Información y Opinión

Matar a los ancianos



La clase dirigente del mundo se ha hecho perversa y malvada, hasta el punto de considerar como posible el exterminio de los ancianos porque constituyen un gran peso para la economía.

Sin humanidad y llenos de soberbia y maldad, algunos dirigentes olvidan que los actuales ancianos han construido con su esfuerzo el mundo presente y que sus pensiones son un derecho inalienable, pagado con su trabajo y dinero.

El asesinato de los que son viejos no es más que otro síntoma del deterioro del liderazgo mundial y de la degeneración de la clase política.

Las manifestaciones de esa degeneración son muchas: amenazas de holocausto nuclear, utilización de los civiles como rehenes, guerras caprichosas y llenas de sadismo, asesinatos en masa de ciudadanos, mentiras esparcidas desde el poder, confusión generalizada, exterminio de la verdad, acoso a los disidentes, vacunas masivas bajo sospecha, tiranía que se extiende por todo el planeta, países maltratados por sus dirigentes y un larguísimo etcétera que refleja el profundo deterioro de la Humanidad, probablemente consecuencia del fin de una época o de la llegada del fin de los tiempos.
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En el pasado, los ancianos eran respetados y cuidados en los hogares; hoy estorban, son depositados en asilos y muchos políticos piensan en la conveniencia de exterminarlos
En el pasado, los mejores eran coronados como reyes y si se convertían en tiranos eran ejecutados por sus pueblos, pero ahora son los peores los que gobiernan y los tiranos son los que asesinan a sus ciudadanos. Las leyes las cumplían todos, pero ahora sólo las tienen que cumplir los ciudadanos porque los poderosos suelen gozar de impunidad. Los impuestos actuales son los más elevados de la historia, En países como España, el ciudadano debe trabajar más de la mitad del año para pagar al Estado y sólo unos meses para mantener a sus familia. La verdad ha presidido la Historia como un faro indeleble y deslumbrante, pero ahora es la mentira la que se ha adueñado de la Tierra. El poder estaba obligado a ser ejemplar, pero hoy el poder suele ser todo lo contrario, motivo de escándalo, impregnado de corrupción, abuso, mentira y bajeza. La Libertad, que ha sido el gran distintivo de la raza humana, está en retirada, acosada por los políticos y los multimillonarios en las sombras. En algunos países deteriorados, como Cuba, Irán, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Corea del Norte y otros, la vida de los ciudadanos depende del capricho de los que mandan y la vida diaria es un suplicio.

En otros muchos países, entre ellos España, las libertades y derechos retroceden, víctimas de gobiernos que anteponen su propio interés al bien común y que lo supeditan todo a la permanencia en el poder.

El Estado, creado para imponer justicia, orden y la vigencia de los valores, libertades y derechos, se ha convertido en un monstruo incontrolable en manos de partidos políticos que también han traicionado sus raíces y que hoy son asociaciones de mediocres para disfrutar del poder y la riqueza.

La economía esta basada en la confianza en los estados y la moneda carece ya de respaldo alguno, después de que se abandonara el patrón oro, pero los estados cada día son menos confiables y la economía, aplastada por deudas tan enormes que nunca podrán pagarse, se tambalea y pende de un hilo.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha fracasado y hoy está dominada por los anglosajones, que ya meditan como despojar a Rusia y a China de su derecho de veto.

En este contexto de perversión, degeneración y miseria moral, el asesinato masivo de los ancianos no es sólo un pensamiento macabro sino una realidad posible, hasta el punto de que muchos creen que el holocausto de los ancianos y los débiles ya ha comenzado con las vacunas anti COVID, fabricadas con una tecnología de ARN mensajero que nunca había sido probada y con ingredientes nuevos amenazantes.

La desconfianza y la sospecha se han apoderado de un mundo despojado de la verdad, de la información fiable y de respeto a sus dirigentes. El mundo tiene todos los síntomas del desastre.

El mundo no puede seguir sospechando y contemplando al poder político como el enemigo y necesita con urgencia un reseteo, pero no el que proyectan los defensores del Nuevo Orden Mundial (NOM), interesados en imponer un sistema totalitario en todo el planeta, sino un reseteo moral que erradique a los canallas instalados en el corazón de los estados, que imponga ética y decencia en el liderazgo y que garantice al ser humano su derechos a vivir en paz y armonía en este nuestro planeta.

Francisco Rubiales

Nota: visionen el video que ilustra este artículo y descubran con horror las amenazas que acosan a los ancianos del mundo.

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Viernes, 28 de Octubre 2022
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