VOX congrega a miles de personas y llena a rebosar los espacios donde celebra sus actos, algo que causa terror a sus adversarios
Vetar en un debate a VOX, un partido que ya ha demostrado estar entre los preferidos por los españoles, equivale a escamotear sus ideas y opiniones al ciudadano, cosa de cobardes, que es también contraria a la Constitución y que constituye una injusticia que el pueblo se encargará de reparar y compensar con votos.
El miedo a VOX ha marcado la pre campaña y está marcando también la campaña. Es un miedo que devalúa a los partidos políticos, les hace perder apoyos ante los ciudadanos y termina beneficiando a VOX, partido al que sus enemigos convierten en víctima y empujan hacia la victoria.
¿Por que temen a VOX? La respuesta es sencilla: porque VOX es libre y tiene la osadía de los recién llegados, que no han tenido tiempo de ser domesticados y pervertidos por el sistema. Esa osadía les hace temibles porque se atreven a plantear temas y a esgrimir argumentos que habían sido vetados por los demás partidos y cuidadosamente escondidos para que el ciudadano nunca los tenga en cuenta.
Los debates que ha abierto VOX han sido pura terapia para España, tanto el de la marginación y acoso al varón en las leyes de género como el de la idefensión del ciudadano frente a los que invaden sus hogares, ya sea para ocupar la vivienda o para robar y causar daños. Otros debates apuntados, pero todavía no abiertos por completo, como el de la perversión de las autonomías, la impunidad de los políticos, los privilegios exagerados e inmerecidos de la casta y la pésima gestión de la inmigración, sin filtrar y abierta para miles de delincuentes y vagos, esperan su turno para incendiar el país y desatar la indignación y las pasiones.
El problema es que esos temas "tabú" son, precisamente, los que más interesan y preocupan a los ciudadanos. Al plantear los temas que de verdad interesan al ciudadano, VOX está ya haciendo limpieza en la pocilga española y regenerándola.
Mencionemos algunos: las autonomías son una ruina y un despropósito que tiende a disgregar y a romper a nación; la inmigración, tal como está siendo gestionada, además de ruinosa es un peligro para la identidad, la cultura, la seguridad y la estabilidad de España; el ciudadano está marginado ye indefenso ante el sistema; la democracia está adulterada y degradada porque los políticos han dinamitados los controles, frenos y contrapesos, hasta el pundo de que los que mandan son prácticamente impunes; el número de aforados es una vergüenza para España; la permisividad y cobardía frente a los independentistas y golpistas, a los que se les permite atentar contra la nación e intentar destruirla a plena luz del día, es un comportamiento ignominioso y tal vez delictivo de los partidos políticos que han gobernado España; esos partidos nunca deberían financiarse con fondos públicos; los impuestos en España son los más elevados de Europa, a juzgar por los servicios y prestaciones que el ciudadano recibe a cambio; los privilegios de los políticos son inmerecidos y escandalosos; la Justicia está vergonzosamente politizada; la corrupción de los políticos es un cáncer que el sistema no reprime y tolera; los políticos, a los que no se les exige nada para desempeñar sus cargos, demuestran ser de una incapacidad e ineficacia intolerables; el prestigio de España en el mundo está seriamente dañado y su peso en el concierto mundial no para de descender; las leyes de género y otras imposiciones de la socialdemocracia imperante, como el poder de los colectivos de feministas, gays y lesbianas, son una afrenta para la igualdad y la dignidad de los españoles; los políticos gobiernan de espaldas al pueblo y muchas veces en contra del criterio de las mayorías y de la voluntad popular; el incumplimiento de las promesas electorales ha alcanzado niveles de escándalo; el divorcio entre políticos y ciudadanos es brutal y el rechazo a la clase política se transforma, poco a poco, en odio; la compra de medios de comunicación y el sometimiento de periodistas es otro escándalo antidemocrático que los partidos practican con interés creciente; las más pervertidas factorías de mentiras y de fake news están hoy al servicio de los partidos, que las financian... y un larguísimo etcétera que incluye desigualdad de oportunidades, corrupción masiva en las concesiones de subvenciones y contratos públicos, acoso y marginación de los adversarios, favores inconfensables para los amigos del poder, nopotismo, amiguismo, clientelismo y un uso masivo del dinero público para fines perversos.
La gente está llegando a la conclusión de que la política está tan podrida que es imposible que los mismos que la han prostituido quieran regenerarla. Por eso buscan a partidos nuevos y limpios que, además, tengan valor y osadía para desafiar a las mafias y cambiar el podrido sistema político español.
Todo ese panorama convierte a VOX en e partido favorito de los españoles, salvo para la masa de los abducidos, militantes, cargos públicos designados a dedo y los beneficiados por la corrupción y la política degenerada.
Francisco Rubiales
El miedo a VOX ha marcado la pre campaña y está marcando también la campaña. Es un miedo que devalúa a los partidos políticos, les hace perder apoyos ante los ciudadanos y termina beneficiando a VOX, partido al que sus enemigos convierten en víctima y empujan hacia la victoria.
¿Por que temen a VOX? La respuesta es sencilla: porque VOX es libre y tiene la osadía de los recién llegados, que no han tenido tiempo de ser domesticados y pervertidos por el sistema. Esa osadía les hace temibles porque se atreven a plantear temas y a esgrimir argumentos que habían sido vetados por los demás partidos y cuidadosamente escondidos para que el ciudadano nunca los tenga en cuenta.
Los debates que ha abierto VOX han sido pura terapia para España, tanto el de la marginación y acoso al varón en las leyes de género como el de la idefensión del ciudadano frente a los que invaden sus hogares, ya sea para ocupar la vivienda o para robar y causar daños. Otros debates apuntados, pero todavía no abiertos por completo, como el de la perversión de las autonomías, la impunidad de los políticos, los privilegios exagerados e inmerecidos de la casta y la pésima gestión de la inmigración, sin filtrar y abierta para miles de delincuentes y vagos, esperan su turno para incendiar el país y desatar la indignación y las pasiones.
El problema es que esos temas "tabú" son, precisamente, los que más interesan y preocupan a los ciudadanos. Al plantear los temas que de verdad interesan al ciudadano, VOX está ya haciendo limpieza en la pocilga española y regenerándola.
Mencionemos algunos: las autonomías son una ruina y un despropósito que tiende a disgregar y a romper a nación; la inmigración, tal como está siendo gestionada, además de ruinosa es un peligro para la identidad, la cultura, la seguridad y la estabilidad de España; el ciudadano está marginado ye indefenso ante el sistema; la democracia está adulterada y degradada porque los políticos han dinamitados los controles, frenos y contrapesos, hasta el pundo de que los que mandan son prácticamente impunes; el número de aforados es una vergüenza para España; la permisividad y cobardía frente a los independentistas y golpistas, a los que se les permite atentar contra la nación e intentar destruirla a plena luz del día, es un comportamiento ignominioso y tal vez delictivo de los partidos políticos que han gobernado España; esos partidos nunca deberían financiarse con fondos públicos; los impuestos en España son los más elevados de Europa, a juzgar por los servicios y prestaciones que el ciudadano recibe a cambio; los privilegios de los políticos son inmerecidos y escandalosos; la Justicia está vergonzosamente politizada; la corrupción de los políticos es un cáncer que el sistema no reprime y tolera; los políticos, a los que no se les exige nada para desempeñar sus cargos, demuestran ser de una incapacidad e ineficacia intolerables; el prestigio de España en el mundo está seriamente dañado y su peso en el concierto mundial no para de descender; las leyes de género y otras imposiciones de la socialdemocracia imperante, como el poder de los colectivos de feministas, gays y lesbianas, son una afrenta para la igualdad y la dignidad de los españoles; los políticos gobiernan de espaldas al pueblo y muchas veces en contra del criterio de las mayorías y de la voluntad popular; el incumplimiento de las promesas electorales ha alcanzado niveles de escándalo; el divorcio entre políticos y ciudadanos es brutal y el rechazo a la clase política se transforma, poco a poco, en odio; la compra de medios de comunicación y el sometimiento de periodistas es otro escándalo antidemocrático que los partidos practican con interés creciente; las más pervertidas factorías de mentiras y de fake news están hoy al servicio de los partidos, que las financian... y un larguísimo etcétera que incluye desigualdad de oportunidades, corrupción masiva en las concesiones de subvenciones y contratos públicos, acoso y marginación de los adversarios, favores inconfensables para los amigos del poder, nopotismo, amiguismo, clientelismo y un uso masivo del dinero público para fines perversos.
La gente está llegando a la conclusión de que la política está tan podrida que es imposible que los mismos que la han prostituido quieran regenerarla. Por eso buscan a partidos nuevos y limpios que, además, tengan valor y osadía para desafiar a las mafias y cambiar el podrido sistema político español.
Todo ese panorama convierte a VOX en e partido favorito de los españoles, salvo para la masa de los abducidos, militantes, cargos públicos designados a dedo y los beneficiados por la corrupción y la política degenerada.
Francisco Rubiales