Colaboraciones

MUTISMO SOCIALISTA





A mi dilecto hermano Eusebio, que mañana cumple años.

Yo no sé a usted, amable, atento, dilecto y selecto lector, pero al menda lerenda, hechas las salvedades oportunas y asiduas, las lógicas y consabidas excepciones, le llama sobremanera la atención, quiero decir que le resulta distintivo, relevante y sintomático, el metafórico manto de mutismo que ha caído sobre la familia o el grupo socialista con respecto al debate, celebrado en el Congreso de los Diputados, en el que fue admitida a trámite la propuesta de reforma del Estatut de Catalunya, aprobada en el Parlament por una mayoría aplastante, o sea, a propósito de lo que vivieron el pasado miércoles en la Carrera de San Jerónimo, donde, excepto por un solo argumento, repito, por un único argumento, sobre el que hoy perora, precisamente, en su columna de EL PAÍS Javier Pérez Royo, uno la (me refiero a la carrera) ganó (y me temo que lo hizo quien rajó y razonó mejor que los demás) y el resto la perdieron.

Al parecer, aquella advertencia, moneda o prevención que ideara, acuñara y pusiera en circulación el otrora vicepresidente del Gobierno de España, Alfonso Guerra, “el que se mueva no sale en la foto”, sigue vigente y haciendo furor entre las huestes socialistas. Porque que el chitón se ha impuesto no lo pone en duda nadie y que el discurso, dejémoslo en deslavazado, del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, defraudó a muchos de sus conmilitones, tampoco.

En voz baja y (acaso con algunas dosis de bajeza moral también) cuando se sienten (aunque no estén sentados) que están a cubierto, seguros, alejados de las chivatas cámaras y los delatores micrófonos, a algunos de los correligionarios del rey del talante se les suelta la lengua, mui o sin hueso y dicen sapos y culebras del experto político inexperto.


Ángel Sáez García

Franky  
Domingo, 6 de Noviembre 2005
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