Les dejo aquí el resumen del artículo publicado ayer por Salvador Sostres, el nuevo "malvado, pederasta, demonio y derechón inadmisible" que las izquierdas españolas de feministas, catalanistas, gays, encadenados a prisa, sociatas superdelirantes, etc, han elevado a la categoría de periodista enemigo nº 1, incluso por encima de Federico Jimenez Losantos:
SALVADOR SOSTRES, Quisiera yo saber, en El Mundo (28 de abril de 2011), pg. 19 (cfr.)
«Me gustaría saber por qué a casi toda la derecha se la acusa de ser extrema y por qué a ninguna izquierda se la acusa de ello. (...) No entiendo por qué motivo el Cara al Sol está demonizado y pueden, en cambio, socialistas y comunistas cantar sin temor ni rubor y el puño en altoLa Internacional. ¿Al son de qué himno se cometieron mayores matanzas? ¿Cuál de los dos inspiró a los ejércitos más sanguinarios?
Me pregunto (...) por qué al nazismo y a Adolf Hitler se les considera de derechas cuando él mismo se proclamaba socialista, tanto por su concepción igualitaria de la sociedad como por su metódica y sistemática manera de exterminar a los discrepantes y a los diferentes. ¿En qué se diferenció de Mao? ¿En qué se diferenció de Stalin? En que duró menos y en que causó menos muertos. Por lo demás, fue igual de socialista y de criminal que ellos.
Me encantaría saber por qué a la derecha se le atribuye lo peor de la Historia sabiendo que tales atribuciones suelen ser falsas; daría lo que fuera por saber por qué se continúa negando que el nazismo y el fascismo eran de raíz socialista, y por qué los horrores del comunismo se niegan, y cuando ya es imposible se disimulan, y se tolera la siniestra apología de decir que, en el fondo, fue una buena idea aunque mal aplicada.
Quisiera yo saber por qué el Partido Popular tiene que disimular que es de derechas, cuando España conoció con la derecha su mayor prosperidad política y social y, en cambio, el PSOE puede seguir presumiendo de ser un partido de izquierdas cuando todo lo ha hundido con sus recetas equivocadas y ha tenido que venir la derecha alemana a dictarnos el camino hacia la recuperación.
Me pregunto por qué la izquierda nunca es extrema en un país en el que a los que no nos queremos doblegar a sus delirios se nos dispara y tenemos que pedir perdón por simplemente respirar.»
SALVADOR SOSTRES, Quisiera yo saber, en El Mundo (28 de abril de 2011), pg. 19 (cfr.)
«Me gustaría saber por qué a casi toda la derecha se la acusa de ser extrema y por qué a ninguna izquierda se la acusa de ello. (...) No entiendo por qué motivo el Cara al Sol está demonizado y pueden, en cambio, socialistas y comunistas cantar sin temor ni rubor y el puño en altoLa Internacional. ¿Al son de qué himno se cometieron mayores matanzas? ¿Cuál de los dos inspiró a los ejércitos más sanguinarios?
Me pregunto (...) por qué al nazismo y a Adolf Hitler se les considera de derechas cuando él mismo se proclamaba socialista, tanto por su concepción igualitaria de la sociedad como por su metódica y sistemática manera de exterminar a los discrepantes y a los diferentes. ¿En qué se diferenció de Mao? ¿En qué se diferenció de Stalin? En que duró menos y en que causó menos muertos. Por lo demás, fue igual de socialista y de criminal que ellos.
Me encantaría saber por qué a la derecha se le atribuye lo peor de la Historia sabiendo que tales atribuciones suelen ser falsas; daría lo que fuera por saber por qué se continúa negando que el nazismo y el fascismo eran de raíz socialista, y por qué los horrores del comunismo se niegan, y cuando ya es imposible se disimulan, y se tolera la siniestra apología de decir que, en el fondo, fue una buena idea aunque mal aplicada.
Quisiera yo saber por qué el Partido Popular tiene que disimular que es de derechas, cuando España conoció con la derecha su mayor prosperidad política y social y, en cambio, el PSOE puede seguir presumiendo de ser un partido de izquierdas cuando todo lo ha hundido con sus recetas equivocadas y ha tenido que venir la derecha alemana a dictarnos el camino hacia la recuperación.
Me pregunto por qué la izquierda nunca es extrema en un país en el que a los que no nos queremos doblegar a sus delirios se nos dispara y tenemos que pedir perdón por simplemente respirar.»