Información y Opinión

Los tributos pesan más que las ideas en la nueva política



El novato Pedro Sánchez, con una frivolidad temeraria que refleja su inmadurez, se dispone a esquilmar a los españoles, ayudado por su bien escogida ministra de Hacienda, María Jesús Montero, bien entrenada ya en freír a a los andaluces con todo tipo de impuestos y tasas. Pero ambos ignoran que los tributos, en la nueva política, son más importantes que las ideas y tienen fuerza más que suficiente para arruinar y destrozar a partidos y a políticos.
—-



Las ideas y las promesas son volátiles, se olvidan y se las lleva el viento, pero los impuestos son reales, salen del bolsillo de cada ciudadano y hay que pagarlos, siempre con dolor y muchas veces con rabia. La política de impuestos es ya el gran rasgo que distingue a la derecha y a la izquierda. La derecha los baja y la izquierda los sube. La justificación para subirlos es que el gobierno debe redistribuir la riqueza, pero la verdad es que el poder quita el dinero a los que saben multiplicarlo y crear empleo y riqueza para entregarlo a los que sólo saben fundirlo o para disfrutar ellos mismos de sus lujos y privilegios.

Ese cobro de impuestos construye en el presente uno de los núcleos reales de la política. Los ciudadanos se han hecho exigentes, se indignan fácilmente cuando se sienten tratados de manera injusta y experimentan un profundo deseo de venganza contra los que le esquilman cada vez que tienen la oportunidad de depositar un voto en las urnas.

Con su innecesaria, frívola e injusta subida de Impuestos, Pedro Sánchez y su corte de enemigos de España van a abrir la caja de Pandora y van a desatar todos los demonios del rechazo y el odio, sobre todo cuando el pueblo esquilmado siente que le están mintiendo y que los dineros que les arrebata el gobierno no sirven para mejorar los servicios y prestaciones del Estado a la ciudadanía, sino para financiar el despilfarro, la enorme marea de los enchufados y parásitos y los compromisos adquiridos por Pedo Sánchez con las fuerzas desleales a España que apoyan su presidencia.

Alguien debería advertir a Pedro Sánchez que cobrar impuestos desproporcionados cuando el pueblo desconfía de la clase política por sus corrupciones y abusos es un suicidio. Deberían decirle también que el pueblo está sobreexplotado y que las clases medias, el gran logro de la España moderna, están aplastadas. Ojalá entendiera también que la austeridad no es una opción para España, sino un deber, pues no hay en Europa país más despilfarrador y endeudado por culpa del tamaño excesivo de su Estado, atiborrado de parásitos con carné de partidos y de amiguetes enchufados a cargo del erario público.

Pero estos políticos, bisoños egolatras y sedientos de ambición y poder, no quieren admitirlo y se sienten blindados e invulnerables rodeados por sus poderosos ejércitos de jueces amigos, periodistas que se comportan como perros y policías que solo saben golpear al que se alza, aunque los rebeldes caminen por las calles cargados de dignidad y razón.

Si el nuevo líder de la derecha, Pablo Casado, fuera inteligente, plantearía su ataque frontal contra el PSOE y toda la izquierda española en el terreno de los impuestos, bajándolos y adelgazando un Estado que es despreciado en toda Europa por su abusivo tamaño y por la enorme cantidad de dinero que exige para su mantenimiento.

Francisco Rubiales

- -
Lunes, 23 de Julio 2018
Artículo leído 1711 veces

También en esta sección: