Me lo asegura una fuente socialista muy próxima a Felipe Gonzalez: un sector importante del PSOE desea que el Estatuto de Cataluña sea declarado inconstitucional, única manera de salir del callejón sin salida que representa un Estatuto que rompe la igualdad y que convierte a Cataluña, escandalosamente, en la autonomía privilegiada de la nación española.
Ese sector asume ya con claridad que el impulso personal que el presidente dio al Estatuto de Cataluña fue el mayor error de José Luis Rodríguez Zapatero en la anterior legislatura y que la sentencia contraria del Tribunal Constitucional es la única salida de ese drama o, tal vez, la menos traumática.
Con una Cataluña convertida en una región económicamente superior a las demas y claramente privilegiada dentro del Estado, junto con un País Vasco que ya es distinto y privilegiado en materia fiscal, el mensaje que se lanza a los españoles es demoledor: "La igualdad ha quedado rota y aquellos nacionalistas radicales y separatistas que aspiran a destruir la nación son los que obtienen mayores beneficios y ventajas en el injusto reino de España".
Esa tesis es compartida ya hasta por muchos socialistas del entorno del propio Zapatero y tal vez hasta por el propio presidente del gobierno, aunque él nunca lo reconozca porque reconocerlo sería admitir que una de las líneas políticas básicas en la anterior legislatura no sólo fue errónea sino que puso en peligro la integridad y la viabilidad de España como país.
La reciente petición de Felipe González de que se demore la negociación autonómica mientras la economía se encuentre en crisis parece ir en ese sentido, quizás en espera de una sentencia del Constitucional que ya es considerada por muchos socialistas como la única salida del drama. Montilla, cuyo nacionalismo radical está sorprendiendo a Zapatero y a los suyos, ha respondido a la sugerencia de Felipe amenazando con insurrecciones civiles catalanas del estilo de la "Liga" del norte de Italia.
Ese sector asume ya con claridad que el impulso personal que el presidente dio al Estatuto de Cataluña fue el mayor error de José Luis Rodríguez Zapatero en la anterior legislatura y que la sentencia contraria del Tribunal Constitucional es la única salida de ese drama o, tal vez, la menos traumática.
Con una Cataluña convertida en una región económicamente superior a las demas y claramente privilegiada dentro del Estado, junto con un País Vasco que ya es distinto y privilegiado en materia fiscal, el mensaje que se lanza a los españoles es demoledor: "La igualdad ha quedado rota y aquellos nacionalistas radicales y separatistas que aspiran a destruir la nación son los que obtienen mayores beneficios y ventajas en el injusto reino de España".
Esa tesis es compartida ya hasta por muchos socialistas del entorno del propio Zapatero y tal vez hasta por el propio presidente del gobierno, aunque él nunca lo reconozca porque reconocerlo sería admitir que una de las líneas políticas básicas en la anterior legislatura no sólo fue errónea sino que puso en peligro la integridad y la viabilidad de España como país.
La reciente petición de Felipe González de que se demore la negociación autonómica mientras la economía se encuentre en crisis parece ir en ese sentido, quizás en espera de una sentencia del Constitucional que ya es considerada por muchos socialistas como la única salida del drama. Montilla, cuyo nacionalismo radical está sorprendiendo a Zapatero y a los suyos, ha respondido a la sugerencia de Felipe amenazando con insurrecciones civiles catalanas del estilo de la "Liga" del norte de Italia.
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