¿Para que nos sirve el rey?

En mi cena de noche vieja todos evitamos hablar de la maldita política para evitar enfrentamientos y mantener la armonía y el cariño propios del fin del año, pero sí surgió la misma pregunta que se hace más de media España: ¿Para qué nos sirve el rey?

Y la respuesta, casi unánime, fue "para nada", ya que no ha sabido parar el peligro extremo que representa el gobierno que viene, integrado por comunistas y nacionalistas, las dos fuerzas peores de la Historia, causante de muchas guerras, entre ellas las dos mundiales, y de las peores masacres y exterminios de pueblos enteros, con cientos de millones de víctimas provocadas por sus líderes.

Uno de los presentes (yo) ofreció una respuesta triste pero sólida: "Para evitar que otro político como Pedro Sánchez o Pablo Iglesias se convierta en presidente de la república".

España está a punto de ser gobernada por una coalición diabólica de socialistas y comunistas, apoyada por pro etarras, independentistas y golpistas, todos ellos con el denominador común del odio a España y la voluntad de dinamitar la unidad de la nación.

Esa siniestra llegada al poder de lo más miserable, desleal y letal de la política española, toda una bomba de relojería capaz de acabar con los derechos, las libertades, la paz y la misma democracia, no ha sido frenada por ninguna de nuestras barreras defensivas constitucionales, ni por el rey, ni por la milicia, ni por las cámaras legislativas, ni por el Poder Judicial, ni por la abogacía del Estado, ni por los partidos políticos, ni por nadie entre la poderosa maquinaria política española, en teoría la más nutrida y costosa de toda Europa, con más políticos en activo que Francia, Alemania y Gran Bretaña juntas.

España se ha dado cuanta de que está indefensa ante el desastre y que sus instituciones no le sirven.

Francisco Rubiales