El índice de popularidad de Bukele es enorme, hasta el punto de que es el presidente más querido y valorado por su pueblos en toda América y probablemente también en el resto del mundo. Se reelección por el 80 por ciento de los votos lo ha demostrado.
Su mérito no ha sido otro que cumplir con el deber de todo presidente de gobierno, que es garantizar la paz y la seguridad de sus ciudadanos, algo que incumplen todos los demás, sobre todo los políticos de izquierda, que con su buenismo están llenando las sociedades de criminales sin control y convierten la vida de sus ciudadanos en un infierno.
Algunos, para desacreditarlo, llaman a Bukele "dictador", pero sus partidarios responden que la diferencia entre Bukele y el socialismo, encarnado, por ejemplo, en el venezolano Maduro, no sólo es que uno crea paz y prosperidad y el otro delincuencia y pobreza, sino que el socialista lo hace trucando elecciones y apelando a la tiranía y el otro ganando elecciones libres con apoyo del pueblo.
España es hoy un modelo mundial de fracaso político e hipocresía maligna de la izquierda en el poder. La inmigración ilegal viola las fronteras de manera impune y llena las ciudades españoles de delincuentes incontrolados, sin que el gobierno de Sánchez haga otra cosa que estimular la invasión sin filtrar a los que llegan y provocando un suicida efecto llamada gracias a las ayudas que otorga a los inmigrantes.
España ha pasado de estar entre los 5 mejores países del mundo para las mujeres, en 2018, al puesto 27°, en apenas 5 años; Emiratos Árabes, Chequia o Letonia superan ya a España. El principal motivo del empeoramiento son la política sanchista de acogida a la inmigración sin filtro alguno, lo que ha disparado la criminalidad, sobre todo la sexual.
La sociedad española se escandaliza cuando ve a miles de inmigrantes llegar, saturando los centros de acogida y hasta hoteles que antes acogían a turistas, alquilados por el gobierno para acoger a los que llegan y premiarlos con pensión completa y trato de lujo. También se indigna cuando barrios enteros se hacen inhabitables porque los delincuentes extranjeros crean un ambiente peligroso e irrespirable, pero el sanchismo impone su voluntad con hipócrita tiranía.
Como dice el presidente salvadoreño Bukele, el gobierno de Pedro Sánchez es cómplice de la delincuencia extranjera que crea peligro y dolor en las calles de España.
Francisco Rubiales
Su mérito no ha sido otro que cumplir con el deber de todo presidente de gobierno, que es garantizar la paz y la seguridad de sus ciudadanos, algo que incumplen todos los demás, sobre todo los políticos de izquierda, que con su buenismo están llenando las sociedades de criminales sin control y convierten la vida de sus ciudadanos en un infierno.
Algunos, para desacreditarlo, llaman a Bukele "dictador", pero sus partidarios responden que la diferencia entre Bukele y el socialismo, encarnado, por ejemplo, en el venezolano Maduro, no sólo es que uno crea paz y prosperidad y el otro delincuencia y pobreza, sino que el socialista lo hace trucando elecciones y apelando a la tiranía y el otro ganando elecciones libres con apoyo del pueblo.
España es hoy un modelo mundial de fracaso político e hipocresía maligna de la izquierda en el poder. La inmigración ilegal viola las fronteras de manera impune y llena las ciudades españoles de delincuentes incontrolados, sin que el gobierno de Sánchez haga otra cosa que estimular la invasión sin filtrar a los que llegan y provocando un suicida efecto llamada gracias a las ayudas que otorga a los inmigrantes.
España ha pasado de estar entre los 5 mejores países del mundo para las mujeres, en 2018, al puesto 27°, en apenas 5 años; Emiratos Árabes, Chequia o Letonia superan ya a España. El principal motivo del empeoramiento son la política sanchista de acogida a la inmigración sin filtro alguno, lo que ha disparado la criminalidad, sobre todo la sexual.
La sociedad española se escandaliza cuando ve a miles de inmigrantes llegar, saturando los centros de acogida y hasta hoteles que antes acogían a turistas, alquilados por el gobierno para acoger a los que llegan y premiarlos con pensión completa y trato de lujo. También se indigna cuando barrios enteros se hacen inhabitables porque los delincuentes extranjeros crean un ambiente peligroso e irrespirable, pero el sanchismo impone su voluntad con hipócrita tiranía.
Como dice el presidente salvadoreño Bukele, el gobierno de Pedro Sánchez es cómplice de la delincuencia extranjera que crea peligro y dolor en las calles de España.
Francisco Rubiales