La OPA de Gas Natural a ENDESA ha generado un enorme malestar en las cajas de ahorros españolas, cuya personalidad jurídica está siendo cuestionada en numerosos altos foros del país, después de que se hayan producido protestas por la posición de ventaja frente al resto del sistema financiero y mercantil español que tienen las cajas a la hora de operar en los mercados.
De hecho, una caja de ahorros puede opar, a través de sus empresas, mientras que no puede ser opada, lo que representa un poderoso blindaje para operar con ventaja en los mercados.
Otro elemento que se está cuestionando es si unas entidades como las cajas, con rasgos públicos, con una figura jurídica similar a la de una Fundación y sin ánimo de lucro pueden actuar en el mercado, aunque sea a través de sus empresas participadas, con criterios de acumulación de capital y de lucro puro y desarrollar operaciones que sí tienen como objetivo el beneficio o el dominio de la oferta.
Otro motivo de alarma que se está reflejando en el seno de las cajas es el miedo que tienen los equipos profesionales que dirigen esas cajas instituciones a que los políticos, siempre ávidos de incrementar su poder, sigan el ejemplo abierto por el Estatuto catalán e incrementen su dominio y control sobre las cajas y sus equipos directivos profesionales.
Las recientes declaraciones de Jaime Caruana, Gobernador del Banco de España, en el sentido de que "es conveniente un acuerdo político amplio para cambiar el modelo de las cajas de ahorro" responden, precisamente a la necesidad de preservar esas instituciones de la voracidad de los partidos políticos.
José María Fidalgo, secretario general de Comisiones Obreras, acaba de advertir a los poderes públicos que "no deben soñar con bancos oficiales", tras expresar que "sería un retroceso tremendo para las sociedades abiertas que la política quiera capturar a la sociedad civil", una advertencia que podría llegar tarde ya que en España la sociedad civil está casi en estado de coma como consecuencia del poder excesivo del sector público y, sobre todo, de los partidos políticos.
Existen muchas dudas jurídicas sobre el actual modelo que rige la vida de las cajas, demasiado polítizado, por una parte, y demasiado permisivo y ventajoso, según otros. Todo un debate sobre el futuro de las cajas se está abriendo camino por causa de la OPA a ENDESA, sustentado por la principal caja del país, la catalana La Caixa.
De hecho, una caja de ahorros puede opar, a través de sus empresas, mientras que no puede ser opada, lo que representa un poderoso blindaje para operar con ventaja en los mercados.
Otro elemento que se está cuestionando es si unas entidades como las cajas, con rasgos públicos, con una figura jurídica similar a la de una Fundación y sin ánimo de lucro pueden actuar en el mercado, aunque sea a través de sus empresas participadas, con criterios de acumulación de capital y de lucro puro y desarrollar operaciones que sí tienen como objetivo el beneficio o el dominio de la oferta.
Otro motivo de alarma que se está reflejando en el seno de las cajas es el miedo que tienen los equipos profesionales que dirigen esas cajas instituciones a que los políticos, siempre ávidos de incrementar su poder, sigan el ejemplo abierto por el Estatuto catalán e incrementen su dominio y control sobre las cajas y sus equipos directivos profesionales.
Las recientes declaraciones de Jaime Caruana, Gobernador del Banco de España, en el sentido de que "es conveniente un acuerdo político amplio para cambiar el modelo de las cajas de ahorro" responden, precisamente a la necesidad de preservar esas instituciones de la voracidad de los partidos políticos.
José María Fidalgo, secretario general de Comisiones Obreras, acaba de advertir a los poderes públicos que "no deben soñar con bancos oficiales", tras expresar que "sería un retroceso tremendo para las sociedades abiertas que la política quiera capturar a la sociedad civil", una advertencia que podría llegar tarde ya que en España la sociedad civil está casi en estado de coma como consecuencia del poder excesivo del sector público y, sobre todo, de los partidos políticos.
Existen muchas dudas jurídicas sobre el actual modelo que rige la vida de las cajas, demasiado polítizado, por una parte, y demasiado permisivo y ventajoso, según otros. Todo un debate sobre el futuro de las cajas se está abriendo camino por causa de la OPA a ENDESA, sustentado por la principal caja del país, la catalana La Caixa.