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Los españoles libres no estamos derrotados y hemos decidido luchar



Desde dentro de la batalla es imposible ver lo que ocurre. Hay que subirse a la montaña para contemplar todo el frente y desde allí se descubrir que los poderosos ejércitos del mal, de aquellos que tienen el poder en España y promueven la sumisión al Estado más implacable y cruel, están cediendo ante la resistencia creciente de los ciudadanos libres, que por fin han despertado y acuden a la lucha para ganarse la libertad y la regeneración.

En la España del presente se está librando una lucha que trasciende el clásico enfrentamiento por el poder entre partidos políticos distintos. La lucha es entre la libertad y la esclavitud, entre un gobierno que se ha aliado con comunistas, proetarras, independentistas y otras escorias para imponer un mundo esclavo y un pueblo que poco a poco despierta indignado y se resiste a ser encadenado.

El bando totalitario tiene mucha fuerza porque controla el poder, pero el bando libre tiene la razón y la fuerza moral, que no son malas armas para la victoria.

Analicemos la confrontación desde lo alto de la montaña:
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Una batalla de los Tercios españoles
No debemos perder la esperanza porque aunque todavía seamos más débiles y estemos retrocediendo, la fuerza de la libertad no para de crecer, mientras que la de los totalitarios se debilita poco a poco, a medida que las masas entienden que son portadores de infortunio e hijos de la oscuridad, la mentira y la opresión.

La Historia funciona como un péndulo y después de la tempestad llega la calma y los santos y virtuosos ocuparán el sitio de los sinvergüenzas y los canallas. España está despertando y ellos, los Sánchez y los Iglesias, lo saben y empiezan a estar angustiados.

Os pongo un ejemplo: cuando yo empecé mi lucha en favor de la democracia y contra el abuso de poder y la miseria de los políticos en España, en el año 2001, me sentía solo con mis tesis, predicando en el desierto sobre la maldad de los partidos, la falsedad de la democracia española, el peligro de los políticos, tanto de un bando como de otro, y el avance de la mentira y la bajeza y la corrupción que reinaban en los ámbitos del poder. Mis libros no eran leídos, mis conferencias sonaban a demencia y obsesión y mis teorías eran tachadas de alocadas y exageradas, pero hoy más de media España dice ya lo mismo que yo y defiende la tesis central de que los políticos y sus partidos son los peores enemigos del bien común y de España.

Los políticos españoles, esos que antes se pavoneaban como héroes en las calles y los telediarios, hoy se sienten despreciados por millones de ciudadanos que quieren cambiar la pocilga y sembrar sobre ella un jardín. Ya no se atreven a salir sin escoltas porque temen ser abucheados y humillados por el pueblo y cuando salen demasiado en los telediarios huye la audiencia.

Así que no perdamos ni la fe ni la esperanza porque ni siquiera tenemos derecho al desaliento. La única salida de los hombres y mujeres decentes y limpios en España es seguir luchando contra los canallas y los corruptos que se han apoderado del Estado.

Tras la muerte de Franco, las encuestas reflejaban que las profesiones más admiradas y respetadas por el pueblo eran las de políticos y periodistas. Hoy, esas mismas encuestas señalan a esos dos grupos como los más rechazados y odiados por la ciudadanía.

Algo está cambiando y la batalla, que hasta hace poco podía considerarse perdida por los hombres y mujeres libres, empieza a equilibrarse. Los políticos ya no se atreven a robar a manos llenas y han tenido que comprar medios de comunicación en masa y a mentir para mantener sus poderes y privilegios. Pero esas barreras también caerán ante el avance de la verdad y la razón, que son los estandartes de los hombres y mujeres libres.

Los que resistimos sabemos que necesitamos una nueva estirpe de hombres libres, fuertes e inteligentes, capaces de enfrentarse a las bestias y a los fanáticos de la rata con moñete. La vieja derecha, cobarde y acomplejada (PP), es incapaz de salvar a España y de plantar cara al totalitarismo amenazante. Son cobardes y huyen a la primera sangre. Las huestes comunistas del mentiroso engreído y de la rata con moña, acompañados por sus aliados, los herederos de los asesinos etarras y los del falso y corrupto separatismo vasco y catalán. los aterrorizan y ante ellos se rinden en masa.

Nuestro bando, el del bien y la defensa de la libertad, tenía que haber ganado ya la batalla porque el bien siempre es más poderosos que el mal, al menos en teoría, pero nuestra causa ha sido traicionada por fuerzas que tenían que haber defendido las fronteras pero que se dieron a la fuga o permanecieron impasibles ante el avance del mal. La Justicia, la Monarquía, las Fuerzas Armadas, la Prensa Libre, el Parlamento y la Sociedad Civil nos han traicionado y han dejado que España sea invadida por el peor de los peligros.

Francisco Rubiales

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Martes, 29 de Septiembre 2020
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