Zapatero le teme a la Iglesia Católica más que a cualquier otra institución o poder en España, incluido el poderoso PP, dueño de la oposición.
Pero no le teme por su apoyo a la manifestación del sábado, aunque su celebración y éxito representen una terrible bofetada a su gobierno, ni por el poder real de los católicos, que sigue siendo grande, a pesar de que sus templos estén cada día más vacíos, ni por su capacidad de convocatoria, que todavía es importante en España, ni porque su reivindicación toque un área tan sensible como la educación, la gran asignatura pendiente de España como país, que se encuentra a la cabeza de Europa en fracaso escolar, absentismo y bajo nivel educativo. El miedo del gobierno proviene de que la Iglesia Católica es hoy la única gran institución de la sociedad civil española que se resiste a ser sometida por el poder político, que funciona todavía con libertad, al margen del agobiante dominio público.
Zapatero le teme tanto que hasta ha forzado una entrevista urgente de su vicepresidenta, Maria Teresa Fernández de la Vega , con la cúspide del Vaticano, en un intento fallido de puentear a la jerarquía católica española y de forzar un acuerdo “in extremis” que aborte la resistencia.
Ayer conversé con un sabio sacerdote sevillano, experto y experimentado negociador que conoce bien el poder político, y me decía que “ El poder sólo teme lo que no con trola” y que “ esa es la clave del actual enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado en España ”.
Yo le expliqué que, en mi opinión, la Iglesia es la única gran institución de la sociedad civil española que todavía se resiste al dominio de los partidos políticos y del gobierno, después de que han sido dominados, ya sea directamente o a través de la infiltración, las alianzas de intereses o las subvenciones, los poderes básicos del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), que deberían funcionar en absoluta independencia, los sindicatos, la patronal, las universidades, los colegios profesionales y buena parte de las empresas, medios de comunicación, asociaciones civiles, organizaciones e instituciones.
Su respuesta fue: “ Esa es la clave ”. Y agregó: “ Mientras la confrontación sea entre la derecha y la izquierda, entre un partido y otro, ellos siempre ganan porque se reparten el poder: esta autonomía para mi, esta para ti, el gobierno para mi, la oposición para ti, etc. El problema y el miedo del poder se producen cuando la confrontación es con una institución libre de la sociedad civil o con ciudadanos libres con capacidad de pensar e influir. Entonces surge el pánico del poder y son capaces de todo porque ven en peligro sus enormes privilegios ”.
Pero no le teme por su apoyo a la manifestación del sábado, aunque su celebración y éxito representen una terrible bofetada a su gobierno, ni por el poder real de los católicos, que sigue siendo grande, a pesar de que sus templos estén cada día más vacíos, ni por su capacidad de convocatoria, que todavía es importante en España, ni porque su reivindicación toque un área tan sensible como la educación, la gran asignatura pendiente de España como país, que se encuentra a la cabeza de Europa en fracaso escolar, absentismo y bajo nivel educativo. El miedo del gobierno proviene de que la Iglesia Católica es hoy la única gran institución de la sociedad civil española que se resiste a ser sometida por el poder político, que funciona todavía con libertad, al margen del agobiante dominio público.
Zapatero le teme tanto que hasta ha forzado una entrevista urgente de su vicepresidenta, Maria Teresa Fernández de la Vega , con la cúspide del Vaticano, en un intento fallido de puentear a la jerarquía católica española y de forzar un acuerdo “in extremis” que aborte la resistencia.
Ayer conversé con un sabio sacerdote sevillano, experto y experimentado negociador que conoce bien el poder político, y me decía que “ El poder sólo teme lo que no con trola” y que “ esa es la clave del actual enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado en España ”.
Yo le expliqué que, en mi opinión, la Iglesia es la única gran institución de la sociedad civil española que todavía se resiste al dominio de los partidos políticos y del gobierno, después de que han sido dominados, ya sea directamente o a través de la infiltración, las alianzas de intereses o las subvenciones, los poderes básicos del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), que deberían funcionar en absoluta independencia, los sindicatos, la patronal, las universidades, los colegios profesionales y buena parte de las empresas, medios de comunicación, asociaciones civiles, organizaciones e instituciones.
Su respuesta fue: “ Esa es la clave ”. Y agregó: “ Mientras la confrontación sea entre la derecha y la izquierda, entre un partido y otro, ellos siempre ganan porque se reparten el poder: esta autonomía para mi, esta para ti, el gobierno para mi, la oposición para ti, etc. El problema y el miedo del poder se producen cuando la confrontación es con una institución libre de la sociedad civil o con ciudadanos libres con capacidad de pensar e influir. Entonces surge el pánico del poder y son capaces de todo porque ven en peligro sus enormes privilegios ”.