Tengo un amigo, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, que me argumenta que nadie está favoreciendo más al PP que el propio Zapatero con su política y asegura que el actual presidente del gobierno pasará a la historia como el político que precipitó el bipartidismo en España.
El eje central de la estrategia política del PSOE y del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consiste en pactar con todos los partidos políticos españoles para aislar políticamente al PP e impedirle así que pueda gobernar en el futuro, salvo que obtenga en las urnas una improbable mayoría absoluta.
Pero los estrategas del PSOE se están replanteando ya esa estrategia, que hasta hace apenas un mes paracía impecable y hasta milagrosa, porque están descubriendo que sus riesgos quizás sean muy superiores a sus ventajas.
Paradójicamente, el aislamiento al PP puede fortalecerlo porque lo convierte no sólo en la única fuerza de la oposición, sino en la referencia obligada para cualquier ciudadano en España que se sienta a disgusto con el actual gobierno.
Felipe González ya había recomendado "pactar" con el PP los asuntos de importancia y advertido a los "cabezas de huevo" al servicio de Zapatero del enorme riesgo que conlleva convertir al PP en el único partido de la oposición. A las tesis de Felipe se han unido ahora Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Ramón Jáuregui y hasta Manuel Chaves, presidente del PSOE, que se une así a las tesis de la gran mayoría de los viejos cuadros del partido, una masa que empieza a ser “critica” y que ya está contagiando a los estrategas del zapaterismo.
Decenas de miles de personas pertenecientes al centro sociológico, más inclinados a votar a la izquierda que a la derecha, están siendo empujadas por la estrategia del PSOE hacia el regazo del PP, que hoy, por culpa de la radicalización, el aislamiento y el acoso, encarna la oposición española con mayúsculas.
Hasta los librepensadores, los amantes de la libertad y los que, por principio, suelen situarse en la oposición, donde decía el filósofo Bertrand Russel que siempre deben estar los seres honrados, gente a la que siempre ha repugnado votar a la derecha, comienzan a acercarse al mundo del PP, paradójicamente “enriquecido” por la estrategia del PSOE.
En la práctica, el PP está capitalizando todos los errores, incluso los del nacionalismo aliado a Zapatero, mientras que todos los críticos, dañados y enemigos del gobierno y del PSOE se están agrupando en los aledaños del PP, un partido que a la mayoría de ellos les resultaba ajeno, lejano y hasta antipático.
El fenómeno, sutil y casi imperceptible hace unos meses, comienza a ser evidente y patente ahora, lo que ha desatado la alarma en el cuartel general del zapaterismo.
La soledad del PP en la oposición y el acoso del PSOE y de sus medios de comunicación afines están despertando, también, ese fenómeno de la protección al débil y al perseguido que se da siempre en la sociedad y en la política.
A muchos observadores nos resulta increíble que aquel PP derrotado en 2004, que salió desquiciado de la derrota electoral, se esté reconstruyendo y fortaleciendo, apenas dos años después de su debacle, aunque sea más por los errores estratégicos del PSOE que por sus propios méritos.
El eje central de la estrategia política del PSOE y del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consiste en pactar con todos los partidos políticos españoles para aislar políticamente al PP e impedirle así que pueda gobernar en el futuro, salvo que obtenga en las urnas una improbable mayoría absoluta.
Pero los estrategas del PSOE se están replanteando ya esa estrategia, que hasta hace apenas un mes paracía impecable y hasta milagrosa, porque están descubriendo que sus riesgos quizás sean muy superiores a sus ventajas.
Paradójicamente, el aislamiento al PP puede fortalecerlo porque lo convierte no sólo en la única fuerza de la oposición, sino en la referencia obligada para cualquier ciudadano en España que se sienta a disgusto con el actual gobierno.
Felipe González ya había recomendado "pactar" con el PP los asuntos de importancia y advertido a los "cabezas de huevo" al servicio de Zapatero del enorme riesgo que conlleva convertir al PP en el único partido de la oposición. A las tesis de Felipe se han unido ahora Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, Ramón Jáuregui y hasta Manuel Chaves, presidente del PSOE, que se une así a las tesis de la gran mayoría de los viejos cuadros del partido, una masa que empieza a ser “critica” y que ya está contagiando a los estrategas del zapaterismo.
Decenas de miles de personas pertenecientes al centro sociológico, más inclinados a votar a la izquierda que a la derecha, están siendo empujadas por la estrategia del PSOE hacia el regazo del PP, que hoy, por culpa de la radicalización, el aislamiento y el acoso, encarna la oposición española con mayúsculas.
Hasta los librepensadores, los amantes de la libertad y los que, por principio, suelen situarse en la oposición, donde decía el filósofo Bertrand Russel que siempre deben estar los seres honrados, gente a la que siempre ha repugnado votar a la derecha, comienzan a acercarse al mundo del PP, paradójicamente “enriquecido” por la estrategia del PSOE.
En la práctica, el PP está capitalizando todos los errores, incluso los del nacionalismo aliado a Zapatero, mientras que todos los críticos, dañados y enemigos del gobierno y del PSOE se están agrupando en los aledaños del PP, un partido que a la mayoría de ellos les resultaba ajeno, lejano y hasta antipático.
El fenómeno, sutil y casi imperceptible hace unos meses, comienza a ser evidente y patente ahora, lo que ha desatado la alarma en el cuartel general del zapaterismo.
La soledad del PP en la oposición y el acoso del PSOE y de sus medios de comunicación afines están despertando, también, ese fenómeno de la protección al débil y al perseguido que se da siempre en la sociedad y en la política.
A muchos observadores nos resulta increíble que aquel PP derrotado en 2004, que salió desquiciado de la derrota electoral, se esté reconstruyendo y fortaleciendo, apenas dos años después de su debacle, aunque sea más por los errores estratégicos del PSOE que por sus propios méritos.