sus playas y su población alegre y emprendedora, hubiera logrado ser, dentro del comunismo, una nación próspera y feliz, con sus ciudadanos satisfechos y su economía pujante, entonces si que habría representado un peligro verdadero, no sólo para Estados Unidos, sino para todo el sistema occidental. Los revolucionarios y totalitarios del planeta se habrían sentido inspirados por el ejemplo cubano e impulsados por su éxito a derrocar a los regímenes corruptos, ineptos y desvergonzados que han gobernado medio mundo occidental en las últimas décadas.
Cuba ha sido un eficaz escaparate de pobreza, fracaso y represión, en realidad el mejor regalo imaginable para Washington y para lo que los USA representan en el mundo.
Francisco Rubiales