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OBJETIVO: DESMORALIZAR A LA POBLACIÓN DEL MUNDO



El objetivo de los poderes que quieren dominar el mundo es la desmoralización de la población, lo que equivale a convertir al ciudadano en borrego y a la ciudadanía en manada torpe y asustada. Es el primer gran objetivo del bando agresor en la guerra por el poder que se está librando en todo el mundo. Es la primera guerra que se libra en el mundo no para matar al enemigo, sino para neutralizarlo, convirtiéndolo en cobardes asustados. En esa guerra lo importante no es ser buen gestor, ni poseer dignidad y prestigio o ejercer un liderazgo brillante, sino saber intimidar y asustar a los ciudadanos, creándoles turbación, inseguridad y zozobra.

Lo describe con agudeza y acierto Vanlop, colaborador de este blog Voto en Blanco, en uno de sus comentarios, que hemos considerado lo bastante lúcido y necesario para convertirlo en artículo de portada, para que pueda ser leído y difundido por las víctimas de esta guerra que todavía se resisten a ser ganado lanar.

En España, la maniobra envolvente del poder político gobernante, adicto al Nuevo Orden Mundial, contra la ciudadanía es visible y potente porque el ciudadano está siendo bombardeado con excrementos políticos, económicos, religiosos y éticos, como subidas injustas de impuestos, mentiras, desprotección, miedo a la pandemia, imágenes de muertos, censura, inconsistencia en el liderazgo y un concienzudo y miserable asesinato de la democracia, las libertades, los derechos, la religión, la valentía y los grandes valores.

Saben que el hombre, sin certezas, sin Dios y sin confianza, no es nada y quieren que el ciudadano sea súbdito y el hombre libre se vuelva esclavo.
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Cada momento histórico tiene sus guerras y cada guerra es distinta a la anterior. Recordemos como los franceses se prepararon concienzudamente para la guerra de trincheras, después de la carnicería de la I Guerra Mundial y como, al aparecer la guerra relámpago, todo aquel esfuerzo no sirvió más que de estorbo. Pues ahora tenemos que la guerra es informativa. Quien domina los medios domina el campo de batalla, pero ojo, son pocas la guerras que se han ganado con una batalla y también son muchos los ejemplos en que han ganado la batalla los menos numerosos. El otro día hablaban de una batalla de la guerra de los Cien Años, en la que los franceses superaban a los ingleses por tres a uno y ganaron los ingleses. De modo que el doctor, que domina la mayoría de los medios, no tiene la guerra ganada, aunque lo parezca.

Como vengo comentando últimamente, el objetivo es desmoralizar a la población o dicho de otro modo, convertirlos en lanar. El lanar acepta sumisamente todo lo que le venga y hasta besa la mano que lo golpea. El doctor Sánchez va a poner como candidato en Cataluña al ministro de sanidad y los catalanes le votarán. Indefensión aprendida, que dicen algunos.

Van a votar a un señor que ha gestionado lo del bicho de la peor manera, que ha mentido cada día y sigue mintiendo. Sigue de ministro, aún siendo el candidato a unas votaciones. El gobierno del que forma parte ha destrozado el sector de la hostelería y otros sectores muy importantes en Cataluña y sin embargo esperan obtener unos resultados buenos. O el lanar lleva la indefensión hasta el extremo o el pucherazo va a ser de antología.

El caos ya lo tenemos, pero irá a más. No es sólo unos leyes inicuas a favor de los delincuentes, es que los juzgados reciben más casos que los que resuelven, con lo cual cada vez la cosa será peor. Hace unos días leí el dato del número de jueces por cien mil o millón de habitantes. No recuerdo los detalles, pero sí recuerdo que en los países de Europa, el ratio viene a ser similar en todos los países, mientras en España es la mitad. Eso garantiza el caos y ese caos viene de las grandes empresas que actúan como monopolios, casi más que de los delincuentes callejeros.

Por supuesto, la gente pedirá enfervorecida una mano dura contra el caos y aparecerá esa mano y el mundo se convertirá en un paraíso similar al chino. Sólo nos quedará decir aquello de "bienvenidos al paraíso". Y todo sin disparar ni un tiro.

Por supuesto dentro del caos está que el imperio de la ley no exista. Y Trump lo sabe y sabía de sobra que aunque tuviera el tribunal supremo cinco a cuatro, no podía contar con ellos. Hace bastantes años que los jueces de ese tribunal son muy sensibles a los medios, no soportan salir en los telediarios, les aterra. Trump metió a jueces conservadores porque en leyes no mediáticas podía contar con ellos y porque no era cosa de poner jueces demócratas.

La cosa se jodió hace ya más de 40 años, cuando los medios se metieron a discutir las sentencias y a poner en primer plano a unos jueces que por su cometido deberían ser bastante anónimos.

Me alegra que se diga que la cosa se jodió cuando la gente dejó de creer en Dios porque es cierto. El problema islamista que tenemos en Europa no se debe a que ellos tengan o no tengan razón, se debe a que nosotros no creemos en nada y ellos sí, y por eso están ganando.

Una vez que se deja a Dios fuera, todo se corrompe, pues no hay un referente moral inmutable, y el impero de la ley no iba a ser menos. Lo raro es que la fe en la justicia se mantuviera sin fe en Dios. Pero el lanar ya está fuera de juego, es incapaz de plantearse si volver a Dios es conveniente o no.

No piense que el Papa es una trasposición de Dios, es simplemente el representante y últimamente queda claro que ser representante de alguien no es garantía de interpretar las ideas de forma adecuada. El papa no es la voz de Dios, es un señor con más o menos carisma, con más o menos prestigio, que intenta que la iglesia funcione razonablemente bien, pero del día a día se ocupan los obispos, cada uno en su diócesis.

Sólo es la voz de Dios cuando declara un dogma y el último dogma se proclamó en 1854, así que desde entonces, la Iglesia ha sido regida, en su cúpula, por hombres más o menos acertados. Y como tales, no debemos sorprendernos que el papa actual haga cosas sorprendentes. Yo me limito a ignorarlas. Mientras no toque al depósito de la fe, por mí que diga o haga lo que quiera, que yo hago lo que quiero.

Trump ha demostrado que el rey está desnudo y seguramente por eso lo recordará la Historia, pero ¿el lanar se da cuenta? Ese es el gran problema, que el lanar no lo entiende. Pero Trump ha cumplido advirtiendo al pueblo lo que hay. Es probable que dentro de un siglo Trump sea recordado como un gran profeta que nos hizo ver el peligro que nos amenazaba y la naturaleza sucia y miserable del NOM.


Vanlop

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Jueves, 14 de Enero 2021
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