A Miguel Blesa le salieron algunas declaraciones de la renta a devolver, a pesar de que ganó 19,7 millones de euros en concepto de retribuciones por rendimientos del trabajo en sus últimos ocho años al frente de Caja Madrid. El dato es sobrecogedor y refleja la inmensa injusticia que los políticos han creado en España, donde a la inmensa mayoría de los españoles que ganan poco mas de mil euros al mes les toca pagar en su liquidación anual a Hacienda. Esa es la hiriente injusticia española y ese es el salario y las condiciones fiscales ventajosas y privilegiadas que disfruta un saqueador en la España indecente que han gobernado y moldeado el PSOE, con Zapatero, y el PP, con Aznar y Rajoy.
A este saqueador elitista, amigo de Aznar y, al parecer, blindado ante la Justicia y tratado con mimo por Hacienda, le quiso meter en la cárcel el juez Elpidio Silva, pero el sistema injusto e indecente español funcionó y es ahora el juez el que se sienta en el banquillo, acusado por el fiscal de prevaricación.
El caso Blesa es, probablemente, el mas fiel reflejo y el mas evidente ejemplo de que la España del rey Juan Carlos, Aznar, Zapatero y Rajoy es una pocilga plagada de injusticia, indecencia y oprobio para una clase política que no merece gobernar y que ni siquiera es digna de respeto.
Los salarios del banquero siempre estuvieron, en ese periodo, por encima del millón de euros anuales y en sus últimos cuatro años al frente de la entidad superaron con mucho los tres millones de euros. Los datos laborales de Blesa señalan que 2007 fue un año clave para sus ingresos. En ese ejercicio multiplicó por dos su salario: pasando de 1,7 millones a 3,5.
Las nóminas percibidas por Blesa y sus hombres de confianza en el consejo de administración de Caja Madrid motivaron en marzo de este año una denuncia de UPyD ante la Fiscalía Anticorrupción. En aquella denuncia, la formación liderada por Rosa Díez presentó ante el fiscal una tabla de remuneraciones que señalaba que Miguel Blesa cobró, entre sueldo e indemnización, 12,44 millones de euros entre 2007 y 2010. La indemnización percibida por Blesa tras ser apartado de la Caja se cifró entonces en 2,7 millones de euros.
Blesa es, probablemente, el rey de los saqueadores, una banda de delincuentes de cuello blanco, corbatas y trajes de Armani que robó a manos llenas en las cajas de ahorro, concedió prestamos a indeseables, condonó deudas a partidos políticos y a empresarios amigos y realizó todo tipo de abusos y barbaridades, consiguiendo por fin acabar con uno de los mas valiosos tesoros de la sociedad española, acuñado durante muchas décadas: el sistema de cajas de ahorros, ideado para atender financieramente las necesidades de los más débiles y desprotegidos, una banca popular donde se atendía a las personas y se manejaba el dinero sin la típica codicia del banquero especulador.
Hasta que llegaron los políticos y sindicalistas y se sentaron en sus consejos de administración. Entonces comenzó la destrucción de las cajas y el saqueo de sus fondos, tras arrinconar a los profesionales de siempre y colocar como presidentes todopoderosos a amigos del poder, generalmente gente sin escrúpulos y sin ética entrenada para robar, saquear y maquillar cuentas, todo con la complicidad de un poder político que se beneficiaba directamente del saqueo y cometía así un error político tan sucio y canalla que el pueblo jamás lo debería olvidar o perdonar.
Los saqueadores, sus cómplices y protectores siguen mandando en España, se desplazan en sus coches blindados, educan a sus hijos en colegios extranjeros, tienen el dinero rapiñado en paraísos fiscales y siguen gozando de la protección de los grandes partidos políticos españoles, a los que seguramente regaron abundantemente con el dinero saqueado.
Esa es la España que nos ha tocado vivir, la España que permitimos que siga existiendo porque somos cobardes e incapaces de rebelarnos con la escoba de barrer inmundicias en la mano.
A este saqueador elitista, amigo de Aznar y, al parecer, blindado ante la Justicia y tratado con mimo por Hacienda, le quiso meter en la cárcel el juez Elpidio Silva, pero el sistema injusto e indecente español funcionó y es ahora el juez el que se sienta en el banquillo, acusado por el fiscal de prevaricación.
El caso Blesa es, probablemente, el mas fiel reflejo y el mas evidente ejemplo de que la España del rey Juan Carlos, Aznar, Zapatero y Rajoy es una pocilga plagada de injusticia, indecencia y oprobio para una clase política que no merece gobernar y que ni siquiera es digna de respeto.
Los salarios del banquero siempre estuvieron, en ese periodo, por encima del millón de euros anuales y en sus últimos cuatro años al frente de la entidad superaron con mucho los tres millones de euros. Los datos laborales de Blesa señalan que 2007 fue un año clave para sus ingresos. En ese ejercicio multiplicó por dos su salario: pasando de 1,7 millones a 3,5.
Las nóminas percibidas por Blesa y sus hombres de confianza en el consejo de administración de Caja Madrid motivaron en marzo de este año una denuncia de UPyD ante la Fiscalía Anticorrupción. En aquella denuncia, la formación liderada por Rosa Díez presentó ante el fiscal una tabla de remuneraciones que señalaba que Miguel Blesa cobró, entre sueldo e indemnización, 12,44 millones de euros entre 2007 y 2010. La indemnización percibida por Blesa tras ser apartado de la Caja se cifró entonces en 2,7 millones de euros.
Blesa es, probablemente, el rey de los saqueadores, una banda de delincuentes de cuello blanco, corbatas y trajes de Armani que robó a manos llenas en las cajas de ahorro, concedió prestamos a indeseables, condonó deudas a partidos políticos y a empresarios amigos y realizó todo tipo de abusos y barbaridades, consiguiendo por fin acabar con uno de los mas valiosos tesoros de la sociedad española, acuñado durante muchas décadas: el sistema de cajas de ahorros, ideado para atender financieramente las necesidades de los más débiles y desprotegidos, una banca popular donde se atendía a las personas y se manejaba el dinero sin la típica codicia del banquero especulador.
Hasta que llegaron los políticos y sindicalistas y se sentaron en sus consejos de administración. Entonces comenzó la destrucción de las cajas y el saqueo de sus fondos, tras arrinconar a los profesionales de siempre y colocar como presidentes todopoderosos a amigos del poder, generalmente gente sin escrúpulos y sin ética entrenada para robar, saquear y maquillar cuentas, todo con la complicidad de un poder político que se beneficiaba directamente del saqueo y cometía así un error político tan sucio y canalla que el pueblo jamás lo debería olvidar o perdonar.
Los saqueadores, sus cómplices y protectores siguen mandando en España, se desplazan en sus coches blindados, educan a sus hijos en colegios extranjeros, tienen el dinero rapiñado en paraísos fiscales y siguen gozando de la protección de los grandes partidos políticos españoles, a los que seguramente regaron abundantemente con el dinero saqueado.
Esa es la España que nos ha tocado vivir, la España que permitimos que siga existiendo porque somos cobardes e incapaces de rebelarnos con la escoba de barrer inmundicias en la mano.