Colaboraciones

¿NOS CONSIDERAN UNOS INSENSATOS?





“La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve”.

Louis Dumur


Desde que “el viejo profesor” Enrique Tierno Galván aireara a los cuatro vientos o puntos cardinales y reconociera abiertamente y sin ambages que las propuestas y promesas que se hacen en período (pre)electoral llevan el marchamo de su no necesario cumplimiento (que no miento) político (llegados a este punto, convendría recordar, mutatis mutandis, aquella advertencia que, in illo témpore, muchas madres responsables hacían a sus hijas núbiles, previniéndolas de algunas añagazas con las que los casanovas o donjuanes de turno solían acompañar sus declamaciones y declaraciones de amor: “prometer, prometer hasta meter; y, una vez metido, nada de lo prometido”), cada vez somos más los ciudadanos con criterio propio (ergo, críticos) que recelamos (pues estamos ahítos de estar escamados) de los señuelos que nos ponen, un día sí y otro también, en el morro, para que piquemos, los políticos, al objeto de seducirnos y de que les demos el voto.

Y es que en España, actualmente, a cuarenta días escasos de que la ciudadanía celebre otra fiesta de la democracia, el sufragio está en almoneda o subasta. La fecha del 9-M, data en la que tendrán lugar, Deo volente, los próximos comicios generales, está provocando una pugna de pujas (y empujones a base de este o parecido argumento: “a ver, quítate tú, para ponerme yo”).

Tomándonos, amén de por enésima vez el pelo, acaso también por idiotas redomados, quiero decir, teniéndonos el poco respeto de reputarnos, asimismo, unos desmemoriados empedernidos, los candidatos de los dos partidos mayoritarios, los señores Rodríguez Zapatero y Rajoy Brey, don José Luis y don Mariano, o creen que aún andamos succionando los pezones de nuestras respectivas madres o, en su defecto, chupándonos (como hace Robinho, cada vez que mete un gol) el pulgar de la diestra. Así que a pocos, a muy pocos, les extrañará que servidor considere que George Bernard Shaw dio de lleno en el blanco o centro de la diana cuando dijo o dejó escrito en letras de molde aquello de que “la democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos”.

De verdad, ¿consideran que somos insensatos? Creo, sinceramente, que los imbéciles son ellos. Me gustaría tener una opinión mejor, pero, lamentándolo mucho, ésta es la que es. Como sentenciara el autor citado en último lugar, quien recibiera el premio Nobel de literatura en 1925, con el que coincido básicamente en las maldades que tiene nuestra actual forma de gobierno, “la democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida por la elección hecha merced a una mayoría incompetente”.

Ángel Sáez García

angelsaezgarcia@yahoo.es
Miércoles, 30 de Enero 2008
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