Todo el mundo lo sabe, pero nadie lo denuncia: Hezbollah se está rearmando en el Líbano, ante las mismas narices de la fuerza de interposición de la ONU, ante los ojos de los soldados españoles, italianos y de otros países, que vuelven la mirada para no ver algo que les comprometería y pondría sus vidas en peligro.
Los enormes Antonov procedentes de Iran, cargados de nuevas armas para la milicia del "Partido de Dios", aterrizan a diario en Siria. Una de las mejores fábricas militares rusas (KBP), experta en sistemas antiaéreos, ha cerrado un contrato con Siria e Iran, valorado en cientos de millones de dólares,gracial al cual les están proporcionando su mejor producto, el sistema de misiles tierra-aire Pantsir, sucesor de los famosos SAM-7, aunque mucho más sofisticado, ligero y portatil. Se trata de un sistema que hace vulnerable a la aviación, la mejor arma de Israel, y que parece diseñado para las milicias de Hezbollah, ya que puede ser disparado desde cualquier vehículo en movimiento y puede alcanzar aviones que vuelen muy alto.
Nadie ha querido dar importancia a la paralización de un barco en Chipre, con destino Siria, que debía transportar frigoríficos, pero que llevaba dieciocho camiones con sofisticados radares antiaéreos y tres vehículos de control, con sistemas informáticos de novísima generación, una clara (pero silenciada) violación de la resolución 1701, que prohibe el tráfico de armas para el Líbano.
¿Por qué todos callan ante el rearme de Hezbollah, incluso el propio Israel? Hay varias tesis, ninguna de ellas confirmada. La mia es que la misión real de la fuerza de interposición de la ONU no es desarmar a Hezbollah, sino impedir que su milicia pueda atacar a Israel, mientras la batalla contra Hezbollah se está dando en otros planos, algunos diplomáticos y otros políticos, todos dirigidos a fortalecer al Libano para que ese país llegue a ser pronto una democracia normal y sea el ejército libanés el que, en su momento, para garantizar su propia soberanía y supervivencia, asuma la delicada tarea de desarmar a las belicosas y bien armadas y entrenadas milicias del Partido de Dios.
Los enormes Antonov procedentes de Iran, cargados de nuevas armas para la milicia del "Partido de Dios", aterrizan a diario en Siria. Una de las mejores fábricas militares rusas (KBP), experta en sistemas antiaéreos, ha cerrado un contrato con Siria e Iran, valorado en cientos de millones de dólares,gracial al cual les están proporcionando su mejor producto, el sistema de misiles tierra-aire Pantsir, sucesor de los famosos SAM-7, aunque mucho más sofisticado, ligero y portatil. Se trata de un sistema que hace vulnerable a la aviación, la mejor arma de Israel, y que parece diseñado para las milicias de Hezbollah, ya que puede ser disparado desde cualquier vehículo en movimiento y puede alcanzar aviones que vuelen muy alto.
Nadie ha querido dar importancia a la paralización de un barco en Chipre, con destino Siria, que debía transportar frigoríficos, pero que llevaba dieciocho camiones con sofisticados radares antiaéreos y tres vehículos de control, con sistemas informáticos de novísima generación, una clara (pero silenciada) violación de la resolución 1701, que prohibe el tráfico de armas para el Líbano.
¿Por qué todos callan ante el rearme de Hezbollah, incluso el propio Israel? Hay varias tesis, ninguna de ellas confirmada. La mia es que la misión real de la fuerza de interposición de la ONU no es desarmar a Hezbollah, sino impedir que su milicia pueda atacar a Israel, mientras la batalla contra Hezbollah se está dando en otros planos, algunos diplomáticos y otros políticos, todos dirigidos a fortalecer al Libano para que ese país llegue a ser pronto una democracia normal y sea el ejército libanés el que, en su momento, para garantizar su propia soberanía y supervivencia, asuma la delicada tarea de desarmar a las belicosas y bien armadas y entrenadas milicias del Partido de Dios.