Milei y Sánchez son los modelos perfectos de dos formas opuestas de hacer política. Una busca la prosperidad y el bienestar a través de la libertad y la otra pretende conseguir el progreso de los pueblos aumentando el tamaño y el poder del Estado y sus dirigentes. Una lleva al éxito que se ve en Singapur y otras sociedades libres, mientras que el Estado poderoso y sometedor conduce a la pobreza y la esclavitud que reinan en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y otras tiranías.
Javier Milei llega en vuelo comercial a Suiza, en clase turista, les suelta su discurso anti colectivista, contrario a su agenda 2030 y acaba con un “viva la libertad carajo”. Mientras Pedro Sánchez va en el Falcón del Estado, surtido de jamón y ostras, para hacerse fotos con empresarios y decirles que el Estado debe tomar el control de las empresas. Los liberales creen que el Estado sólo debe dar facilidades a las empresas y no estorbarles en su misión de crear empleo y riqueza, pero el socialismo quiere controlarlas y someterlas.
Milei está dispuesto a demostrar al mundo que no hay otra opción que elegir entre dos modelos: la libertad y la prosperidad de Singapur y la esclavitud y la miseria corrupta de la socialista isla de Cuba, donde el pueblo vive en la miseria y los que mandan nadan en la abundancia.
Menos mal que los empresarios del IBEX, después de su reunión con Sánchez en un cubículo de Davos, parece que se resisten a los engaños y promesas falsas del archimentiroso socialista español.
Milei es la antítesis de Pedro Sánchez. El argentino cree en la libertad y el español en la esclavitud que trae consigo el socialismo. El español viaja en reactor privado de lujo y el argentino en clase turista. El español empobrece a su país cada día más, como hacen siempre los socialistas, mientras Milei está poniendo los cimientos de una Argentina que pronto será uno de los países más prósperos de América Latina. El español quiere más Estado, siempre bajo el control del partido socialista, y el argentino un Estado mínimo con predominio del ciudadano sobre los políticos. Sánchez dice que el Estado es la solución y que las empresas lo necesitan para generar riqueza. Milei cree que el Estado no es la solución sino el problema y es el que resta fuerza y eficacia a las empresas con sus impuestos abusivos, corrupción e inseguridad jurídica. Milei, por último, cree en el hombre, mientras Sánchez cree en el privilegio de los que mandan,
Lo que Milei quiere no es solo salvar a la Argentina emputecida y empobrecida por el peronismo socialista, sino provocar el renacimiento de la libertad en el mundo, como vacuna y antítesis del comunismo y de las distintas doctrinas socialistas esclavizantes.
Javier Milei ha puesto el ejemplo de Argentina para demostrar que "el socialismo es un fenómeno empobrecedor que conduce al fracaso". Dijo que Argentina, cuando en el siglo XIX optó por la la libertad, llegó a ser la primera potencia mundial, mientras que desde que llegó Juan Domingo Perón al poder y apostó por el socialismo, el país se ha hundido en la pobreza y ha llegado a ocupar el puesto 140 del planeta.
Inesperadamente, gracias al discurso provocador de Milei, Davos 2024 se ha convertido en una confrontación entre libertad y esclavitud.
Muchos demócratas piden al cielo que el mensaje de Milei prenda y consiga erradicar la plaga del socialismo, quizás la peor de la Historia, cuyos resultados son catastróficos: pobreza, violencia, hambre, atraso, injusticia, desigualdad y un bagaje siniestro de más de 100 millones de personas asesinados por gobiernos socialistas en todo el mundo sin contar los muertos causados en los campos de batalla.
Milei no se ha limitado a poner de rodillas al socialismo con argumentos sólidos y ejemplos irrefutables, sino que ha atacado también las políticas estrellas de la agenda mundial, de los poderes ocultos que dominan el escenario mundial y del socialismo: el medio ambiente, el cambio climático y el feminismo radical.
¡Viva la Libertad, carajo!
Francisco Rubiales
Javier Milei llega en vuelo comercial a Suiza, en clase turista, les suelta su discurso anti colectivista, contrario a su agenda 2030 y acaba con un “viva la libertad carajo”. Mientras Pedro Sánchez va en el Falcón del Estado, surtido de jamón y ostras, para hacerse fotos con empresarios y decirles que el Estado debe tomar el control de las empresas. Los liberales creen que el Estado sólo debe dar facilidades a las empresas y no estorbarles en su misión de crear empleo y riqueza, pero el socialismo quiere controlarlas y someterlas.
Milei está dispuesto a demostrar al mundo que no hay otra opción que elegir entre dos modelos: la libertad y la prosperidad de Singapur y la esclavitud y la miseria corrupta de la socialista isla de Cuba, donde el pueblo vive en la miseria y los que mandan nadan en la abundancia.
Menos mal que los empresarios del IBEX, después de su reunión con Sánchez en un cubículo de Davos, parece que se resisten a los engaños y promesas falsas del archimentiroso socialista español.
Milei es la antítesis de Pedro Sánchez. El argentino cree en la libertad y el español en la esclavitud que trae consigo el socialismo. El español viaja en reactor privado de lujo y el argentino en clase turista. El español empobrece a su país cada día más, como hacen siempre los socialistas, mientras Milei está poniendo los cimientos de una Argentina que pronto será uno de los países más prósperos de América Latina. El español quiere más Estado, siempre bajo el control del partido socialista, y el argentino un Estado mínimo con predominio del ciudadano sobre los políticos. Sánchez dice que el Estado es la solución y que las empresas lo necesitan para generar riqueza. Milei cree que el Estado no es la solución sino el problema y es el que resta fuerza y eficacia a las empresas con sus impuestos abusivos, corrupción e inseguridad jurídica. Milei, por último, cree en el hombre, mientras Sánchez cree en el privilegio de los que mandan,
Lo que Milei quiere no es solo salvar a la Argentina emputecida y empobrecida por el peronismo socialista, sino provocar el renacimiento de la libertad en el mundo, como vacuna y antítesis del comunismo y de las distintas doctrinas socialistas esclavizantes.
Javier Milei ha puesto el ejemplo de Argentina para demostrar que "el socialismo es un fenómeno empobrecedor que conduce al fracaso". Dijo que Argentina, cuando en el siglo XIX optó por la la libertad, llegó a ser la primera potencia mundial, mientras que desde que llegó Juan Domingo Perón al poder y apostó por el socialismo, el país se ha hundido en la pobreza y ha llegado a ocupar el puesto 140 del planeta.
Inesperadamente, gracias al discurso provocador de Milei, Davos 2024 se ha convertido en una confrontación entre libertad y esclavitud.
Muchos demócratas piden al cielo que el mensaje de Milei prenda y consiga erradicar la plaga del socialismo, quizás la peor de la Historia, cuyos resultados son catastróficos: pobreza, violencia, hambre, atraso, injusticia, desigualdad y un bagaje siniestro de más de 100 millones de personas asesinados por gobiernos socialistas en todo el mundo sin contar los muertos causados en los campos de batalla.
Milei no se ha limitado a poner de rodillas al socialismo con argumentos sólidos y ejemplos irrefutables, sino que ha atacado también las políticas estrellas de la agenda mundial, de los poderes ocultos que dominan el escenario mundial y del socialismo: el medio ambiente, el cambio climático y el feminismo radical.
¡Viva la Libertad, carajo!
Francisco Rubiales