(PARA MUESTRA BASTA UN BOTÓN)
"Todas las pasiones son exageradas; y porque son exageradas es por lo que son pasiones".
Sébastien Roch Nicolas Chamfort
A las malas lenguas, las viperinas o de doble filo, les peta (re)iterar lo que se comenta en las tertulias, se cuenta en los mentideros y se rumorea en los cenáculos, que en la reunión que mantuvieron el jueves pasado en el palacio de La Moncloa su actual inquilino, el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, con los representantes de las organizaciones convocantes de la manifestación matritense contra la LOE cabe hallar el argumento que confirma o inferir la razón que ratifica el porqué la ciudadanía suspendió con un 4,16, según dato que arrojó el último sondeo del CIS, a la susodicha ministra. Y es que la titular de la citada Cartera, Departamento diseñador, impulsor y urdidor de la mentada y (en algunas disposiciones) lamentable Ley Orgánica de Educación, desconocía partes precipuas del texto, porque fueron los propios convocados al encuentro quienes tuvieron que sacar a la ministra del ramo (habiendo perdido uno de sus remos –o los dos-) de varios charcos o fregados en los que se metió.
Al parecer, el presidente del Gobierno de la Nación, abochornado, avergonzado, miraba de hito en hito a María Jesús con cara de querer decir "¡vaya tropa!" o, en su defecto, "¡tierra, trágame!", mientras los representantes de las organizaciones convocantes de la protesta, que se sabían la Ley al dedillo, de carrerilla, no acertaban a salir de su incredulidad y asombro, tras haberles dejado epatados, para el arrastre, patidifusos, ciertos océanos (más que algunas lagunas) conceptuales de la suspendida (porque era motivo bastante para que el mandamás del Gabinete le soltara un "¡sanseacabó!") San Segundo.
Ángel Sáez García
"Todas las pasiones son exageradas; y porque son exageradas es por lo que son pasiones".
Sébastien Roch Nicolas Chamfort
A las malas lenguas, las viperinas o de doble filo, les peta (re)iterar lo que se comenta en las tertulias, se cuenta en los mentideros y se rumorea en los cenáculos, que en la reunión que mantuvieron el jueves pasado en el palacio de La Moncloa su actual inquilino, el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, con los representantes de las organizaciones convocantes de la manifestación matritense contra la LOE cabe hallar el argumento que confirma o inferir la razón que ratifica el porqué la ciudadanía suspendió con un 4,16, según dato que arrojó el último sondeo del CIS, a la susodicha ministra. Y es que la titular de la citada Cartera, Departamento diseñador, impulsor y urdidor de la mentada y (en algunas disposiciones) lamentable Ley Orgánica de Educación, desconocía partes precipuas del texto, porque fueron los propios convocados al encuentro quienes tuvieron que sacar a la ministra del ramo (habiendo perdido uno de sus remos –o los dos-) de varios charcos o fregados en los que se metió.
Al parecer, el presidente del Gobierno de la Nación, abochornado, avergonzado, miraba de hito en hito a María Jesús con cara de querer decir "¡vaya tropa!" o, en su defecto, "¡tierra, trágame!", mientras los representantes de las organizaciones convocantes de la protesta, que se sabían la Ley al dedillo, de carrerilla, no acertaban a salir de su incredulidad y asombro, tras haberles dejado epatados, para el arrastre, patidifusos, ciertos océanos (más que algunas lagunas) conceptuales de la suspendida (porque era motivo bastante para que el mandamás del Gabinete le soltara un "¡sanseacabó!") San Segundo.
Ángel Sáez García