España significa un legado histórico de 500 años de existencia construido por unos antepasados que en muchos casos tuvieron que dar su vida para que éste fuera el hogar de los españoles. Para ello se tuvo que expulsar al Islam, que llevaba 800 años ocupando estas tierras, al mayor ejercito de Europa, el de Napoleón, al que no supo hacerle frente nadie porque nuestros gobernantes estaban mas preocupados de sus cosas que de la de todos, tal y como ocurre ahora.
Ni el gobierno ni toda la casta política actual, decadente y corrupta, están legitimados para acabar con esa historia. Ni tienen una razón jurídica ni histórica, ni legal, ni legitima. Ni moral. ni ética. Un país corrupto por toda su clase política no está legitimado para acabar de raíz con ese legado histórico, menos aún, cuando se hace por el gobierno de una de las regiones mas corruptas de la Unión Europea, tal y como señalan las últimas estadísticas publicadas por la UE.
Pero menos aún cuando ese proceso ha sido tan impuesto desde la manipulación y el adoctrinamiento que solo el falseamiento de la historia es un insulto a ese legado que no se puede permitir. Un proceso bajo la imposición del miedo, de la exclusión de todo aquel que se siente español en su propia tierra y permitido, autorizado y consentido por el gobierno cobarde que ha dejado indefensos a los ciudadanos es cualquier cosa menos democrático.
Desde este blog venimos diciendo que la casta política surgida de la Constitución del 78 solo podría traer problemas, al igual que la propia Constitución. Una constitución hecha desde el miedo al conflicto, desde el complejo a ser un país fuerte y desde la exclusión del ciudadano, que no tuvo parte en la construcción del país, acabaría siendo papel mojado. Hoy, efectivamente, esa constitución que se hizo por temor al conflicto del separatismo cae por el propio separatismo.
No bastó que se denominara nacionalidades a lo que solo eran regiones, no bastó que el sistema electoral premiara y favoreciera a los partidos nacionalistas por encima del resto sobrerepresentándolos y olvidando la regla de 1 hombre = 1 voto, que los hubiera dejado como UPyD o IU a nivel nacional. No bastó que se le fueran transfiriendo competencias mas que a cualquier estado federal de EEUU, que excluyeran de la educación al español y que la historia fuera una constante carga de profundidad de odio contra España. Tampoco bastó que el Tribunal Constitucional pusiera las cosas en su sitio, tarde y acomplejadamente. Ni caso. Hasta llegar al punto de no cumplir las leyes.
Ningún enemigo a lo largo de la historia supuso peligro tan importante como nuestra propia casta política, llena de cobardes, traidores y corruptos, que han sido capaces de tergiversar y falsear la sangre que otros derramaron antes para que esto fuera el hogar común. Y lo hacen no porque busquen un fin histórico que trascienda mas allá de un sentimiento político; lo hacen para ocultar su único logro conseguido: el fracaso de su política cuyo único objetivo ha sido la corrupción y la manipulación de los ciudadanos previamente adoctrinados y convertidos en rebaño bajo sus ordenes. Han inventado un mito y el rebaño obediente se alza para conseguirlo cuando el lider corrupto da el pistoletazo de salida, lo cual demuestra que no es el deseo de un pueblo plagado de Garcías, Perez, Ortegas, Lopez etc....¿Que historia reivindican estos? La que les han contado, la misma que reivindican los negros del Maresme o los paquistanies del Raval, la de un nacionalismo que acabará siendo un totalitarismo de masas conducidas al abismo.
La voluntad popular, hoy mas que nunca, se ha de reflejar en la calle mas que en las urnas. De nada valen las mayorías silenciosas si no salen a la calle a hacer efectivo lo que piensan en casa. Hoy, el que quiere luchar por una causa lo tiene que hacer en la calle. Ya no vale quejarse, además hay que implicarse. Y si queremos que se nos escuche a todos los que queremos que este hogar llamado España siga siendo el hogar donde convivamos todos, tenemos que demostrarlo en la calle. En las urnas ya vemos como lo utilizan luego. Solo nos queda la mayor manifestación de la historia de España para mantener la unidad de la nación y echar a la casta política. No hay otra vía más que la vía española.
Carlos RH
Ni el gobierno ni toda la casta política actual, decadente y corrupta, están legitimados para acabar con esa historia. Ni tienen una razón jurídica ni histórica, ni legal, ni legitima. Ni moral. ni ética. Un país corrupto por toda su clase política no está legitimado para acabar de raíz con ese legado histórico, menos aún, cuando se hace por el gobierno de una de las regiones mas corruptas de la Unión Europea, tal y como señalan las últimas estadísticas publicadas por la UE.
Pero menos aún cuando ese proceso ha sido tan impuesto desde la manipulación y el adoctrinamiento que solo el falseamiento de la historia es un insulto a ese legado que no se puede permitir. Un proceso bajo la imposición del miedo, de la exclusión de todo aquel que se siente español en su propia tierra y permitido, autorizado y consentido por el gobierno cobarde que ha dejado indefensos a los ciudadanos es cualquier cosa menos democrático.
Desde este blog venimos diciendo que la casta política surgida de la Constitución del 78 solo podría traer problemas, al igual que la propia Constitución. Una constitución hecha desde el miedo al conflicto, desde el complejo a ser un país fuerte y desde la exclusión del ciudadano, que no tuvo parte en la construcción del país, acabaría siendo papel mojado. Hoy, efectivamente, esa constitución que se hizo por temor al conflicto del separatismo cae por el propio separatismo.
No bastó que se denominara nacionalidades a lo que solo eran regiones, no bastó que el sistema electoral premiara y favoreciera a los partidos nacionalistas por encima del resto sobrerepresentándolos y olvidando la regla de 1 hombre = 1 voto, que los hubiera dejado como UPyD o IU a nivel nacional. No bastó que se le fueran transfiriendo competencias mas que a cualquier estado federal de EEUU, que excluyeran de la educación al español y que la historia fuera una constante carga de profundidad de odio contra España. Tampoco bastó que el Tribunal Constitucional pusiera las cosas en su sitio, tarde y acomplejadamente. Ni caso. Hasta llegar al punto de no cumplir las leyes.
Ningún enemigo a lo largo de la historia supuso peligro tan importante como nuestra propia casta política, llena de cobardes, traidores y corruptos, que han sido capaces de tergiversar y falsear la sangre que otros derramaron antes para que esto fuera el hogar común. Y lo hacen no porque busquen un fin histórico que trascienda mas allá de un sentimiento político; lo hacen para ocultar su único logro conseguido: el fracaso de su política cuyo único objetivo ha sido la corrupción y la manipulación de los ciudadanos previamente adoctrinados y convertidos en rebaño bajo sus ordenes. Han inventado un mito y el rebaño obediente se alza para conseguirlo cuando el lider corrupto da el pistoletazo de salida, lo cual demuestra que no es el deseo de un pueblo plagado de Garcías, Perez, Ortegas, Lopez etc....¿Que historia reivindican estos? La que les han contado, la misma que reivindican los negros del Maresme o los paquistanies del Raval, la de un nacionalismo que acabará siendo un totalitarismo de masas conducidas al abismo.
La voluntad popular, hoy mas que nunca, se ha de reflejar en la calle mas que en las urnas. De nada valen las mayorías silenciosas si no salen a la calle a hacer efectivo lo que piensan en casa. Hoy, el que quiere luchar por una causa lo tiene que hacer en la calle. Ya no vale quejarse, además hay que implicarse. Y si queremos que se nos escuche a todos los que queremos que este hogar llamado España siga siendo el hogar donde convivamos todos, tenemos que demostrarlo en la calle. En las urnas ya vemos como lo utilizan luego. Solo nos queda la mayor manifestación de la historia de España para mantener la unidad de la nación y echar a la casta política. No hay otra vía más que la vía española.
Carlos RH