Los actuales partidos políticos, degradados y alejados de una ciudadanía que los culpa, cada día con mas claridad, de la ruina y de los grandes problemas de España, están conduciendo al país también hacia el totalitarismo. Muchos de los jóvenes que integran las nuevas generaciones de españoles, decepcionados con el actual sistema político español, creador de desempleo y plagado de corrupción, injusticia y abuso de poder, ven con buenos ojos y hasta admiran totalitarismos indecentes, injustos y crueles como los vigentes en Cuba y Venezuela o las doctrinas y propuestas de nazis y comunistas.
Una prueba de la degradación de las nuevas generaciones de españoles y de su peligroso alejamiento de conceptos como libertad y democracia es la opinión de Beatriz Talegón, secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas, que ha afirmado en Twitter que "Cuba no es una dictadura". Posteriormente, asustada ante la avalancha de críticas recibidas por esa afirmación, sorprendente en una dirigente de un socialismo que, al menos en teoría, cree en la democracia, ha eliminado el tweet en el que aparecían esas palabras.
Otra prueba del drama que se nos avecina con millones de jóvenes que, decepcionados de la actual corrupción y abuso de poder en España, se echan en brazos del totalitarismo, son las denuncias contenidas en el libro “Pisando charcos”, del político Percival Manglano, en el que se estremece ante el deslizamiento de los jóvenes hacia el totalitarismo y propone, como remedio ineludible, una regeneración profunda de la degradada y antidemocrática política española.
Las propuestas de Manglano son casi idénticas a las que vine proponiendo este blog "Voto en Blanco" desde 2004, todas ellas orientadas a sustituir la actual dictadura de partidos vigente en España por una democracia auténtica, con listas abiertas, leyes iguales para todos, partidos con poderes controlados, protagonismo de los ciudadanos, poderes básicos del Estado independientes y separados, una sociedad civil fuerte y capaz de servir de contrapeso al poder, castigo para los corruptos y canallas que saquean el Estado y un largo etcétera de reformas profundas que representarían un giro de 180 grados en la actual política española, plagada de corrupción, delito, injusticia y abuso de poder.
Los actuales partidos políticos, sobre todo aquellos que tienen representación parlamentaria fuerte (PP, PSOE, IU y los nacionalistas vasco y catalán) constituyen para España un auténtico cáncer que ya ha conducido a la nación hasta la ruina y el fracaso presente y que amenazan también, en un futuro próximo, con acabar con la fe en la democracia para recibir con los brazos abiertos a cualquier totalitarismo que prometa arrasar con el actual sistema injusto y podrido y acabar con los políticos delincuentes que han destrozado la nación y saqueado el Estado y las finanzas.
Una prueba de la degradación de las nuevas generaciones de españoles y de su peligroso alejamiento de conceptos como libertad y democracia es la opinión de Beatriz Talegón, secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas, que ha afirmado en Twitter que "Cuba no es una dictadura". Posteriormente, asustada ante la avalancha de críticas recibidas por esa afirmación, sorprendente en una dirigente de un socialismo que, al menos en teoría, cree en la democracia, ha eliminado el tweet en el que aparecían esas palabras.
Otra prueba del drama que se nos avecina con millones de jóvenes que, decepcionados de la actual corrupción y abuso de poder en España, se echan en brazos del totalitarismo, son las denuncias contenidas en el libro “Pisando charcos”, del político Percival Manglano, en el que se estremece ante el deslizamiento de los jóvenes hacia el totalitarismo y propone, como remedio ineludible, una regeneración profunda de la degradada y antidemocrática política española.
Las propuestas de Manglano son casi idénticas a las que vine proponiendo este blog "Voto en Blanco" desde 2004, todas ellas orientadas a sustituir la actual dictadura de partidos vigente en España por una democracia auténtica, con listas abiertas, leyes iguales para todos, partidos con poderes controlados, protagonismo de los ciudadanos, poderes básicos del Estado independientes y separados, una sociedad civil fuerte y capaz de servir de contrapeso al poder, castigo para los corruptos y canallas que saquean el Estado y un largo etcétera de reformas profundas que representarían un giro de 180 grados en la actual política española, plagada de corrupción, delito, injusticia y abuso de poder.
Los actuales partidos políticos, sobre todo aquellos que tienen representación parlamentaria fuerte (PP, PSOE, IU y los nacionalistas vasco y catalán) constituyen para España un auténtico cáncer que ya ha conducido a la nación hasta la ruina y el fracaso presente y que amenazan también, en un futuro próximo, con acabar con la fe en la democracia para recibir con los brazos abiertos a cualquier totalitarismo que prometa arrasar con el actual sistema injusto y podrido y acabar con los políticos delincuentes que han destrozado la nación y saqueado el Estado y las finanzas.