Sobreviviente sin contagio futbolístico de una sociedad que con un nivel de
analfabetismo africano publicaba un diario de deportes - léase fútbol – que
además de su nombre comercial era conocido con el popular La Patada y en
otros círculos como El Times del albañil, aprovecho este “nicho de libertad” de
expresión para gritar que no todo los seres humanos estamos contagiados
irremisiblemente por el fútbol. Ni entonces donde fútbol y toros era la
inversión más rentable para la inmovilidad ciudadana ni hoy, cuando los
mandamases utilizan con destreza y astucia sibilina el fútbol, han
conseguido encuadrarme en esa masa capaz de disfrazarse, pintarse, vocear
cosas ininteligibles, imitar a orangutanes, destrozar mobiliario, coches, etc.
Algunos etc. son malolientes y dejan en nivel poco digno a la especie humana.
Nunca he visto tan poca televisión como desde que los medios comenzaron la
campaña de intoxicación. No solo eso sino que hemos creado unas reglas de
autodefensa o vacunación buscando cierta inmunidad ante semejante plaga
informativa.
1.- Nuestra reacción es dejar mudos los telediarios en cuanto aparecen las
caras de reporteros que tienen cara de balón. Los denominamos “los mudos” y
de algunos apenas reconocemos las voces. ¿Reporteros deportivos?. No, son
portavoces del negocio político-comercial de “la patada”.
2.- Conectarnos a los telediarios 7 u 8 minutos de su horario habitual. Los 7
u 8 primeros minutos son dedicados a publicidad y fútbol. Para nosotros los
telediarios comienzan a las 14:37, 15:07, 21:07, 22:07. Cuando anuncian
deportes después del crimen y el atraco del día desconectamos
definitivamente. Si algo hay importante como noticia lo encontramos en el
Telexto.
3.- No compramos producto alguno que sea anunciado por un “patadas” o tenga
soporte con tema de fútbol. Algunos además tienen una imagen que destroza
cualquier producto. No creo que me acusen de racista por decir que son feos de
eso, de ….
Respeto que a mucha gente le guste o necesite el fútbol. En “aquella época” se
decía que allí, en el campo de fútbol, era el único sitio donde se podía
chillar y protestar sin que un miembro de la social o un gris te dijese
“acompáñeme”. Solo pido que esto del mundial sea breve, que “los patadas”
ibéricos sigan la tradición y vuelvan pronto a casa. Esto daría un respiro, el
país volvería a funcionar y el nivel de contaminación futbolística regresaría a
parámetros llevaderos. Quedaría en una ola de futbolismo y no de una pandemia
de enajenación y desproporción.
Otra solución sería que se repartiesen tantos diplomas, títulos, copas en el
fútbol como premios en la vida artística. Para seguir con eso de “Yo te doy una
cosa a ti, tú me das una cosa a mí”.
Alguien dijo “Haz que pase de mi este cáliz”. Lo dijo, según dicen, hace 2000
años. Lo repito, ¡Que pase el cáliz del mundial!.
Ligur
analfabetismo africano publicaba un diario de deportes - léase fútbol – que
además de su nombre comercial era conocido con el popular La Patada y en
otros círculos como El Times del albañil, aprovecho este “nicho de libertad” de
expresión para gritar que no todo los seres humanos estamos contagiados
irremisiblemente por el fútbol. Ni entonces donde fútbol y toros era la
inversión más rentable para la inmovilidad ciudadana ni hoy, cuando los
mandamases utilizan con destreza y astucia sibilina el fútbol, han
conseguido encuadrarme en esa masa capaz de disfrazarse, pintarse, vocear
cosas ininteligibles, imitar a orangutanes, destrozar mobiliario, coches, etc.
Algunos etc. son malolientes y dejan en nivel poco digno a la especie humana.
Nunca he visto tan poca televisión como desde que los medios comenzaron la
campaña de intoxicación. No solo eso sino que hemos creado unas reglas de
autodefensa o vacunación buscando cierta inmunidad ante semejante plaga
informativa.
1.- Nuestra reacción es dejar mudos los telediarios en cuanto aparecen las
caras de reporteros que tienen cara de balón. Los denominamos “los mudos” y
de algunos apenas reconocemos las voces. ¿Reporteros deportivos?. No, son
portavoces del negocio político-comercial de “la patada”.
2.- Conectarnos a los telediarios 7 u 8 minutos de su horario habitual. Los 7
u 8 primeros minutos son dedicados a publicidad y fútbol. Para nosotros los
telediarios comienzan a las 14:37, 15:07, 21:07, 22:07. Cuando anuncian
deportes después del crimen y el atraco del día desconectamos
definitivamente. Si algo hay importante como noticia lo encontramos en el
Telexto.
3.- No compramos producto alguno que sea anunciado por un “patadas” o tenga
soporte con tema de fútbol. Algunos además tienen una imagen que destroza
cualquier producto. No creo que me acusen de racista por decir que son feos de
eso, de ….
Respeto que a mucha gente le guste o necesite el fútbol. En “aquella época” se
decía que allí, en el campo de fútbol, era el único sitio donde se podía
chillar y protestar sin que un miembro de la social o un gris te dijese
“acompáñeme”. Solo pido que esto del mundial sea breve, que “los patadas”
ibéricos sigan la tradición y vuelvan pronto a casa. Esto daría un respiro, el
país volvería a funcionar y el nivel de contaminación futbolística regresaría a
parámetros llevaderos. Quedaría en una ola de futbolismo y no de una pandemia
de enajenación y desproporción.
Otra solución sería que se repartiesen tantos diplomas, títulos, copas en el
fútbol como premios en la vida artística. Para seguir con eso de “Yo te doy una
cosa a ti, tú me das una cosa a mí”.
Alguien dijo “Haz que pase de mi este cáliz”. Lo dijo, según dicen, hace 2000
años. Lo repito, ¡Que pase el cáliz del mundial!.
Ligur