Información y Opinión

Patrimonio: un impuesto confiscador, propio de estados ladrones





El agonizante gobierno de Zapatero, a petición del candidato Rubalcaba, que está dispuesto a todo para ganar votos radicales, ha decidido resucitar el impuesto de Patrimonio, eliminado hace tres años por el propio Zapatero, por su carácter confiscatorio y porque esquilmaba, sobre todo, a las clases medias españolas.

El del Patrimonio es un impuesto injusto, que cobra dos veces por el mismo ingreso, lo que lo convierte en un gravamen propio de estados ladrones y de políticos sin alma.

Usted paga religiosamente sus impuestos y con el dinero que le resta realiza sacrificios, ahorra y se compra una casa, por cuya compra también tiene que pagar impuestos. Después llega el Estado insaciable, administrado por polítcos desalmados, y le cobra otro nuevo impuesto porque usted ha sido un ciudadano ahorrador y posee patrimonio. De eso a robar hay una distancia casi inexistente.

En apenas unos meses, Rubalcaba está demostrando que es peor que Zapatero. Mientras España, arruinada, se debate al borde del precipicio, el candidato socialista es tan irresponsable que bloquea toda reforma que disguste a la izquierda y reste votos a su candidatura.

Es cierto que Zapatero ha sido un loco radical y torpe, pero en los últimos meses, ante la ruina que él mismo ha provocado y ante las amenazadas del mercado y de sus colegas europeos, norteamericanos y chinos, se ha contagiado de cierta prudencia y mesura, mientras que Rubalcaba, cómplice de todos los desmanes y errores de Zapatero, está radicalizándose de manera temeraria e inconsciente, anteponiendo su necesidad de captar votos al bien común y a la justicia.

Su "patrocinio" de un impuesto como el del Patrimonio, que grava más a las clases medias que a los ricos, que se escapan a través de sus redes de sociedades, sicavs y otros subterfugios fiscales, es inmoral y contraproducente en un país que necesita, precisamente, que la gente gane confianza y utilice sus ahorros para invertir y crear empresas.

Si el Estado le mete la mano en el bolsillo al ciudadano, exhibiendo su profunda inmoralidad y corrupción actual, para cobrarle una vez más impuestos por lo que ya ha cobrado una o dos veces antes, está esquilmando y expoliando, una actitud que le quita la legitimidad y faculta al ciudadano libre y honrado a que resista, se rebele y expulse, si puede, a los sátrapas y déspotas del poder.

Si Rubalcaba quiere sacar dinero para alimentar las arcas del Estado que él mismo ha vaciado, en complicidad con su "colega" Zapatero y el gobierno socialista, que venda o privatice las televisiones autonómicas, que no sirven para otra cosa que para ser altavoces de los partidos en el poder, que suprima tarjetas de crédito, pagadas por el Estado, para uso de políticos, coches oficiales, pensiones de lujo, sueldos de oro y los otros muchos privilegios que no merecen los que han arruinado la nación, que cierre las cientos de empresas públicas ruinosas que sólo sirven para dar trabajo a amigos y familiares de políticos o que expulse del Estado a los cientos de miles de enchufados del partido en el poder que cobran del erario público sin aportar nada a la nación.

- -
Martes, 13 de Septiembre 2011
Artículo leído 1208 veces

También en esta sección: