Me han convocado a la mesa electoral de las próximas elecciones... y me hago objetora de conciencia. Este es el escrito que he preparado. Por si le es útil a alguien...
DIRIGIDO A LA JUNTA ELECTORAL DE ZONA DE PIEDRAHITA:
Casas del Abad, 4 de Mayo de 2015
Hace unos días recibí la notificación por la que se me informa de que formo parte, como 2º vocal 1 er. suplente, de la mesa electoral 01001U situada en Umbrías. Según el documento y el manual que se le adjuntaba, debo comparecer el 24 de mayo de 2015, con motivo de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas, a las 8 de la mañana para la constitución de dicha mesa, así como permanecer en ella más de doce horas hasta que finalice el proceso electoral. Todo ello bajo la amenaza de “pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses” si decido no presentarme.
Sin embargo, también se abre un periodo de siete días para alegar ante la junta y exponer los motivos que impiden la aceptación del cargo. Aprovechando este hecho, comunico mediante esta carta mi OBJECIÓN DE CONCIENCIA ante esta orden. Mi intención no es otra que dirigirme de persona a persona; es decir, de igual a igual a quienes lean este documento y, así, poder explicarles los motivos que me llevan a tomar tal decisión. Por supuesto, espero que los tengan en cuenta a la hora de decidir su respuesta. Repito: me dirijo de igual a igual —creo que es lo que nos dignifica a todos los seres humanos—, no como persona desprovista de poder hacia quien se lo arroga.
Hace ya muchos años que decidí no votar: mi conciencia y mis ideales me lo impiden. Podría enumerar los motivos que me llevan a obrar de este modo y la lista sería muy larga: la desviación de dinero supuestamente público a fines privados, la desigualdad social, las ingentes cantidades de euros destinados a la represión y la muerte, el rescate de los bancos en vez del de las personas, el desahucio de miles de familias, la constante pérdida de derechos laborales, la corrupción y la posterior inmunidad de los políticos que se supone que nos representan, la criminalización de la protesta social, la privatización de la sanidad y de la educación, que cada vez más personas tengan que buscar comida en los contenedores de basura, … y un largo y vergonzoso etc ... Si aun así, considerara que vivimos en un sistema digno con imperfecciones subsanables, no dudaría en participar en él y aportar mi granito de arena en mejorarlo, pero no es este el caso. La corrupción del sistema no afecta a sus accidentes, sino a su misma esencia; es decir, es intrínseca a él.
Soy una persona partidaria de la democracia directa y, por tanto, de la política que hacemos entre iguales. Y mis iguales son todos los seres humanos. Por ello, no puedo dejar de estar en desacuerdo con el actual sistema político y electoral, no puedo dejar de ver a los políticos profesionales como usurpadores de la soberanía popular y no puedo dejar de pensar que en democracia una persona no renuncia a decidir sobre los asuntos que le afectan porque deposite un voto cada cuatro años. Si a esto sumamos que muchas de las personas que forman parte del poderoso tándem estado-capital y que, por tanto, tienen poder de decisión sobre el resto, ni siquiera concurren a las elecciones, no puedo hacer otra cosa que no visitar ninguna mesa electoral, ni para votar ni para formar parte de ella.
Frente a las elecciones promovidas por el estado, propongo la autogestión y el asamblearismo, la toma de decisiones por consenso que promueve la reflexión en común y el mutuo esclarecimiento sin el que no puede existir la democracia. Solamente así podremos hacer frente al desinterés y la apatía por lo público que caracteriza a un sistema que coacciona a la gente para que forme parte de sus mesas electorales.
Por último, quisiera aclarar brevemente algunas cosas. No pretendo buscar trampas y trucos que me eximan de acatar esta orden; por supuesto, tampoco tengo la intención de causar ningún trastorno a quien decida votar. Es un simple acto de denuncia de una situación injusta y, como tal, anda por el mismo sendero que transitaron y transitarán quienes tomaron decisiones similares y quienes lo harán en el futuro. Es una simple decisión que me hace rechazar participar en aquello que asfixia algunas de las expresiones más privadas y profundas de mi humanidad: mi conciencia y mi libertad.
Con la intención de que tengan en cuenta mis consideraciones, les pido, insisto que de igual a igual, que REVOQUEN mi nombramiento como 2º vocal 1er. suplente de la mesa electoral 01001 de Umbrías.
En espera de su respuesta, reciban un cordial saludo
Bárbara Gómez Vázquez
DIRIGIDO A LA JUNTA ELECTORAL DE ZONA DE PIEDRAHITA:
Casas del Abad, 4 de Mayo de 2015
Hace unos días recibí la notificación por la que se me informa de que formo parte, como 2º vocal 1 er. suplente, de la mesa electoral 01001U situada en Umbrías. Según el documento y el manual que se le adjuntaba, debo comparecer el 24 de mayo de 2015, con motivo de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas, a las 8 de la mañana para la constitución de dicha mesa, así como permanecer en ella más de doce horas hasta que finalice el proceso electoral. Todo ello bajo la amenaza de “pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses” si decido no presentarme.
Sin embargo, también se abre un periodo de siete días para alegar ante la junta y exponer los motivos que impiden la aceptación del cargo. Aprovechando este hecho, comunico mediante esta carta mi OBJECIÓN DE CONCIENCIA ante esta orden. Mi intención no es otra que dirigirme de persona a persona; es decir, de igual a igual a quienes lean este documento y, así, poder explicarles los motivos que me llevan a tomar tal decisión. Por supuesto, espero que los tengan en cuenta a la hora de decidir su respuesta. Repito: me dirijo de igual a igual —creo que es lo que nos dignifica a todos los seres humanos—, no como persona desprovista de poder hacia quien se lo arroga.
Hace ya muchos años que decidí no votar: mi conciencia y mis ideales me lo impiden. Podría enumerar los motivos que me llevan a obrar de este modo y la lista sería muy larga: la desviación de dinero supuestamente público a fines privados, la desigualdad social, las ingentes cantidades de euros destinados a la represión y la muerte, el rescate de los bancos en vez del de las personas, el desahucio de miles de familias, la constante pérdida de derechos laborales, la corrupción y la posterior inmunidad de los políticos que se supone que nos representan, la criminalización de la protesta social, la privatización de la sanidad y de la educación, que cada vez más personas tengan que buscar comida en los contenedores de basura, … y un largo y vergonzoso etc ... Si aun así, considerara que vivimos en un sistema digno con imperfecciones subsanables, no dudaría en participar en él y aportar mi granito de arena en mejorarlo, pero no es este el caso. La corrupción del sistema no afecta a sus accidentes, sino a su misma esencia; es decir, es intrínseca a él.
Soy una persona partidaria de la democracia directa y, por tanto, de la política que hacemos entre iguales. Y mis iguales son todos los seres humanos. Por ello, no puedo dejar de estar en desacuerdo con el actual sistema político y electoral, no puedo dejar de ver a los políticos profesionales como usurpadores de la soberanía popular y no puedo dejar de pensar que en democracia una persona no renuncia a decidir sobre los asuntos que le afectan porque deposite un voto cada cuatro años. Si a esto sumamos que muchas de las personas que forman parte del poderoso tándem estado-capital y que, por tanto, tienen poder de decisión sobre el resto, ni siquiera concurren a las elecciones, no puedo hacer otra cosa que no visitar ninguna mesa electoral, ni para votar ni para formar parte de ella.
Frente a las elecciones promovidas por el estado, propongo la autogestión y el asamblearismo, la toma de decisiones por consenso que promueve la reflexión en común y el mutuo esclarecimiento sin el que no puede existir la democracia. Solamente así podremos hacer frente al desinterés y la apatía por lo público que caracteriza a un sistema que coacciona a la gente para que forme parte de sus mesas electorales.
Por último, quisiera aclarar brevemente algunas cosas. No pretendo buscar trampas y trucos que me eximan de acatar esta orden; por supuesto, tampoco tengo la intención de causar ningún trastorno a quien decida votar. Es un simple acto de denuncia de una situación injusta y, como tal, anda por el mismo sendero que transitaron y transitarán quienes tomaron decisiones similares y quienes lo harán en el futuro. Es una simple decisión que me hace rechazar participar en aquello que asfixia algunas de las expresiones más privadas y profundas de mi humanidad: mi conciencia y mi libertad.
Con la intención de que tengan en cuenta mis consideraciones, les pido, insisto que de igual a igual, que REVOQUEN mi nombramiento como 2º vocal 1er. suplente de la mesa electoral 01001 de Umbrías.
En espera de su respuesta, reciban un cordial saludo
Bárbara Gómez Vázquez