La ciudadanía española está adoptando el ¡¿Por qué no te callas?! lanzado por el Rey Juan Carlos contra Hugo Chavez en Santiago de Chile como un grito ético contra los abusos y desmanes de los gobernantes. Muchos ciudadanos nos preguntamos ¿por qué el rey no actúa aquí del mismo modo y manda callar también a los muchos políticos españoles que practican la corrupción, degeneran la democracia y causan un daño terrible a la nación?.
Si el gesto del monarca no se repite frente a otros "gorilas" del pensamiento y del poder que operan en nuestro entorno inmediato podría pensarse que aquella reacción de Santiago de Chile no fue un grito ético contra la iniquidad y la injusticia sino el fruto de una furia repentina que le hizo perder el control y los nervios.
¿Por qué no mandó callar a José María Aznar cuando, en contra de la opinión mayoritaria de los españoles, se empeñó en implicarnos en una guerra que no queríamos? ¿Por que no mandó callar a Zapatero, impulsor de un Estatuto de Cataluña que dinamita la solidaridad y la igualdad, valores garantizados por la Constitución que son esencia del Estado? ¿Es que no deben ser silenciados los políticos en el poder que han convertido la mentira y el engaño en un estilo de gobierno? ¿Por que no recrimina a los políticos españoles sus miserables pactos de gobierno con nacionalistas extremos cuya principal meta es la destrucción de la unidad y la demolición del Estado? ¿Por qué no manda callar a los partidos políticos, cada día más todopoderosos y arrogantes en su política de marginación de los ciudadanos y de transformación de la democracia en una despreciable oligocracia? ¿No merecen ser mandados callar los políticos que luchan a cuchilladas por controlar el Tribunal Constitucional español, irrespetando así la independencia necesaria del Poder Judicial y transformando la democracia en una cloaca? ¿Por que no silencia a los políticos corruptos que enriquecen espectacularmente su patrimonio con sueldos oficiales de tres o cuatro mil euros?
Muchos demócratas españoles pensamos que en España hay rebaños enteros de políticos, corruptos o pésimos gobernantes, que reunen más méritos que Hugo Chavez para ser mandados callar por el rey.
Si el gesto del monarca no se repite frente a otros "gorilas" del pensamiento y del poder que operan en nuestro entorno inmediato podría pensarse que aquella reacción de Santiago de Chile no fue un grito ético contra la iniquidad y la injusticia sino el fruto de una furia repentina que le hizo perder el control y los nervios.
¿Por qué no mandó callar a José María Aznar cuando, en contra de la opinión mayoritaria de los españoles, se empeñó en implicarnos en una guerra que no queríamos? ¿Por que no mandó callar a Zapatero, impulsor de un Estatuto de Cataluña que dinamita la solidaridad y la igualdad, valores garantizados por la Constitución que son esencia del Estado? ¿Es que no deben ser silenciados los políticos en el poder que han convertido la mentira y el engaño en un estilo de gobierno? ¿Por que no recrimina a los políticos españoles sus miserables pactos de gobierno con nacionalistas extremos cuya principal meta es la destrucción de la unidad y la demolición del Estado? ¿Por qué no manda callar a los partidos políticos, cada día más todopoderosos y arrogantes en su política de marginación de los ciudadanos y de transformación de la democracia en una despreciable oligocracia? ¿No merecen ser mandados callar los políticos que luchan a cuchilladas por controlar el Tribunal Constitucional español, irrespetando así la independencia necesaria del Poder Judicial y transformando la democracia en una cloaca? ¿Por que no silencia a los políticos corruptos que enriquecen espectacularmente su patrimonio con sueldos oficiales de tres o cuatro mil euros?
Muchos demócratas españoles pensamos que en España hay rebaños enteros de políticos, corruptos o pésimos gobernantes, que reunen más méritos que Hugo Chavez para ser mandados callar por el rey.