A pesar de los obstáculos oficiales, bajo miles de banderas españolas desplegadas, con el poder político andaluz ausente y en un ambiente civilizado y festivo, pero de rotunda oposición al gobierno, la manifestación convocada hoy por la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Sevilla ha constituido un éxito, tras convocar a un número de asistentes muy cercano a los 200.000.
Desde la tribuna de oradores, Teresa, la hermana de Alberto Jiménez Becerril, el concejal del Partido Popular que fue asesinado por ETA, en Sevilla, junto con su esposa Ascen, destacó hoy ante los cais doscientos mil manifestantes concentrados en el Paseo de las Delicias de Sevilla, la ausencia del presidente de la Junta de Andalucía y del alcalde de Sevilla, ausencia que, según dijo, ve lógica porque, con su política, están traicionando a las víctimas españolas del terrorismo de ETA.
La palabra "traidor", casi siempre lanzada contra el presidente Zapatero, fue la más pronunciada, junto con "miserable" y "cobarde".
Bajo un sol de justicia, mucha gente se saludaba afirmando "no estamos solos. Mira cuanta gente piensa como nosotros".
La manifestación se celebró en paz y sin incidentes, pero con una escandalosa ausencia de las instituciones públicas. Ni siquiera estuvo presente el alcalde de la ciudad, que preside la fundación Alberto Jiménez Becerril, entre cuyos objetivos figuran la defensa de las víctimas y luchar contra el terrorismo.
Cada vez que el helicóptero de la policía sobrevolaba la manifestación, la gente alzaba la mirada y increpaba a las fuerzas de seguridad, toda una elocuente manifestación de los sentimientos que dominan hoy a la sociedad española, muy dividida entre los que viven del gobierno y son partidarios de su política y los que lo rechazan de manera drástica.
Hemos oído cómo muchas de los presentes se quejaban de la "politización" de la manifestación y uno de los participantes dijo a nuestro lado que si no hubieran estado Arenas, Acebes y otros "peperos" al frente de la manifestación "habrían venidos cien mil más".
En resumen, un éxito, pero una preocupante muestra de la rotunda división que embarga hoy a la sociedad española, división que está siendo frívolamente alimentada desde unos partidos políticos que cada dia demuestran más que son los mayores obstáculos para la democracia.
Desde la tribuna de oradores, Teresa, la hermana de Alberto Jiménez Becerril, el concejal del Partido Popular que fue asesinado por ETA, en Sevilla, junto con su esposa Ascen, destacó hoy ante los cais doscientos mil manifestantes concentrados en el Paseo de las Delicias de Sevilla, la ausencia del presidente de la Junta de Andalucía y del alcalde de Sevilla, ausencia que, según dijo, ve lógica porque, con su política, están traicionando a las víctimas españolas del terrorismo de ETA.
La palabra "traidor", casi siempre lanzada contra el presidente Zapatero, fue la más pronunciada, junto con "miserable" y "cobarde".
Bajo un sol de justicia, mucha gente se saludaba afirmando "no estamos solos. Mira cuanta gente piensa como nosotros".
La manifestación se celebró en paz y sin incidentes, pero con una escandalosa ausencia de las instituciones públicas. Ni siquiera estuvo presente el alcalde de la ciudad, que preside la fundación Alberto Jiménez Becerril, entre cuyos objetivos figuran la defensa de las víctimas y luchar contra el terrorismo.
Cada vez que el helicóptero de la policía sobrevolaba la manifestación, la gente alzaba la mirada y increpaba a las fuerzas de seguridad, toda una elocuente manifestación de los sentimientos que dominan hoy a la sociedad española, muy dividida entre los que viven del gobierno y son partidarios de su política y los que lo rechazan de manera drástica.
Hemos oído cómo muchas de los presentes se quejaban de la "politización" de la manifestación y uno de los participantes dijo a nuestro lado que si no hubieran estado Arenas, Acebes y otros "peperos" al frente de la manifestación "habrían venidos cien mil más".
En resumen, un éxito, pero una preocupante muestra de la rotunda división que embarga hoy a la sociedad española, división que está siendo frívolamente alimentada desde unos partidos políticos que cada dia demuestran más que son los mayores obstáculos para la democracia.