Imagen triste y vergonzosa de Sánchez mendigando en el pasado un contacto con un Joe Biden que no quería ni verlo
La visita de Sánchez a la Casa Blanca tendrá un coste terrible para España, que Pedro Sánchez pagará con gusto, a cambio de hacerse una foto con el amo del mundo, que él cree que le reportará muchos votos. Todo le vale al sátrapa si consigue mantenerse en el poder.
Para Estados Unidos, Sánchez es un tonto sumamente barato y útil. Biden, que ya ha conseguido que España acoja a dos destructores más en la base naval de Rota, también ha conseguido del débil Sánchez permiso para deportar inmigrantes ilegales de Estados Unidos a España. Todo a precio de saldo o gratis total, como es habitual en nuestro presidente, siempre sumiso ante Marruecos y el poder anglosajón, al que nadie se atreve a acusar de traición.
La llegada a España de inmigrantes rechazados por Estados Unidos no es una concesión cualquiera sino un paso de gran riesgo y peligro que convierte a España en un depósito tercermundista de la "mercancía humana" que desprecia Washington. España, por culpa del sanchismo, ya es un país inundado de inmigrantes ilegales, que han entrado sin control, muchas veces violando con violencia las fronteras, y muchos de ellos negándose a integrarse trabajando, viviendo de las ayudas públicas o incrementado la inseguridad en las calles tras engrosar las filas de la delincuencia.
En el pasado, España obtuvo compensaciones valiosas a cambio de permitir la presencia militar norteamericana en nuestro territorio. Franco logró el apoyo de Estados Unidos para romper el aislamiento de España en el mundo y obtener fondos valiosos para el desarrollo, pero con Sánchez nadie sabe si habrá o no compensaciones y la sospecha generalizada es que a cambio de ser recibido por Biden, el presidente de la pobre y débil España lo entregará todo gratis total.
La España del siglo XX fue un modelo de capacidad negociadora y obtuvo enormes compensaciones en dinero y en posicionamiento estratégico a cambio de permitir la presencia norteamericana, pero los expertos temen que ahora todo sea entregado gratis por un presidente al que lo único que le interesa es seguir en el poder.
Sin embargo, hay que reconocer que ser recibido por Biden, aunque a España le cueste mucho dinero y pérdida de independencia, es un logro del sanchismo, sobre todo porque la cita internacional más buscada por Moncloa coincidirá con el arranque de la campaña electoral y se producirá a menos de dos meses de que España asuma la presidencia del Consejo de la Unión Europea.
Los analistas y expertos más antisanchistas y demócratas temen que lo que Sánchez busca realmente con sus concesiones y su sumisión a Estados Unidos es el permiso de los amos del mundo para seguir cuatro años más en el poder. Del resto, una vez concedido ese permiso, de como conseguirlo en las urnas, se encargarían él y sus amigos.
Francisco Rubiales
Para Estados Unidos, Sánchez es un tonto sumamente barato y útil. Biden, que ya ha conseguido que España acoja a dos destructores más en la base naval de Rota, también ha conseguido del débil Sánchez permiso para deportar inmigrantes ilegales de Estados Unidos a España. Todo a precio de saldo o gratis total, como es habitual en nuestro presidente, siempre sumiso ante Marruecos y el poder anglosajón, al que nadie se atreve a acusar de traición.
La llegada a España de inmigrantes rechazados por Estados Unidos no es una concesión cualquiera sino un paso de gran riesgo y peligro que convierte a España en un depósito tercermundista de la "mercancía humana" que desprecia Washington. España, por culpa del sanchismo, ya es un país inundado de inmigrantes ilegales, que han entrado sin control, muchas veces violando con violencia las fronteras, y muchos de ellos negándose a integrarse trabajando, viviendo de las ayudas públicas o incrementado la inseguridad en las calles tras engrosar las filas de la delincuencia.
En el pasado, España obtuvo compensaciones valiosas a cambio de permitir la presencia militar norteamericana en nuestro territorio. Franco logró el apoyo de Estados Unidos para romper el aislamiento de España en el mundo y obtener fondos valiosos para el desarrollo, pero con Sánchez nadie sabe si habrá o no compensaciones y la sospecha generalizada es que a cambio de ser recibido por Biden, el presidente de la pobre y débil España lo entregará todo gratis total.
La España del siglo XX fue un modelo de capacidad negociadora y obtuvo enormes compensaciones en dinero y en posicionamiento estratégico a cambio de permitir la presencia norteamericana, pero los expertos temen que ahora todo sea entregado gratis por un presidente al que lo único que le interesa es seguir en el poder.
Sin embargo, hay que reconocer que ser recibido por Biden, aunque a España le cueste mucho dinero y pérdida de independencia, es un logro del sanchismo, sobre todo porque la cita internacional más buscada por Moncloa coincidirá con el arranque de la campaña electoral y se producirá a menos de dos meses de que España asuma la presidencia del Consejo de la Unión Europea.
Los analistas y expertos más antisanchistas y demócratas temen que lo que Sánchez busca realmente con sus concesiones y su sumisión a Estados Unidos es el permiso de los amos del mundo para seguir cuatro años más en el poder. Del resto, una vez concedido ese permiso, de como conseguirlo en las urnas, se encargarían él y sus amigos.
Francisco Rubiales