A Pedro Sánchez la Junta Electoral Central le ha fastidiado la fiesta. Quería un debate a cinco, con VOX presente, para dividir a España todavía más en dos bandos: el de los malos, integrado por una derecha pilotada por VOX, y el de los buenos, el de una izquierda encabezada por él mismo.
Parecen obsesionados con reproducir toda la vileza y el peligro de aquella España que se lio a tiros. Para conseguirlo y alimentar el odio y la división, que son sus alimentos estratégicos para ganar las próximas elecciones, los radicalizados de la izquierda necesitaban a la “extrema derecha” en las pantallas, al lado del PP y Ciudadanos, para esgrimir el fantasma maldito de las dos Españas.
Cada día es más evidente que Sánchez es un tipo peligroso que es capaz de cualquier insensatez con tal de ganar votos y gobernar. Parece hecho de la misma pasta que aquellos socialistas que empujaron a España hasta la guerra civil.
Odian y no perdonan al general que los derrotó y mandó al exilio. Por eso lo quieren sacar de su tumba y por eso sacaron la Ley de memoria histórica, para tomarse la revancha y dividir a España en dos bandos irreconciliables.
Hasta no hace mucho estaban ganando su particular guerra para que retorne el pasado republicano, pero ahora lo tienen más difícil porque hay partidos que encabezan la resistencia, integrada por millones de ciudadanos que han descubierto su juego y lo están combatiendo con eficacia, a los que llaman fachas y odian con indescriptible saña.
Cada día son más los españoles que descubren las verdades que ellos ocultan: que los llamados “fachas” son casi siempre disidentes y resistentes, muchas veces auténticos demócratas, que la unidad nacional y el Imperio de la ley tienen que ser defendidos en democracia, que los que apalean y quitan la vida a los que llevan tirantes con la bandera de España son asesinos sin redención y que en España, un país modelado por el socialismo, es donde hay más problemas, corrupción, enchufes y clientelismo, paro, fracaso escolar, peor nivel educativo, etc.
Un claro ejemplo del mundo que ellos han creado es Andalucía, donde han gobernado 40 años y donde el desempleo, el atraso, el clientelismo y el poder político más denso e intervencionista de Europa ha generado toneladas de corrupción, atraso y miseria.
Es cierto que la derecha que hasta ahora ha gobernado, representada por el PP, se les parecía mucho en corrupciones y abusos de poder, pero aquella era una derecha acomplejada e infectada de socialdemocracia.
Veremos sí del 28 de abril surgen las dos Españas enfrentadas, como quieren Sánchez y sus amigos independentista y podemitas, o el inicio de la regeneración que deseamos cada día más ciudadanos cansados de tanto pasado y odio.
Francisco Rubiales
Parecen obsesionados con reproducir toda la vileza y el peligro de aquella España que se lio a tiros. Para conseguirlo y alimentar el odio y la división, que son sus alimentos estratégicos para ganar las próximas elecciones, los radicalizados de la izquierda necesitaban a la “extrema derecha” en las pantallas, al lado del PP y Ciudadanos, para esgrimir el fantasma maldito de las dos Españas.
Cada día es más evidente que Sánchez es un tipo peligroso que es capaz de cualquier insensatez con tal de ganar votos y gobernar. Parece hecho de la misma pasta que aquellos socialistas que empujaron a España hasta la guerra civil.
Odian y no perdonan al general que los derrotó y mandó al exilio. Por eso lo quieren sacar de su tumba y por eso sacaron la Ley de memoria histórica, para tomarse la revancha y dividir a España en dos bandos irreconciliables.
Hasta no hace mucho estaban ganando su particular guerra para que retorne el pasado republicano, pero ahora lo tienen más difícil porque hay partidos que encabezan la resistencia, integrada por millones de ciudadanos que han descubierto su juego y lo están combatiendo con eficacia, a los que llaman fachas y odian con indescriptible saña.
Cada día son más los españoles que descubren las verdades que ellos ocultan: que los llamados “fachas” son casi siempre disidentes y resistentes, muchas veces auténticos demócratas, que la unidad nacional y el Imperio de la ley tienen que ser defendidos en democracia, que los que apalean y quitan la vida a los que llevan tirantes con la bandera de España son asesinos sin redención y que en España, un país modelado por el socialismo, es donde hay más problemas, corrupción, enchufes y clientelismo, paro, fracaso escolar, peor nivel educativo, etc.
Un claro ejemplo del mundo que ellos han creado es Andalucía, donde han gobernado 40 años y donde el desempleo, el atraso, el clientelismo y el poder político más denso e intervencionista de Europa ha generado toneladas de corrupción, atraso y miseria.
Es cierto que la derecha que hasta ahora ha gobernado, representada por el PP, se les parecía mucho en corrupciones y abusos de poder, pero aquella era una derecha acomplejada e infectada de socialdemocracia.
Veremos sí del 28 de abril surgen las dos Españas enfrentadas, como quieren Sánchez y sus amigos independentista y podemitas, o el inicio de la regeneración que deseamos cada día más ciudadanos cansados de tanto pasado y odio.
Francisco Rubiales