El gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero ha cambiado nuevamente sus previsiones macroeconómicas y promete ahora que la recuperación de la economía española se producirá en el año 2010, en el que el crecimiento será del 1.2 por ciento, con un déficit del 3.4. Dias antes, el propio Zapatero había prometido la recuperación para el segundo semestre de 2009.
En realidad se trata de nuevas mentiras, ya que el gobierno no tiene credibilidad ni dato fiable alguno para prever la recuperación en 2010. Hace un año negaban la existencia de la crisis por miedo a perder votos en las elecciones. Poco después prometió el pleno empleo. Mas tarde, hace nueve meses, hablaban de un "aterrizaje suave" y afirmaban que la economía española jugaba en la Champion League y era la mejor de su entorno. Hoy estamos en plena recesión, camino de los cuatro millones de parados, con el déficit disparado y con el crédito internacional en entredicho. Para justificar el desastre de España dicen que toda Europa está igual, pero también eso es falso porque Alemania, Austria, Rumanía y otros paises están resistiendo e, incluso, creando empleo.
De hecho, para Voto en Blanco, que secunda el análisis y los vaticinios de muchos pensadores y analistas independientes, el 2010 será un año peor que el 2009, aunque mejor que el 2011, a partir del cual no es que comience la recuperación, sino que se frenará el hundimiento y la recesión comenzará a ser más suave.
Vaticina el gobierno español que no se llegará a los cuatro millones de parados, otra mentira de grandes proporciones porque a esa cifra se llegará a finales de 2009 y el 2011 conocerá la dramática cifra de 5 millones de parados en España, una país que, si no cambia drásticamente su demencial polítca conómica, seguirá cayendo en el pozo durante 2011, a pesar de que las principales economías del mundo ya habrán iniciado su recuperación en 2010.
Los datos oficiales del gobierno son los siguientes: 2008 cerró con un avance económico del 1,2% y un déficit del 3,4% del PIB. Calcula que España volverá a la senda de crecimiento en 2010, que será del 1,2%, aunque aún con un déficit público del 4,8% del PIB. En 2009, el déficit público se disparará al 5,8%, frente al 1,9% previsto con anterioridad, debido a las medidas adoptadas para salir de la crisis económica. Para 2011, el Ejecutivo espera que la economía crezca ya el 2,6% y cree que seguirá habiendo déficit en las cuentas públicas, aunque menor, del 3,9% del PIB, según la revisión del Programa de Estabilidad 2008-2011 aprobado el viernes por el Consejo de Ministros.
Pero hay otros análisis y vaticinios para España, realizados con mayor rigor y fundamento científico que los del gobierno, que son mucho más fiables, pesimistas y dramáticos.
El problema de España es que, a pesar de las mentiras del poder, de la pretendida fortaleza de la banca y de la militancia en la "Champion", su crisis es quíntuple y mucho peor que la de cualquier otra economía europea. Además de la crisis económica mundial, España padece una segunda crisis por el agotamiento de su modelo, basado en el ladrillo, una senda cerrada que no podrá recuperarse en toda una década. La tercera crisis española es que no tiene modelo económico que sustituya al del ladrillo, agotado e intransitable, lo que convierte a la economía española en un barco sin rumbo, sin horizontes, sin capacidad de competir y sin otra especialización que el turismo, una industria que caerá y que exigirá grandes bajadas de precios que restará rentabilidad al turismo español. La cuarta crisis es genuinamente española y es la desconfianza de sus ciudadanos en sus instituciones, empezando por el Estado, desprestigiado, y por la casta política, fracasada y bonkerizada. La desconfianza crecerá espectacularmente durante los tres próximos años y en el 2011 será dramática, con millones de ciudadanos, por fin cansados de mentiras y de manipulación, enfrentados con el poder, viviendo una grave conmoción social y política que, en sí misma, será una nueva crisis, ésta genuinamente española. Finalmente, para colmo de desgracias, España tiene que hacer frente a una quinta crisis, que es la de su mal gobierno, incapaz de tomar medidas adecuadas, habituado a cometer un error tras otros e incapaz de ser eficaz en su gestión del Estado.
Lo grave de todo esto es que los cálculos del gobierno, frívolos, contaminados del "optimismo enfermizo" de Zapatero y temerarios, al no cumplirse, colocarán al país en una situación de quiebra. El déficit, contrariamentre a lo que se dice, no dejará de crecer y superará el 7% en 2011, una cifra que tal vez traiga consigo la expulsión de España de la zona Euro y nuestro retorno a África, que nuevamente empezará en los Pirineos.
La última de las previsiones que se vislumbran en el horizonte es una pesadilla descorazonadora y demencial: en una España convulsa, arruinada, dividida y enfrentada social y políticamente, Zapatero vuelve a ganar las elecciones en 2012 y el país, nuevamente gobernado por alguien cuya torpeza e ineficacia están más que probadas, tendrá que enfrentarse entonces a sus peores fantasmas y al más cruel de los destinos.
En realidad se trata de nuevas mentiras, ya que el gobierno no tiene credibilidad ni dato fiable alguno para prever la recuperación en 2010. Hace un año negaban la existencia de la crisis por miedo a perder votos en las elecciones. Poco después prometió el pleno empleo. Mas tarde, hace nueve meses, hablaban de un "aterrizaje suave" y afirmaban que la economía española jugaba en la Champion League y era la mejor de su entorno. Hoy estamos en plena recesión, camino de los cuatro millones de parados, con el déficit disparado y con el crédito internacional en entredicho. Para justificar el desastre de España dicen que toda Europa está igual, pero también eso es falso porque Alemania, Austria, Rumanía y otros paises están resistiendo e, incluso, creando empleo.
De hecho, para Voto en Blanco, que secunda el análisis y los vaticinios de muchos pensadores y analistas independientes, el 2010 será un año peor que el 2009, aunque mejor que el 2011, a partir del cual no es que comience la recuperación, sino que se frenará el hundimiento y la recesión comenzará a ser más suave.
Vaticina el gobierno español que no se llegará a los cuatro millones de parados, otra mentira de grandes proporciones porque a esa cifra se llegará a finales de 2009 y el 2011 conocerá la dramática cifra de 5 millones de parados en España, una país que, si no cambia drásticamente su demencial polítca conómica, seguirá cayendo en el pozo durante 2011, a pesar de que las principales economías del mundo ya habrán iniciado su recuperación en 2010.
Los datos oficiales del gobierno son los siguientes: 2008 cerró con un avance económico del 1,2% y un déficit del 3,4% del PIB. Calcula que España volverá a la senda de crecimiento en 2010, que será del 1,2%, aunque aún con un déficit público del 4,8% del PIB. En 2009, el déficit público se disparará al 5,8%, frente al 1,9% previsto con anterioridad, debido a las medidas adoptadas para salir de la crisis económica. Para 2011, el Ejecutivo espera que la economía crezca ya el 2,6% y cree que seguirá habiendo déficit en las cuentas públicas, aunque menor, del 3,9% del PIB, según la revisión del Programa de Estabilidad 2008-2011 aprobado el viernes por el Consejo de Ministros.
Pero hay otros análisis y vaticinios para España, realizados con mayor rigor y fundamento científico que los del gobierno, que son mucho más fiables, pesimistas y dramáticos.
El problema de España es que, a pesar de las mentiras del poder, de la pretendida fortaleza de la banca y de la militancia en la "Champion", su crisis es quíntuple y mucho peor que la de cualquier otra economía europea. Además de la crisis económica mundial, España padece una segunda crisis por el agotamiento de su modelo, basado en el ladrillo, una senda cerrada que no podrá recuperarse en toda una década. La tercera crisis española es que no tiene modelo económico que sustituya al del ladrillo, agotado e intransitable, lo que convierte a la economía española en un barco sin rumbo, sin horizontes, sin capacidad de competir y sin otra especialización que el turismo, una industria que caerá y que exigirá grandes bajadas de precios que restará rentabilidad al turismo español. La cuarta crisis es genuinamente española y es la desconfianza de sus ciudadanos en sus instituciones, empezando por el Estado, desprestigiado, y por la casta política, fracasada y bonkerizada. La desconfianza crecerá espectacularmente durante los tres próximos años y en el 2011 será dramática, con millones de ciudadanos, por fin cansados de mentiras y de manipulación, enfrentados con el poder, viviendo una grave conmoción social y política que, en sí misma, será una nueva crisis, ésta genuinamente española. Finalmente, para colmo de desgracias, España tiene que hacer frente a una quinta crisis, que es la de su mal gobierno, incapaz de tomar medidas adecuadas, habituado a cometer un error tras otros e incapaz de ser eficaz en su gestión del Estado.
Lo grave de todo esto es que los cálculos del gobierno, frívolos, contaminados del "optimismo enfermizo" de Zapatero y temerarios, al no cumplirse, colocarán al país en una situación de quiebra. El déficit, contrariamentre a lo que se dice, no dejará de crecer y superará el 7% en 2011, una cifra que tal vez traiga consigo la expulsión de España de la zona Euro y nuestro retorno a África, que nuevamente empezará en los Pirineos.
La última de las previsiones que se vislumbran en el horizonte es una pesadilla descorazonadora y demencial: en una España convulsa, arruinada, dividida y enfrentada social y políticamente, Zapatero vuelve a ganar las elecciones en 2012 y el país, nuevamente gobernado por alguien cuya torpeza e ineficacia están más que probadas, tendrá que enfrentarse entonces a sus peores fantasmas y al más cruel de los destinos.
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