La revuelta de la "segunda generación" francesa dura ya once días. Se ha cobrado la primera víctima mortal y arrecia en violencia día a día, a pesar de las promesas de las autoridades, que se ven desbordadas e impotentes. Los disturbios empezaron el 27 de octubre en los suburbios de París cuando dos jóvenes murieron mientras huían de la policía. El suceso desencadenó una oleada de protestas callejeras que se ha extendido por todo el país.
A diferencia del “mayo del 68”, que estuvo propiciado por estudiantes utópicos y soñadores que reflejaban el papel de la juventud como motor de la transformación revolucionaria de los 60, con aquellas frases tan idílicas de “la imaginación al poder”, “debajo de los adoquines está el mar” o el maravilloso “prohibido prohibir”, la revuelta de “noviembre” está agitada por jóvenes de nacionalidad francesa, hijos de familias de emigrantes, que no se sienten integrados, con un gran fracaso escolar, en paro y sin futuro.
Se mueven por la ira, el desencanto personal y el desarraigo cultural y más pronto que tarde, aparecerá tras ellos el islamismo radical... y si no al tiempo.
Pilar Aguarón
A diferencia del “mayo del 68”, que estuvo propiciado por estudiantes utópicos y soñadores que reflejaban el papel de la juventud como motor de la transformación revolucionaria de los 60, con aquellas frases tan idílicas de “la imaginación al poder”, “debajo de los adoquines está el mar” o el maravilloso “prohibido prohibir”, la revuelta de “noviembre” está agitada por jóvenes de nacionalidad francesa, hijos de familias de emigrantes, que no se sienten integrados, con un gran fracaso escolar, en paro y sin futuro.
Se mueven por la ira, el desencanto personal y el desarraigo cultural y más pronto que tarde, aparecerá tras ellos el islamismo radical... y si no al tiempo.
Pilar Aguarón