Información y Opinión

Pedro Sánchez avanza hacia el engaño y la traición a los españoles



Ya hasta acepta discutir con los golpistas catalanes sobre referéndum y soberanía. Pedro Sánchez y su gobierno avanzan hacia la ignominia y la traición a España a velocidad de vértigo. Es un gobierno tan débil y con socios tan indeseables que tiene que alimentarse de traiciones.

Llegó al poder de forma irregular y novedosa, mediante una moción de censura que inquietó a la inmensa mayoría de los españoles porque su ascenso estuvo apoyado por la peor escoria de España, desde golpistas, separatistas y amigos de ETA a mucho leninismo totalitario, pero quiso mitigar el efecto rechazo con promesas que ahora olvida y convierte en engaño. Dijo que convocaría elecciones lo antes posible y que jamás haría concesiones a los independentistas que odian a España, pero ahora les abre los brazos y les admite negociar sobre aspectos tan intocables como la soberanía, la autodeterminación, los presos, el perdón de la deuda catalana, la apertura de embajadas y el acercamiento de los políticos presos a cárceles catalanas. Pero lo más grave y traicionero es que aseguró que su gobierno seria corto y que convocaría pronto elecciones, mientras que ahora afirma lo contrario, que agotará al máximo la legislatura y que aprovechará el tiempo de gobierno para cambiar España.
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Si Sánchez cede ante el nazi, España se va a pique
Un gran rechazo de la sociedad y las peores acusaciones de falta de legitimidad se ciernen sobre la presidencia de Pedro Sánchez porque los ciudadanos se sienten engañados y se consideran con derecho a ser consultados en las urnas para otorgar o no su apoyo a este gobierno que, aunque sea legal, carece de legitimidad suficiente y es considerado por millones de ciudadanos tan provisional como repugnante, por la naturaleza y las ideas de los partidos que lo sostienen, varios de ellos cargados de insumisión, odio y deseos de romper la nación.

Media España se pregunta estupefacta e indignada por qué Pedro Sánchez hace tantas concesiones a los golpistas catalanes. Desde luego, además del pago de facturas debe haber otras razones ocultas porque España se gobierna sin transparencia desde hace décadas.

Sánchez está demostrando ser otro nuevo mentiroso en el gobierno de España, un tipo que desprecia la democracia y la voluntad popular. Ha empezado como lo hizo Rajoy: incumpliendo sus promesas y despreciando el mandato principal de sus electores, que era borrar los vestigios de Zapatero, al que en lugar de fustigar por el enorme daño que causó a España, condecoró, demostrando de ese modo su profundo desprecio a la ciudadanía y a la voluntad popular.

Sin embargo, la antigua sentencia de que "Alguien vendrá que bueno te hará" se cumplirá de nuevo y pronto veremos a Rajoy convertido en un deseado, a pesar de que es, sin duda, culpable de muchos dramas actuales, entre ellos la opacidad como método de gobierno, el endeudamiento brutal de España, el auge del independentismo y el desprestigio de España en el plano mundial.

Sánchez está obrando con la malicia y sagacidad de la vieja política, ajena a los intereses del pueblo. La política que Sánchez representa es la de la vieja socialdemocracia, en retroceso en todo el mundo y derrotada en Francia, Estados Unidos y muchos países, por falsa, hipócrita y por mentir cada día, afirmando que gobierna para el pueblo cuando en realidad lo ignora.

Tiene claro que con sus escasos diputados en el Congreso no puede gobernar sin someterse a concesiones y pactos que serían extraordinariamente nocivos para España y para él mismo, porque indignarían a la ciudadanía que le esperaría en las urnas para machacar a su partido. En consecuencia, apuesta por medidas populistas de gran efectismo y capaces de apartarle votos, como la eutanasia y la expulsión del general Franco del Valle de los caídos, dos actuaciones infinitamente menos importantes y urgentes que otras que España demanda y necesita con urgencia.

Francisco Rubiales

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Viernes, 27 de Julio 2018
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