imagen cedida por www.lakodorniz.com
Estuve en Marbella hace unos días y tuve acceso a fuentes informativas de gran valor. Me dijeron que la "alianza" entre los millonarios implicados en la "Operación Malaya" y el candidato socialista a la alcaldía, Paulino Plata, se había derrumbado y que el candidato apoyado ahora por "los malayos" es Arturo Moya.
Desde que estalló la operación Malaya, los muchos millonarios corruptos implicados por sus relaciones con el todavía más corrupto Ayuntamiento de Marbella, buscan un "pacto" con alguno de los candidatos a alcalde, bajo el argumento de que todo debe volver a la normalidad y que debe ponerse sordina y punto final al escándalo, según ellos "para bien de la ciudad, de la economía y hasta de Andalucía".
Al principio mantuvieron contactos con Paulino Plata, candidato socialista, y todo parecía ir bien hasta que Plata recibió instrucciones muy precisas de su partido, advirtiéndole que no pactara porque el escándalo no sólo no iba a detenerse sino que iba a ser utilizado como escarmiento.
Entonces, según declaran mis fuentes, "los malayos" volvieron los ojos hacia Arturo Moya, un antiguo político de UCD reciclado como empresario, socio de Manuel Prado y Colón de Carvajal en un tiempo, presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla y, en su última etapa, ocupante del despacho contiguo al del famoso Roca, el gran malayo.
Moya, que regresó a la política como candidato del Andalucismo a la presidencia de la Junta, cosechando una derrota memorable en 1994, pretende ahora ser la "bisagra" que nombre alcalde en Marbella, ante el previsible empate entre el Partido Popular y el PSOE.
Desde que estalló la operación Malaya, los muchos millonarios corruptos implicados por sus relaciones con el todavía más corrupto Ayuntamiento de Marbella, buscan un "pacto" con alguno de los candidatos a alcalde, bajo el argumento de que todo debe volver a la normalidad y que debe ponerse sordina y punto final al escándalo, según ellos "para bien de la ciudad, de la economía y hasta de Andalucía".
Al principio mantuvieron contactos con Paulino Plata, candidato socialista, y todo parecía ir bien hasta que Plata recibió instrucciones muy precisas de su partido, advirtiéndole que no pactara porque el escándalo no sólo no iba a detenerse sino que iba a ser utilizado como escarmiento.
Entonces, según declaran mis fuentes, "los malayos" volvieron los ojos hacia Arturo Moya, un antiguo político de UCD reciclado como empresario, socio de Manuel Prado y Colón de Carvajal en un tiempo, presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla y, en su última etapa, ocupante del despacho contiguo al del famoso Roca, el gran malayo.
Moya, que regresó a la política como candidato del Andalucismo a la presidencia de la Junta, cosechando una derrota memorable en 1994, pretende ahora ser la "bisagra" que nombre alcalde en Marbella, ante el previsible empate entre el Partido Popular y el PSOE.