Cada vez que Pedro Sánchez miente, VOX crece. Cada concesión a la chusma golpista y a los amigos del terrorismo que hace el gobierno social comunista, engorda la cosecha de votos de VOX. Cada vez que Pedro Sánchez sale a la calle y es silbado y abucheado, VOX crece. La fuerza de VOX emana de la bajeza de los grandes partidos y, en especial, del gobierno y de su chusma aliada. Mientras ellos sigan gobernando España, VOX seguirá subiendo.
VOX defiende los viejos valores que los españoles más aprecian en estos momentos: amor a España, respeto por las instituciones, honradez, etc.. VOX es hijo de la decepción del pueblo, de la protesta y de la indignación ciudadana frente a la bajeza y deterioro del liderazgo, frente al Nuevo Orden Mundial y frente al abuso de poder y suciedad que impregna a las élites mundiales y a sus lacayos que gobiernan. VOX es el hijo actual de los indignados del Movimiento 15 M, como lo fue al principio Podemos, un partido que pronto se suicidó al abrazar el comunismo, dejando huérfanos a los millones de españoles cansados de chorizos y sinvergüenzas en el poder. Hoy, los indignados se están arrojando en brazos de VOX, conscientes de que ese partido es distinto y que todavía no ha traicionado ni decepcionado a nadie.
La indignación produce en Francia el movimiento de los chalecos amarillos y en otros países de Europa movimiento de protesta de distintos tipos y colores, pero en España la indignación se transforma en votos para VOX.
Los partidos corruptos y fracasados que llevan décadas gobernando España desde la corrupción, el abuso de poder, el expolio fiscal y la compa de votos a los nacionalistas están desesperados ante el crecimiento imparable de VOX. Ninguno de los remedios que han ideado les funciona. Ni la falsa acusación de ser "extrema derecha", ni el antidemocrático "cinturón sanitario", ni las acusaciones falsas. Nada. Tampoco les funciona el intento de derrotar a Macarena Olona, candidata de VOX a la Junte de Andalucía, en los despachos, ilegalizando su empadronamiento en Granada, un movimiento rastrero que ignora a los cientos de políticos "paracaidistas" que hicieron lo mismo en el pasado y que oculta el pánico que provoca el crecimiento espectacular de la intención de voto a VOX en Andalucía, que ya amenaza la hegemonía de los dos viejos partidos.
A los partidos de la corrupción y el abuso les sorprende el crecimiento de VOX, pero todavía les desconcierta y desmoraliza más que voten por VOX muchos obreros, inmigrantes, autónomos y profesionales de todos los ámbitos y que VOX sea ya el partido más votado en centenares de barios marginados y deprimidos de España. No quieren asumir que el descontento y la indignación, en España, son ya, por culpa de la política rastrera e inmoral, como el aire que respiramos, abundantes, omnipresentes y agobiantes.
Son tan soberbios, arrogantes y estúpidos que no pueden admitir que ellos mismos son los que alimentan el voto masivo a VOX. Cuando miman a los menas y a los inmigrantes ilegales, cuando permiten la entrada de indeseables en España, cuando hacen concesiones a los bilduetarras y golpistas, cuando quieren dominar el Poder Judicial, cuando se auto-suben los sueldos, cuando aumentan los impuestos para esquilmar, cuando incrementan sus privilegios, cuando se endeudan. cuando despilfarran, cuando mienten, cuando incumplen sus promesas, cuando roban, cuando reparten subvenciones a los suyos, como si fueran churros, cuando financian a manos llenas el feminismo, cuando maltratan al varón con leyes inicuas y hasta cuando se lucran a diario con la política, el pueblo emprende la huida y se refugia en VOX.
Son incapaces de entender que la única forma de acabar con VOX es siendo decentes, demócratas y ejemplares. si ellos cambiaran y abandonaran la corrupción, el abuso, la mediocridad, la bajeza y otros vicios que hacen de los partidos los mayores obstáculos para la prosperidad y la grandeza de España, quizás entonces VOX dejara de crecer.
Francisco Rubiales
VOX defiende los viejos valores que los españoles más aprecian en estos momentos: amor a España, respeto por las instituciones, honradez, etc.. VOX es hijo de la decepción del pueblo, de la protesta y de la indignación ciudadana frente a la bajeza y deterioro del liderazgo, frente al Nuevo Orden Mundial y frente al abuso de poder y suciedad que impregna a las élites mundiales y a sus lacayos que gobiernan. VOX es el hijo actual de los indignados del Movimiento 15 M, como lo fue al principio Podemos, un partido que pronto se suicidó al abrazar el comunismo, dejando huérfanos a los millones de españoles cansados de chorizos y sinvergüenzas en el poder. Hoy, los indignados se están arrojando en brazos de VOX, conscientes de que ese partido es distinto y que todavía no ha traicionado ni decepcionado a nadie.
La indignación produce en Francia el movimiento de los chalecos amarillos y en otros países de Europa movimiento de protesta de distintos tipos y colores, pero en España la indignación se transforma en votos para VOX.
Los partidos corruptos y fracasados que llevan décadas gobernando España desde la corrupción, el abuso de poder, el expolio fiscal y la compa de votos a los nacionalistas están desesperados ante el crecimiento imparable de VOX. Ninguno de los remedios que han ideado les funciona. Ni la falsa acusación de ser "extrema derecha", ni el antidemocrático "cinturón sanitario", ni las acusaciones falsas. Nada. Tampoco les funciona el intento de derrotar a Macarena Olona, candidata de VOX a la Junte de Andalucía, en los despachos, ilegalizando su empadronamiento en Granada, un movimiento rastrero que ignora a los cientos de políticos "paracaidistas" que hicieron lo mismo en el pasado y que oculta el pánico que provoca el crecimiento espectacular de la intención de voto a VOX en Andalucía, que ya amenaza la hegemonía de los dos viejos partidos.
A los partidos de la corrupción y el abuso les sorprende el crecimiento de VOX, pero todavía les desconcierta y desmoraliza más que voten por VOX muchos obreros, inmigrantes, autónomos y profesionales de todos los ámbitos y que VOX sea ya el partido más votado en centenares de barios marginados y deprimidos de España. No quieren asumir que el descontento y la indignación, en España, son ya, por culpa de la política rastrera e inmoral, como el aire que respiramos, abundantes, omnipresentes y agobiantes.
Son tan soberbios, arrogantes y estúpidos que no pueden admitir que ellos mismos son los que alimentan el voto masivo a VOX. Cuando miman a los menas y a los inmigrantes ilegales, cuando permiten la entrada de indeseables en España, cuando hacen concesiones a los bilduetarras y golpistas, cuando quieren dominar el Poder Judicial, cuando se auto-suben los sueldos, cuando aumentan los impuestos para esquilmar, cuando incrementan sus privilegios, cuando se endeudan. cuando despilfarran, cuando mienten, cuando incumplen sus promesas, cuando roban, cuando reparten subvenciones a los suyos, como si fueran churros, cuando financian a manos llenas el feminismo, cuando maltratan al varón con leyes inicuas y hasta cuando se lucran a diario con la política, el pueblo emprende la huida y se refugia en VOX.
Son incapaces de entender que la única forma de acabar con VOX es siendo decentes, demócratas y ejemplares. si ellos cambiaran y abandonaran la corrupción, el abuso, la mediocridad, la bajeza y otros vicios que hacen de los partidos los mayores obstáculos para la prosperidad y la grandeza de España, quizás entonces VOX dejara de crecer.
Francisco Rubiales