Colaboraciones

OBAMA AL PODER





20 de enero de 2009, a las 16/00 -hora española-, Obama ha sido investido como el 44º presidente del país más poderoso del mundo, los Estados Unidos de América. Históricamente, su ascensión al poder es un hecho sorprendente, porque Obama es descendiente de un negro. Y, cronológicamente, hace cuarenta y cinco años (1963) mataron a John F. Kennedy, por favorecer la integración de los negros en las universidades de los estados del Sur y por otras medidas sociales. Y, hace cuarenta años (1968), mataron al líder negro Martin Luther King, el primer hombre de color que se atrevió a desautorizar al Imperio Americano, para defender los derechos humanos de la población negra. Hoy, en la primera década del siglo XXI, Obama sube al poder.

El hecho plantea varias cuestiones. La primera es el interés que ha despertado en Europa la elección de Obama, bastante más que el de nuestras últimas elecciones generales y, sin duda alguna, más que las del parlamento europeo para la próxima primavera. Da la impresión de que lo que suceda políticamente en Estados Unidos, afectará más a nuestro continente que lo que hagan nuestros propios políticos. Y, sin embargo, todos sabemos que difícilmente USA renunciará a su liderazgo como imperio del mundo actual, lastre que no será fácil de soltar. Pero ha despertado esperanzas en todo el mundo.

Obama asume la más difícil situación por la que ha pasado un presidente norteamericano en los 16 últimos lustros: el más poderoso imperio de Occidente en crisis, provocada por la corrupción y una población activa en descalabro; el paro ha perdido, últimamente, dos puntos y medio y Estados Unidos se ha declarado en bancarrota. Obama no ha hecho ni ha dicho nada aún, pero se ha rodeado de un equipo de economistas de lujo, para reactivar la economía.

Por otra parte, todos los países esperan un cambio en la política militar de USA. Es el país más armado del mundo y el que más dinero gasta en armamentos. Estados Unidos se ha autoproclamado gendarme del mundo, pero es el que menos ha colaborado con la defensa del medio ambiente, con la purificación de nuestra atmósfera, de nuestras tierras y de nuestras aguas. Obama no es un mago que tiene una varita mágica para arreglar el mundo actual. Es más, aún no ha anticipado ningún cambio importante. Pero la gente aprecia eso mismo, que no ponga todas las patas de la mesa boca arriba y siga utilizando el sentido común que ha demostrado.

La última historia de USA ha despertado fobias en todo el mundo. Sus bases militares son islas intocables e inmunes a todas las reivindicaciones; tierras compradas con dólares. A Guantánamo se le acusa de prototipo de la prisión torturadora. EE.UU. ha invadido impunemente algunos países, como Guatemala (1954). Ha apoyado a la “contra” nicaragüense con financiaciones escandalosas (1980). Ha invadido Irak con demoledores ataques aéreos y terrestres con la misma impunidad (2003). Se ha saltado a piola las decisiones de las Naciones Unidas. Y la guerra de Israel y Palestina vuelven una y otra vez sin solución alguna.

Ante este cúmulo de tareas extras, hay que añadir el gobierno de un gran país. Obama sólo ha prometido tres cosas: utilizar soluciones políticas antes que las militares; defender los derechos humanos y reconquistar la pureza democrática. No es poco. Ojalá consiga responder a tanta esperanza. Pero la tarea es la más ardua que le ha tocado a un presidente norteamericano, y se la pondrán más difícil aún.

J.LEIVA.

   
Jueves, 22 de Enero 2009
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