Friedrich Nietzsche decía con razón que el mundo siempre ha estado gobernado por fracasados, reflejando de ese modo la labor de encumbrar a los mediocre que realizan los partidos políticos con una eficacia letal. Si en lugar de haber colocado a fracasados y mediocres al frente de los gobiernos, las instituciones y las responsabilidades públicas el mundo hubiera podido contar con el liderazgo de los mejores, la actual pocilga no existiría y el mundo se parecería mucho al paraíso.
Por desgracia y por causa de nuestra cobardía, tenemos a ministros, directores generales, presidentes, alcaldes, diputados, concejales y miles de miembros de partidos políticos con responsabilidades y poderes que no saben desempeñar y que por culpa de esa fábrica de mediocres y corruptos que son los partidos políticos conducen a la humanidad hacia el atraso, la pobreza, la injusticia y la tristeza.
Al llenar el mundo de mediocres sin valores ni grandeza, los partidos políticos están depravando y destruyendo el mundo. Todos conocemos a políticos que, sin el apoyo de sus partidos, no habrían pasado de ser vulgares funcionarios, gente inadaptada, resentidos, eternos fracasados y personas insignificantes en la sociedad civil, sin capacidad de destacar en nada.
Tipos como Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez no han demostrado altura suficiente, ni valores, ni méritos para ocupar la presidencia del gobierno de España, una nación que se ha precipitado en la peor decadencia por culpa de la manada de miserables, corruptos y mediocres que la han dirigido.
Algunos, sin la menor piedad. definen a los partidos como "Estamentos mafiosos en los que se medra lamiendo el culo adecuado para poder participar en el reparto del botín". La definición es dura, pero casi siempre ajustada a la realidad.
A los partidos, por ser la pieza clave del poder en el planeta, hay que responsabilizarlos de las guerras, las masacres, la pobreza, el hambre, el sufrimiento, la desigualdad y de la casi totalidad de desgracias y calamidades que azotan a los seres humanos.
Quien no lo crea que mire hoy a Ucrania y descubrirá que el desastre de sufrimiento y muerte que allí se despliega es obra de políticos y de sus miserables y canallas partidos políticos.
Francisco Rubiales Moreno
Por desgracia y por causa de nuestra cobardía, tenemos a ministros, directores generales, presidentes, alcaldes, diputados, concejales y miles de miembros de partidos políticos con responsabilidades y poderes que no saben desempeñar y que por culpa de esa fábrica de mediocres y corruptos que son los partidos políticos conducen a la humanidad hacia el atraso, la pobreza, la injusticia y la tristeza.
Al llenar el mundo de mediocres sin valores ni grandeza, los partidos políticos están depravando y destruyendo el mundo. Todos conocemos a políticos que, sin el apoyo de sus partidos, no habrían pasado de ser vulgares funcionarios, gente inadaptada, resentidos, eternos fracasados y personas insignificantes en la sociedad civil, sin capacidad de destacar en nada.
Tipos como Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez no han demostrado altura suficiente, ni valores, ni méritos para ocupar la presidencia del gobierno de España, una nación que se ha precipitado en la peor decadencia por culpa de la manada de miserables, corruptos y mediocres que la han dirigido.
Algunos, sin la menor piedad. definen a los partidos como "Estamentos mafiosos en los que se medra lamiendo el culo adecuado para poder participar en el reparto del botín". La definición es dura, pero casi siempre ajustada a la realidad.
A los partidos, por ser la pieza clave del poder en el planeta, hay que responsabilizarlos de las guerras, las masacres, la pobreza, el hambre, el sufrimiento, la desigualdad y de la casi totalidad de desgracias y calamidades que azotan a los seres humanos.
Quien no lo crea que mire hoy a Ucrania y descubrirá que el desastre de sufrimiento y muerte que allí se despliega es obra de políticos y de sus miserables y canallas partidos políticos.
Francisco Rubiales Moreno