Los resultados de Francia, donde Macron será presidente por cinco años mas, tras haber obtenido el 58% de votos, frente al 41% de la ultraderechista, con una abstención del 28.8%, la mayor en 50 años, anticipan un mundo nuevo que está llamando ya a las puertas.
"Se que muchos franceses me han votado para bloquear el avance de la extrema derecha y eso es una obligación para mi", ha dicho Macrón, que ha realizado una lectura correcta de la nueva realidad francesa al prometer "una nueva era" en la política que sea capaz de transformarse en alternativa al imparable avance del descontento y le regeneración que trae consigo la nueva derecha de Le Pen.
La nueva "Revolución Francesa" se ha llevado por delante a los viejos partidos y ha configurado una Francia sin medias tintas ni partidos de centro, donde sólo compiten la fuerza ascendente de la nueva derecha y los que resisten, apiñados en torno a la figura de un Macron salvador de lo que queda de la vieja república.
Si extrapolamos a España lo ocurrido en Francia, como es previsible que ocurra, el PSOE y el PP desaparecerán, el comunismo se estancará o retrocederá y la extrema derecha avanzará hacia el triunfo, salvo que surja en España un personaje tan atractivo como Macrón, capaz de aglutinar a las viejas fuerzas en declive.
La nueva realidad quedará plasmada dentro de dos meses, cuando Francia elija a sus legisladores y a su nuevo parlamento. Entonces se verá toda la fuerza de la nueva derecha y la consistencia de la resistencia de Macrón, que corre el riesgo de tener que gobernar con un parlamento hostil, lo que mermaría enormemente su poder.
El mundo cambia y en Francia cambia más velozmente que en el resto del mundo.
Los demás fantoches de la política actual, esos que viven de los privilegios y que no resuelven nada, tienen una última oportunidad para detener el desastre que les amenaza. O cambian radicalmente, o perecerán. Y para cambiar tienen que imitar a lo que ellos llaman "extrema derecha", es decir, ser más decentes, mas patriotas, menos corruptos, mas eficaces, mas austeros, mas justos y menos sinvergüenzas, recuperando los viejos valores y garantizando paz, progreso y justicia, justo lo contrario de lo que hasta ahora han hecho al gobernar como miserables.
Francisco Rubiales
"Se que muchos franceses me han votado para bloquear el avance de la extrema derecha y eso es una obligación para mi", ha dicho Macrón, que ha realizado una lectura correcta de la nueva realidad francesa al prometer "una nueva era" en la política que sea capaz de transformarse en alternativa al imparable avance del descontento y le regeneración que trae consigo la nueva derecha de Le Pen.
La nueva "Revolución Francesa" se ha llevado por delante a los viejos partidos y ha configurado una Francia sin medias tintas ni partidos de centro, donde sólo compiten la fuerza ascendente de la nueva derecha y los que resisten, apiñados en torno a la figura de un Macron salvador de lo que queda de la vieja república.
Si extrapolamos a España lo ocurrido en Francia, como es previsible que ocurra, el PSOE y el PP desaparecerán, el comunismo se estancará o retrocederá y la extrema derecha avanzará hacia el triunfo, salvo que surja en España un personaje tan atractivo como Macrón, capaz de aglutinar a las viejas fuerzas en declive.
La nueva realidad quedará plasmada dentro de dos meses, cuando Francia elija a sus legisladores y a su nuevo parlamento. Entonces se verá toda la fuerza de la nueva derecha y la consistencia de la resistencia de Macrón, que corre el riesgo de tener que gobernar con un parlamento hostil, lo que mermaría enormemente su poder.
El mundo cambia y en Francia cambia más velozmente que en el resto del mundo.
Los demás fantoches de la política actual, esos que viven de los privilegios y que no resuelven nada, tienen una última oportunidad para detener el desastre que les amenaza. O cambian radicalmente, o perecerán. Y para cambiar tienen que imitar a lo que ellos llaman "extrema derecha", es decir, ser más decentes, mas patriotas, menos corruptos, mas eficaces, mas austeros, mas justos y menos sinvergüenzas, recuperando los viejos valores y garantizando paz, progreso y justicia, justo lo contrario de lo que hasta ahora han hecho al gobernar como miserables.
Francisco Rubiales