El ciudadano se rebela contra las manipulaciones y milongas que mediocridades ejerciendo de políticos piensan que aún pueden vender. La cosa ha cambiado, la gente se aprieta el cinturón y observa la vida que a costa suya llevan los clanes políticos. Si rotundo fue el fracaso de la Manifa-Romería sindical de Madrid mayor ha sido la Consulta Independentista de unos cuantos exaltados que ven el final de su invento o cuchara. Porque una cosa es ser catalanista, algo que honra, y otra vender el catalanismo como el charlatán que vende un crecepelo en una feria. Una cosa es la cultura que el catalanismo lleva intrínseca y otra que de esa cualidad y contenido quieran vivir algunos que ni a mileuristas llegarían en el sector privado.
El daño está hecho, la antipatía que esos “catalanes” han creado y sembrado contra Cataluña, que dicho sea de paso, les importa un bledo, no es fácil que desaparezca. Como estos abanderados del catalanismo hortera y falso se aferran a sus sueldos y prebendas, seguirán atizando el fuego. Es su modus vivendi. No tienen otra cosa que ofrecer y mercadear.
¿Por qué tan baja participación y tan ridículos resultados cuando no había oposición? Simplemente porque el catalán de tonto tiene muy poco y cuando le tocan la bolsa… ya sabemos.
Cataluña no puede independizarse de España porque sería una ruina para ella. Igualmente España no se puede arriesgar a perder Cataluña, como ninguna otra región. España es la reunión de todas sus regiones, lo quieran o no Zapatero, Montilla y Carod.
Una pretendida Independencia supone inestabilidad y pérdida de mercados. Sus productos perderían aún más de atracción o simpatía, tanto en España como fuera. Saldría fuera del euro con los consabidos costes de cambio de moneda. ¿Qué moneda crearía, el Carod? La inversiones extrajeras se lo pensarían dos veces antes de invertir y muchas se marcharían.
El panorama que se esboza para una Cataluña independiente es la pérdida de “entre el 30% y el 50%” de su Producto Interior Bruto (PIB) en unos pocos años, según calcula Vidal-Quadras.Cataluña Gracias a su red de Cajas, un 70 % de las inversiones en Cataluña se financian con ahorro captado en otras regiones. Las 2/3 partes de sus ventas son a España.
Así, empresas y marcas como Maggi, Avecrem, Gallina Blanca, Apis, Matutano, Freixenet, Codorniu, Bodegas Torres, Casademont, Casa Tarradellas, Argal, Artiach, Cami, Frigo, Chupa Chups, Bimbo, Panrico, Donuts , Bollycao, Fontvella, Vichy Catalán, Perfumes Puig, Caprabo, Mistol, Calgonit, Gas Natural, La Caixa, Caixa Catalunya o multinacionales con sede en Cataluña como Nestle, La lechera, Danone, Buitoni , Knorr, Seguros AXA, Nissan, Sharp, Sara Lee. SEAT u Honda, que cuentan con plantas de producción en Barcelona entre otras, verían peligrar su permanencia, su modelo de negocio e, incluso, su supervivencia. Incluir frutas frescas y derivados. Las grandes industrias dan vida a millares de PYMES que representan el 90% del tejido industrial de Cataluña.
El escritor Josep Pla dijo hace años que “el catalanismo no debería prescindir de España porque los catalanes fabrican muchos calzoncillos, pero no tienen tantos culos”
Ligur
El daño está hecho, la antipatía que esos “catalanes” han creado y sembrado contra Cataluña, que dicho sea de paso, les importa un bledo, no es fácil que desaparezca. Como estos abanderados del catalanismo hortera y falso se aferran a sus sueldos y prebendas, seguirán atizando el fuego. Es su modus vivendi. No tienen otra cosa que ofrecer y mercadear.
¿Por qué tan baja participación y tan ridículos resultados cuando no había oposición? Simplemente porque el catalán de tonto tiene muy poco y cuando le tocan la bolsa… ya sabemos.
Cataluña no puede independizarse de España porque sería una ruina para ella. Igualmente España no se puede arriesgar a perder Cataluña, como ninguna otra región. España es la reunión de todas sus regiones, lo quieran o no Zapatero, Montilla y Carod.
Una pretendida Independencia supone inestabilidad y pérdida de mercados. Sus productos perderían aún más de atracción o simpatía, tanto en España como fuera. Saldría fuera del euro con los consabidos costes de cambio de moneda. ¿Qué moneda crearía, el Carod? La inversiones extrajeras se lo pensarían dos veces antes de invertir y muchas se marcharían.
El panorama que se esboza para una Cataluña independiente es la pérdida de “entre el 30% y el 50%” de su Producto Interior Bruto (PIB) en unos pocos años, según calcula Vidal-Quadras.Cataluña Gracias a su red de Cajas, un 70 % de las inversiones en Cataluña se financian con ahorro captado en otras regiones. Las 2/3 partes de sus ventas son a España.
Así, empresas y marcas como Maggi, Avecrem, Gallina Blanca, Apis, Matutano, Freixenet, Codorniu, Bodegas Torres, Casademont, Casa Tarradellas, Argal, Artiach, Cami, Frigo, Chupa Chups, Bimbo, Panrico, Donuts , Bollycao, Fontvella, Vichy Catalán, Perfumes Puig, Caprabo, Mistol, Calgonit, Gas Natural, La Caixa, Caixa Catalunya o multinacionales con sede en Cataluña como Nestle, La lechera, Danone, Buitoni , Knorr, Seguros AXA, Nissan, Sharp, Sara Lee. SEAT u Honda, que cuentan con plantas de producción en Barcelona entre otras, verían peligrar su permanencia, su modelo de negocio e, incluso, su supervivencia. Incluir frutas frescas y derivados. Las grandes industrias dan vida a millares de PYMES que representan el 90% del tejido industrial de Cataluña.
El escritor Josep Pla dijo hace años que “el catalanismo no debería prescindir de España porque los catalanes fabrican muchos calzoncillos, pero no tienen tantos culos”
Ligur