Información y Opinión

Políticos ladrones y arrogantes gobiernan España



Llevan años robando al cobrar el impuesto de plusvalías, declarado ilegal recientemente por el Tribunal Constitucional, y ni siquiera piden perdón, ni devuelven el botín.

El gobierno de Pedro Sánchez, con una presteza increíble e inédita, presenta hoy, para su aprobación, un nuevo modelo de impuesto de plusvalía, después de que el anterior fuera declarado inconstitucional e ilegal por los tribunales de justicia.

El asunto de las plusvalías, robadas a los ciudadanos durante años y sin devolución, demuestra con claridad que España está gobernada por golfos y ladrones arrogantes, que ni siquiera son capaces de pedir perdón por sus fechorías.
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La imagen de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, vanagloriándose este fin de semana, sin recato y con arrogancia, en el Congreso del PSOE andaluz, de que este mismo lunes (hoy) tendrá a punto un nuevo impuesto de plusvalías para seguir esquilmando a los españoles, es repugnante y demuestra con claridad que estamos en manos de gente sin ética ni decencia.

El mecanismo del robo era claramente injusto y descarado, propio de depredadores sin conciencia. Los ayuntamientos te obligaban a pagar por el beneficio que obtenías con la venta de una vivienda, incluso si en lugar de beneficios hubieras obtenido pérdidas. Era tan descarado el impuesto que al pagarlo te sentías humillado, vejado y maltratado por gente que, al menos en teoría, está para defender a los ciudadanos y a la ley.

Pero el de las plusvalías no es el único impuesto canalla y ladrón vigente en España. El de Sucesiones, el que castiga y esquilma a los herederos, no se queda atrás porque también es abusivo y confiscatorio.

Y no hablemos del impuesto de Patrimonio, que ha sido eliminado en el resto del mundo, mientras los políticos españoles, voraces, codiciosos y esquilmadores, lo mantienen sin que se les caiga la cara de vergüenza y sin ingresar en la cárcel por robo descarado.

Todos esos impuestos son únicamente la punta del iceberg de la depredación política en España, todo un océano de injusticias y abusos que maltrata al ciudadano y a las empresas y que consagra la corrupción como el núcleo del poder en España.

El Constitucional, si tuviera firme y verdadera voluntad de defensa de la democracia, tendría que investigar y juzgar los poderes desmesurados de los partidos políticos, las subvenciones que conceden los gobiernos, marcadas por la arbitrariedad, el nepotismo, el amiguismo y la corrupción generalizados, los contratos públicos, muchos de ellos concedidos al margen de las leyes y de la decencia, la totalidad de los impuestos, en gran medida diseñados para saquear, la contratación de interinos en la administración, el funcionamiento de los chiringuitos inútiles del poder, muchos de ellos creados para robar o para colocar a los amigos del poder, las oposiciones trucadas, los privilegios desorbitados e injustos de la clase política, las deudas que hacienda perdona clandestinamente a los amigos del poder, la misma financiación abusiva y desproporcionadamente abundante de los partidos políticos y un largo etcétera que hace de la política española una tierra de ladrones dueños de España una pocilga y del Estado, del que vergonzosamente han sido expulsados los ciudadanos, un depósito de excrementos.

Es sorprendente, sucio e indignante que los políticos ni siquiera hayan pedido perdón a los ciudadanos por haberles robado durante tantos años, de manera contraria a la Constitución, y que su única obsesión, descarada y cruel, sea la que demostró la ministra Montero al asegurar a sus correligionarios socialistas, que el mismo lunes (hoy), tan solo unos días después de la sentencia del Constitucional, volvería a estar vigente el impuesto de plusvalías.

¿Qué más pruebas necesita el ciudadano español demócrata, cumplidor y decente de que el enemigo lo tiene en casa, encuadrado en partidos políticos depredadores y representando a un Estado del que se han apoderado para usarlo contra el pueblo?

Por desgracia, el robo y el abuso desde el poder no es un asunto de derechas o de izquierdas porque los dos grandes partidos, junto con sus también pervertidos aliados comunistas y nacionalistas, han practicado el saqueo, el abuso de poder y la opresión contra los ciudadanos y contra la misma España, a la que están debilitando y pudriendo cada día con su mal gobierno y alma corrompida.

Francisco Rubiales


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Lunes, 8 de Noviembre 2021
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