Inglaterra siempre fue nuestro peor enemigo y ninguna otra nación del mundo nos odia tanto, salvo quizás el nacionalismo catalán
Los ingleses han pensado siempre que la única raza capaz de oponerse al dominio mundial anglosajón es la hispana. Por eso no han parado de hostigarla y debilitarla, utilizando la espada y la calumnia, la espada en tiempos de guerra y la calumnia en tiempos de paz. En las guerras nos hemos hecho daño mutuamente y España les ha causado importantes derrotas, pero en las mentiras y suciedades nos han ganado por goleada.
Las agresiones y daños a España no cesan: El saqueo continuo (incluso en tiempos de paz) de nuestras flotas de indias por piratas pagados por los británicos, la leyenda Negra antiespañola, Gibraltar, Trafalgar y ahora la variante británica del coronavirus. Ahora, su "premier", Boris Jonhson, afirma que irían a la guerra por Gibraltar, una amenaza injustificada. Los males siempre nos llegan desde esas malditas islas británicas.
La Leyenda Negra antiespañola es una obra de varios países, pero siempre dirigida por los británicos. Es una historia llena de falsedades que pretende denigrar a España y destruir su imagen, su influencia y su papel en el mundo, desde la inquisición hasta el concepto del colonialismo español, sin olvidar la apropiación de descubrimientos y gestas españoles que ellos atribuyen sin rubor a sus héroes, muchos de ellos crueles, piratas y asesinos a los que se les perdonó todo porque engrandecieron el imperio.
Hoy, a pesar de que cientos de miles de británicos residen en España, de que llegan a millares como turistas y que los intercambios comerciales son florecientes, el odio a España sigue en pie. Recientemente, al justificar la inversión cuantiosa en cabezas nucleares de ultima generación, el premier Boris Jonhson dijo que irían a la guerra por Gibraltar, la única colonia que existe en Europa.
Los grandes aliados de los británicos en la destrucción de España siempre han sido anglosajones. Los Estados Unidos se han unido a la tarea de destrucción y hasta nos declararon una guerra injusta y basada en la mentira, en 1898, la que nos arrebató los últimos territorios del Imperio. Pero a la destrucción de la imagen de España se han sumado holandeses, franceses y también numerosos traidores españoles. El hecho de que tropas catalanas defendieran Gibraltar, cuando España luchó por recuperar la colonia, demuestra que los nacionalistas catalanes, también campeones del odio a España, colaboraron con Gran Bretaña en tareas como la guerra y la fortaleza de la Leyenda Negra.
El actual gobierno de Pedro Sánchez, en lugar de restaurar la fama y el prestigio de España está alimentando nuestra leyenda negra con sus errores, abusos y estupideces. Recientemente, el "sanchismo" se llenó de ignominia cuando desaprovechó una oportunidad histórica para recuperar la soberanía española sobre Gibraltar, con motivo del Brexit, rindiéndose una vez más ante la pérfida Albión antes de combatir, una actuación que llenó de indignación y vergüenza a los españoles de bien, que cada día deben ser menos por el escaso ruido que hacen desde su cobardía.
El comportamiento sucio y pirata de la farmacéutica AstraZeneca, incumpliendo sus contratos de suministro de vacunas antivirus con la Unión Europea y saturando a cambio a Gran Bretaña de vacunas, es típicamente pirata. El descubrimiento reciente de 29 millones de vacunas escondidas en un zulo cerca de Roma confirma el criterio de que Gran Bretaña y muchas de sus empresas no son de fiar.
Por fortuna para España y para la dignidad humana, las mentiras británicas sobre España se están desmontando poco a poco. Hay una generación moderna de historiadores y científicos que están reflotando la verdad y condenando las muchas falsedades, invenciones y mentiras británicas sobre España. La más reciente es que el descubrimiento de las fuentes del Nilo Azul, que los historiadores británicos atribuyeron a sus exploradores, en realidad fue obra del misionero madrileño Pedro Páez, ignorado conscientemente por los historiadores piratas de Gran Bretaña.
La acusaciones a la colonización española de América se desmontan fácilmente. Basta con contemplar los países que fueron españoles para descubrir que sus razas indígenas siguen vivas, mientras que en los que fueron británicos están exterminadas. Las escuelas, universidades y leyes humanitarias españolas en América fueron ejemplares, nada que ver con la inmensa mentira que Inglaterra propagó para denigrar a España.
Y como estos ejemplos hay miles más, siempre protagonizados por una Inglaterra llena de odio, digna hija de sus antepasados, los salteadores vikingos, que probablemente fueron los peores asesinos de la Historia.
Nuestra respuesta a las múltiples ofensas británicas es propia de un país cobarde y vasallo: recibimos con los brazos abiertos a los ingleses que vienen a disfrutar de nuestro sol. Al fin y al cabo nos hemos convertido en un país de camareros, servidores y pelotas sin demasiada dignidad, agradecido porque nuestros enemigos vienen a gastar aquí su dinero.
Francisco Rubiales
Las agresiones y daños a España no cesan: El saqueo continuo (incluso en tiempos de paz) de nuestras flotas de indias por piratas pagados por los británicos, la leyenda Negra antiespañola, Gibraltar, Trafalgar y ahora la variante británica del coronavirus. Ahora, su "premier", Boris Jonhson, afirma que irían a la guerra por Gibraltar, una amenaza injustificada. Los males siempre nos llegan desde esas malditas islas británicas.
La Leyenda Negra antiespañola es una obra de varios países, pero siempre dirigida por los británicos. Es una historia llena de falsedades que pretende denigrar a España y destruir su imagen, su influencia y su papel en el mundo, desde la inquisición hasta el concepto del colonialismo español, sin olvidar la apropiación de descubrimientos y gestas españoles que ellos atribuyen sin rubor a sus héroes, muchos de ellos crueles, piratas y asesinos a los que se les perdonó todo porque engrandecieron el imperio.
Hoy, a pesar de que cientos de miles de británicos residen en España, de que llegan a millares como turistas y que los intercambios comerciales son florecientes, el odio a España sigue en pie. Recientemente, al justificar la inversión cuantiosa en cabezas nucleares de ultima generación, el premier Boris Jonhson dijo que irían a la guerra por Gibraltar, la única colonia que existe en Europa.
Los grandes aliados de los británicos en la destrucción de España siempre han sido anglosajones. Los Estados Unidos se han unido a la tarea de destrucción y hasta nos declararon una guerra injusta y basada en la mentira, en 1898, la que nos arrebató los últimos territorios del Imperio. Pero a la destrucción de la imagen de España se han sumado holandeses, franceses y también numerosos traidores españoles. El hecho de que tropas catalanas defendieran Gibraltar, cuando España luchó por recuperar la colonia, demuestra que los nacionalistas catalanes, también campeones del odio a España, colaboraron con Gran Bretaña en tareas como la guerra y la fortaleza de la Leyenda Negra.
El actual gobierno de Pedro Sánchez, en lugar de restaurar la fama y el prestigio de España está alimentando nuestra leyenda negra con sus errores, abusos y estupideces. Recientemente, el "sanchismo" se llenó de ignominia cuando desaprovechó una oportunidad histórica para recuperar la soberanía española sobre Gibraltar, con motivo del Brexit, rindiéndose una vez más ante la pérfida Albión antes de combatir, una actuación que llenó de indignación y vergüenza a los españoles de bien, que cada día deben ser menos por el escaso ruido que hacen desde su cobardía.
El comportamiento sucio y pirata de la farmacéutica AstraZeneca, incumpliendo sus contratos de suministro de vacunas antivirus con la Unión Europea y saturando a cambio a Gran Bretaña de vacunas, es típicamente pirata. El descubrimiento reciente de 29 millones de vacunas escondidas en un zulo cerca de Roma confirma el criterio de que Gran Bretaña y muchas de sus empresas no son de fiar.
Por fortuna para España y para la dignidad humana, las mentiras británicas sobre España se están desmontando poco a poco. Hay una generación moderna de historiadores y científicos que están reflotando la verdad y condenando las muchas falsedades, invenciones y mentiras británicas sobre España. La más reciente es que el descubrimiento de las fuentes del Nilo Azul, que los historiadores británicos atribuyeron a sus exploradores, en realidad fue obra del misionero madrileño Pedro Páez, ignorado conscientemente por los historiadores piratas de Gran Bretaña.
La acusaciones a la colonización española de América se desmontan fácilmente. Basta con contemplar los países que fueron españoles para descubrir que sus razas indígenas siguen vivas, mientras que en los que fueron británicos están exterminadas. Las escuelas, universidades y leyes humanitarias españolas en América fueron ejemplares, nada que ver con la inmensa mentira que Inglaterra propagó para denigrar a España.
Y como estos ejemplos hay miles más, siempre protagonizados por una Inglaterra llena de odio, digna hija de sus antepasados, los salteadores vikingos, que probablemente fueron los peores asesinos de la Historia.
Nuestra respuesta a las múltiples ofensas británicas es propia de un país cobarde y vasallo: recibimos con los brazos abiertos a los ingleses que vienen a disfrutar de nuestro sol. Al fin y al cabo nos hemos convertido en un país de camareros, servidores y pelotas sin demasiada dignidad, agradecido porque nuestros enemigos vienen a gastar aquí su dinero.
Francisco Rubiales